¿Usted es culé? ¿Sí? Pues le haré una pregunta: ¿si le garantizan 5 champions seguidas, aceptaría fichar a Griezmann y recuperar a Neymar? ¿Teniendo en cuenta todo lo que ha pasado entre el club y estos dos jugadores? ¿Lo olvidaría todo a cambio de los títulos que ellos podrían aportar?
¿Usted es del Español? Entonces la pregunta es: ¿Ficharía Pep Guardiola y Piqué a cambio de ganar 5 ligas y 5 champions?
O sea, como para hacer el tema más universal: ¿Existe una línea a partir de la cual estamos dispuestos a renunciar a nuestros principios o a aquello que decimos que son nuestros principios? ¿Todo tiene un precio moral? Bien, pues ahora aplicamos la respuesta a la política, concretamente a los pactos postelectorales de BCN.
Es innecesario recordar ahora y aquí todo lo que se han dicho Ciudadanos y los Comunes (y viceversa). Lo resumiremos diciendo que la variedad e intensidad de los adjetivos usados haría difícil enriquecer la lista ya existente. Pero, añadimos a la masa resultante el ingrediente básico de la receta: los modelos sociales que representan los unos y los otros, sobre todo sus líderes, Valls y Colau, se parecen tanto como el pensamiento de Fran Rivera y Noam Chomsky.
Pues bien, parece que ahora toca olvidarlo todo porque el establishment ha decidido que "antes roja que rota". Ojo, que no pasa nada porque dos partidos democráticos pacten. Sólo faltaría. El problema son los argumentos que se usan para venderlo a la sociedad. Es aquello que podríamos bautizar como "Operación Blanco de España".
El blanco de España són unos polvos hechos a base de carbonato de calcio que se usan para, como indica su nombre, blanquear. Fachadas de casas o lo que haga falta. Y ahora hay que blanquear lo que los unos representan para los otros y los otros para los unos. Y que parezca lo más normal del mundo. Y esta es la causa por la cual el blanco de España ahora circula como la quinoa circula por los restaurantes decorados con cajas de fruta y sillas despintadas, normalmente tamaño clase de P5.
Y el blanqueo llega al punto de oír y leer a aquellos que hace cuatro días decían que Valls era un xenófobo porque cuando era primer ministro francés había expulsado nosecuantos miles de gitanos del país, defendiendo ahora que hay que aceptar su apoyo porque los barrios del cinturón obrero son progresistas y no independentistas. ¿Curioso, no cree?
Valls, por cierto, aquel que durante la campaña decía que votarlo a él era la garantía para que no gobernara Colau. Y que decía que votar Collboni era hacer alcaldesa Colau porque "eso es lo que ya ha pasado y eso se lo ordenarán desde Madrid, donde se está preparando un gobierno PSOE-Podemos".
Valls y Colau, aquellos que hicieron un debate al programa Salvados (La Sexta) donde manifestaron opiniones totalmente opuestas en temas como la seguridad, el turismo y los manteros. Casualmente tres de los temas más importantes ahora mismo en la ciudad.
Bien, pero como de lo que se trata es de no tener un alcalde indepe, la seguridad, el turismo y los manteros ya no son temas de debate. Bien, de hecho ya ni son problemas. "¡Que corran rios de blanco de España!". O como decía el admirado y añorado Jordi Vendrell: "¡Que nieve nene, que nieve!".