Pues no, al final no ha sido Tenerife, ni Djukic fallando un penalti en el último minuto. No. Florentino ya tiene la liga que quería. Y la que le hemos regalado nosotros haciendo el primo. Es el triunfo del palco del Bernabéu. En estado puro. La España de la connivencia entre poder político y económico está feliz.
Y justo el mismo día, el aparato del PSOE, el viejo partido de Felipe y Guerra, aquello antiguo, aquello con olor a cerrado, aquel Madrit (concepto) de los profesionales del abrazo y el canapé en la media parte mientras negocias un Castor, ha perdido las primarias. Pedro Sánchez ha ganado al Éibar y, sobre todo, ha hecho que el Real Madrid perdiera contra el Málaga. Contra pronóstico. Él sí. El triunfo de la grada frente al palco. Las bases contra la americana y la corbata.
Sánchez ha sido pragmático. Ha sabido jugar como el Real Madrid. Con la segunda unidad. Y de la misma manera que nadie se cree el juego del Madrid de Zidane, que necesita a menudo hacer un Ramos en el último minuto, nadie se cree el discurso de Sánchez. Pero los seguidores blancos confían y creen en Zidane porque no tienen más remedio para, de momento, ganar la liga y aspirar a la Champions. Y las bases del PSOE saben que el discurso antisistema de Sánchez es fruto de que no había ninguna otra opción, pero que es la única opción para soñar.
Y los socialistas catalanes han optado por este nuevo PSOE. Si hacemos una lectura en clave soberanista, entre el aparato jacobino y la España plural, el PSC ha optado por la plurinacionalidad. Y quizás eso reclamaría un movimiento. Del PSC y de los indepes.
Ahora bien, de la misma manera que al Real Madrid de Florentino le falta todavía superar la Juventus, a Sánchez le falta todavía superar la respuesta del aparato. Borrell podría explicarle unas cuantas cosas. I Almunia & The Wailers (digale la vieja guardia) le podría ofrecer una tesis doctoral. ¿El palco se resignará a perder el control del partido y que se abra la puerta en una España alternativa? ¿Es posible estructurar una España de izquierdas que no haga ascos al referéndum? ¿El aparato, el antiguo régimen, lo permitirá? ¿Renunciaran a obtener otros Castor?
A cuatro meses de la posible fecha del hipotético referéndum, ¿habrá movimiento? ¿La victoria de Sánchez puede bajar la presión de la inmediatez y tender los suficientes puentes a medio plazo como para modificar calendarios?
Todo está en manos de la Juventus. Incluso para quien es seguidor del Barça y no de la Vecchia Signora o para quien ni tan solo tenga ningún interés por el fútbol.