Fue durante el debate a cinco del lunes pasado. Allí el presidente español en funciones, el señor Fiscalia Sánchez, dijo "Me comprometo aquí y ahora a traer a Carles Puigdemont y que sea juzgado por la justicia española".

Naturalmente esto el presidente español puede hacerlo. Y el de China. Y el de Turquía. Y el de Rusia. Y el de tantos y tantos países con una democracia homologada y consolidada que se han dado en sí mismos entre sí y para todo el mundo. ¿Y, por qué puede hacerlo? Bien, hoy nos lo ha explicado él mismo en una entrevista a Radio Nacional de España. Puede hacerlo porque puede hacerlo. No sé si hacen falta más explicaciones.

Pero que no sea yo, un lazi subvencionado y manipulador que escribe al dictado de sus amos, que diga lo qué ha dicho el señor Fiscalia Sánchez. Dejemos que hable la nota de prensa que ha hecho la propia RTVE.

A partir de aquí mucha gente maligna ha aprovechado para manipular las declaraciones del señor Fiscalia Sánchez. Le han hecho decir, pobrecito mío, que en España sí que hay separación de poderes y que él no le dice a la Fiscalía qué tiene que hacer sino que ella actúa de manera independiente. Suerte que enseguida ha salido la vicepresidenta en funciones, la señora Montesquieu Calvo, para poner dinamita sobre las brasas. La señora Calvo, que recordamos es doctora en Derecho Constitucional, ha deleitado a la ciudadanía afirmando que "el Gobierno es quien nombra al Fiscal General del Estado, que no es poder judicial". O sea, la fiscalía hace lo que ellos le dicen que haga, pero no hay intromisión del poder político en el poder judicial porque la fiscalía es poder político y no judicial. ¡SEN-SA-CI-O-NAL!

Pero ya se sabe que hay mucha gente contraría a la exquisita independencia político-judicial que perpetra el actual gobierno en funciones y que sólo quiere hacer daño a la institución y a España. Y sí, efectivamente, estoy hablando de la Unión Progresista de Fiscales, que ha salido diciendo que "el ministerio fiscal es autónomo del gobierno, de cualquier gobierno" y que el ejecutivo "no puede dar órdenes a la fiscal general". Y hablo de la Asociación de Fiscales, que ha recordado a Sánchez que "la Fiscalía es independiente y no cumple órdenes del Ejecutivo" y que "estas manifestaciones no se ajustan a la realidad y generan en la ciudadanía una confusión inaceptable".

Pero también hablo de la Fiscalía del Tribunal Supremo, que se ha visto impelida a publicar una nota aclarando que trabajan con autonomía, legalidad e imparcialidad.

Por lo tanto, queda claro que todo el mundo ha entendido al revés esto de la independencia de los fiscales, incluidos los propios fiscales. Bien, todo el mundo menos Fiscalía Sánchez, que es quien lo ha excretado oralmente, y Montesquieu Calvo, que es quien ha salido a su rescate. Y, oiga, ¿quién sabrá mejor cómo funciona eso? "Pues ya está".

Y todo eso, vaya por Dios, justamente el día en que la fiscalía investigará un gag del Polonia que usaba una canción de los Manel para hacer humor. Pero como eso funciona tan bien y hay tanto criterio y profesionalidad (en general), a la denuncia presentada por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) se pide que declaren los integrantes del grupo. O sea, alguien versiona una canción suya y ellos tienen que ir a dar explicaciones. ¡ME-MO-RA-BLE! ¡IN-CON-MEN-SU-RA-BLE!

¡Viva la fiscafina y su independencia! ¡Libre!