Si en Catalunya existe un lugar que hermana a gente diversa, este es la Feria de Abril. La hacen en el Fòrum de BCN, exactamente en el mismo lugar donde en el Primavera Sound se reúnen los hipsters más extremos. La gran diferencia, aparte de la música, de la estética y de todo (en general) es que, en un espacio de pocos metros, en vez de hipsters puedes encontrarte la caseta de Sociedad Civil Catalana haciendo sonar Los Romeros de la Puebla a todo volumen y la caseta de l'Assemblea Nacional Catalana haciendo sonar Los del Río a todo volumen. Y con un éxito parecido en según qué momentos del mediodía.
Sí, porque como me ha comentado un (muy) ajetreado camarero de una desbordada caseta donde a las dos y media de la tarde conseguir comer es una heroicidad, "la Feria es rebujito, sevillanas y, sobre todo, música alta". Por cierto, este mismo camarero es también autor de las frases: "Hoy ha venido toda Barcelona a comer" y "Hacía tres años que no montábamos caseta en la Feria. Y hoy he recordado por qué". Es la caseta donde hay varios carteles anunciando cosas, pero no queda claro si son las especialidades de la casa o es un deseo-protesta, teniendo en cuenta la actualidad de estos días:
Como seguramente usted ya ha ido a la Feria alguna que otra vez, no hace falta que le recuerde que eso vendría a ser como el Mercat Medieval de Vic. O sea, una excusa como otra para comer, pero con la música a toda hostia (no se si lo del volumen ya ha quedado lo bastante claro).
Hay un momento de la zarzuela Doña Francisquita, en el segundo acto, en que Fernando canta aquello de "Por el humo se sabe dónde está el fuego". Pues bien, aquí, com en Vic, "por el humo se sabe dónde está el cerdo", porque las casetas (allí paradas pretendidamente rústicas ) compiten a ver asa más trozos de cerdo elaborados en diversos formatos y acompañados de todo tipo de frituras. Aunque no solo de cerdo y frituras vive la Feria:
Total, que si usted es vegano y fanático de la quinoa, este no es su sitio. Ahora bien, sepa que si es partidario del Chill Out con sofás, no solo de ruido vive la Feria. Sí, hay mucho, pero también hay establecimientos que ofrecen espacios de calma, a pesar de que se anuncian discretamente justo debajo de la oferta de "menú y perrito" (por cierto, lo anunciado es lo verde de detrás):
Pero, aparte de la parte alimenticia, la Feria se distingue por ser un lugar donde los partidos políticos van a ver qué pillan. Eso sí, fieles a su estilo. En ausencia del PP y de los comuns (o no los he sabido ver), Esquerra propone "La Bodega Republicana", un canto a la unión ancestral entre el partido y Andalucía:
A diferencia del resto de casetas, aquí la comida no está a la vista. Hay una pizarra donde te comunican lo que hay, desde mejillones hasta una cazuela de sepia con albóndigas, pero nada de brasa con cerdo humeante.
El PDeCAT, en cambio, sí tiene brasa, comida a la vista y también dispone de una pizarra donde anuncia el material. Totalmente en castellano. Deben de pensar que en la Feria nadie entiende el catalán:
En casa del PSC son los más profesionales de todos y, no sólo tienen lleno para comer, sino que hay gente esperando turno. Seguramente ayuda la imagen de un señor que emplata con diligencia raciones de arroz que extrae de una inmensa paella.
Ah, y si quiere postres, tiene un montón de opciones. Por la vistosidad de la performance permanente, le recomiendo la churrería El Artesano. Allí, una voz clavada a la de José Manuel Parada, le explica mediante unos inmensos altavoces (a un volumen evidentemente por encima del umbral del dolor) que "El Artesano es donde todo está muy sano", que las patatas fritas las hacen a mano, que el chocolate artesano (que también lo hacen a mano) no engorda y que hacen churros desde 1907.
Si todavía no ha ido a la Feria, solo por esto y para poder retratarse en el photocall de Sociedad Civil Catalana, ya vale la pena darse una vuelta:
Eso sí, antes de ir, documéntese sobre la estética más oportuna, cortesía de la caseta de Los Juaneles:
¡Y buen provecho!