Formando parte de la ronda de visitas que la Guardia Civil está haciendo hoy en diversos medios de comunicación catalanes, esta tarde el tour se ha detenido en la redacción de El Nacional. Y nos ha traído un regalo. Un detalle ciertamente bonito.
Se trata de esta hoja de papel con sello del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (sala Civil y Penal):
Como ve, se llama "Diligencias Previas nº. 3/2017" y, después de una pequeña introducción de dos líneas, se nos "requiere a fin de que se abstengan de incluir en su medio propaganda o publicidad relativa al referéndum del 1 de octubre, en cualquier manera. Advirtiéndoles de que en caso de no hacerlo podrán incurrir en responsabilidades penales". Y firma "El Letrado de la Administración de Justicia".
He pasado el texto a Maria Antònia, una amiga experta en encontrar faltas de ortografía en los lugares más insospechados. Y después de pasar por su cedazo resulta que:
· donde dice "las diligencias más arriba mencionadas" sería más correcto haber escrito "mencionadas más arriba".
· "en cualquier manera" no es incorrecto, pero sería más correcto un "sea cual sea la manera".
· hay un error de concordancia cuando dice "advirtiéndolo" en singular y "podrán incurrir" en plural.
· donde dice "que caso de no hacerlo" sería más correcto haber escrito "que en caso de no hacerlo"
· donde dice "el Letrado...", letrado no va con mayúscula.
· falta el acento del "más" y hay varias comas mal puestas.
Pero Maria Antònia me ha dicho, como resumen de su análisis, que teniendo en cuenta como funcionan los textos jurídicos, este "es pasable".
Dicho esto, le confesaré que tengo un enorme disgusto. Yo esperaba una cosa épica, con un gran despliegue de efectivos en la puerta de la redacción, como aquellos que vemos en los vídeos que pasan en los informativos de TV, cuando entran en los pisos de los narcos. Y no. Quizás porque en estos vídeos los narcos siempre aparecen esposados en calzoncillos, la mayoría de las veces de colores mejorables (los calzoncillos, no los narcos) y nosotros hoy íbamos vestidos (y vestidas) y nos habíamos puesto calcetines limpios. También esperaba que entraran varios efectivos por los ventanales de la redacción que dan en la calle, descolgándose desde el terrado y vestidos totalmente de negro. Y tampoco.
Todo ha sido más modesto. Han llamado al timbre. Una vez. Una sola vez. ¡Ni tan sólo aquello de un nervioso e inquisitorial "¡¡¡ding, dong, ding, dong, ding, dong, ding, dong!!!", acompañado de un insistente y brusco golpeao de la puerta con los nudillos. Nada. "Ding, dong" y pare usted de contar. Les hemos abierto y han pedido por la persona responsable. Era una pareja, como mandan los cánones, pero formada por un señor de unos 55 años que podría ser el que viene a leer el contador del agua y una chica de unos 30 años con una presencia absolutamente anónima. Ni alta ni baja, ni rubia ni morena, ni gorda ni delgada, ni nada ni nada... La normalidad total. Hablaban en castellano, pero normal. Nada del lenguaje del "Sargento Arensibia".
La conversación ha sido de trámite. Como cuando vas al notario. Pero con una diferencia, al contrario que en el notario, la pareja de la Guardia Civil no nos ha cobrado. En eso hemos salido ganando.
En un momento dado él ha dicho "¿Nos esperaban?". Se le ha contestado que, evidentemente, porque el tour que estaban haciendo era sabido por toda la profesión y entonces ha dicho: "Es que les veo muy preparados". Y eso me ha animado mucho porque hasta ahora "el preparado" sólo era uno.
Ah, y a los que no éramos "la persona responsable" no nos han hecho ni caso. Es que ni un interrogatorio en un despacho cerrado con llave con una bombilla enfocándonos a la cara, ni un cacheo, ni una identificación. Es que ni nos han mirado. Qué triste, de verdad se lo digo. ¡No somos nadie!
Y, ¿sabe lo peor? Que si nos hubieran dicho, más o menos, a qué hora vendrían, les podríamos haber ofrecido un té y unas pastas. Claro, es que han venido a las 17.35, el momento más apropiado para estas cosas. Ojo, y la cosa habría tenido calidad, porque del tema se habrían encargado Rob, Tim y Bob, la parte británica de la redacción que elabora la edición de El Nacional en inglés.
Total, que ayer estuve en Tarragona en un acto totalmente ilegal y delictivo con 8 mil personas y unos 200 periodistas explicando todo lo que pasaba y hoy la Guardia Civil me ha avisado de que vigile de no cometer ningún delito y... no ha pasado nada. Incluso hoy dormiré en casa y todo. Realmente eso de ser un fuera de la ley ya no es como antes. Vienen ganas de dejar de ser un peligroso forajido.