A la espera de la declaración estelar de este martes del teniente coronel de la Guardia Civil Daniel Baena, hoy había poco seguimiento del juicio del Supremo. Y, de repente, ha sucedido eso:
Efectivamente, con toda la naturalidad del mundo y como si estuviera diciendo una cosa muy normal y sabida por todo el mundo, el jefe del operativo de seguridad durante el registro en la Conselleria d'Economia ha explicado que él, personalmente, rompió dos lunas de los famosos coches aparcados en la puerta. Y que lo hizo para comprobar que las no menos famosas armas todavía estaban en su sitio. Oiga, ¡¡¡y no ha pasado nada!!!
O sea: 1/ fue un guardia civil quien rompió varios cristales de los coches devastados, de los coches destrozados por el tumulto y por la masa que miraba con un odio nunca visto y que gritaba consignas en catalán. Por lo tanto, este guardia civil colaboró en su destrucción (en la de los coches, no en la suya propia de sí mismo). Por lo tanto, ¿este hombre es un sedicioso y un rebelde? ¿Sí? ¡Madredelseñorbendito, dónde iremos a parar!, y 2/ este guardia civil quizás desconocía que los automóviles disponen de una cosa denominada puerta. Sirve para acceder al interior del vehículo desde fuera. Y este invento está muy bien porque permite no tener que romper los cristales del coche cada vez que quieres entrar. Abres la puerta y eso te evita pasarte el día en el sitio aquel de Carles, que es aquel del anuncio que arregla los cristales. Ya sabe, el de la cancioncilla que dice "Carles cambia, Carles repara...".
Pero espere, que resulta que en el juicio nos habían dicho que las puertas de los coches que habían sido dejados en medio de la calle con las armas dentro, estaban abiertas. ¿Ahora resulta que estaban cerradas? Mmmm, me temo que alguien tiene mala memoria. ¿Será por las caras de odio nunca vistas?
Ah, y en días pasados, y para justificar que las puertas de los coches estuvieran abiertas, también nos dijeron que las famosas armas eran del tipo antidisturbios. Vaya, que eran armas largas, sí, pero no mucho. En cambio, hoy ha resultado que dentro de las puertas cerradas había fusiles CETME, cargadores y material diverso. Pero si todo eso me inquieta mucho, lo que me inquieta de manera tal que ya me pica todo es la rotura de los cristales de los coches. ¿Si las puertas estaban cerradas, por qué los rompió? A ver, si yo llego a mi casa y la puerta está cerrada, no reviento los cristales de las ventanas para entrar a ver si me han robado. Si la puerta está cerrada quiere decir que nadie ha entrado a robar. Pues bien, este señor vio las puertas cerradas y en vez de decirse a si mismo: "todo está en orden", decidió reventar los cristales.
Cada vez tengo más ganas de ver los vídeos, incluido este, que debe estar grabado por las cámaras de seguridad la conselleria. Y donde, seguro, apreciaremos el momento en que el declarante de hoy actúa como si fuera un sedicioso y un rebelde cualquiera. Ay calle, que ni Llarena ni la fiscalía han aportado los vídeos de la conselleria... Seguramente por la propia devastación de la cosa.