Puerta de Catalunya Ràdio. Son las 8 y 23 minutos. Y no, no es la parodia que Queco Novell hacía de Josep Cuní. Era exactamente esta hora. Inés Arrimadas baja del modesto coche con el que se desplaza durante la campaña y entra con paso firme en dirección al estudio donde Mònica Terribas está haciendo su programa. La candidata de ciudadanos es la entrevista electoral del día.
Por cierto, ¿qué quería decir cuando he escrito modesto coche? Que no es de gama alta. Ni de marca ni de tamaño. Caben cuatro y justitos.
Mientras hace tiempo para que acabe el informativo, Arrimadas charla con los periodistas que cubren su campaña. Hablan de las encuestas publicadas. Yo creía que hoy había 5 y resulta que son 6. Me he descontado. Y también hablan de las entrevistas. Hoy le publican 3. Hay tanta demanda de Arrimadas y tan poca oferta de tiempo que algunas las hace por teléfono desde el pequeño coche y volviendo de mítines. Pero sobre todo se habla de cansancio. La candidata sueña con poder echar una siesta en condiciones. Reconoce problemas de voz porque cogió frío en el acto de Cornellà. Y explica un secreto: para no repetir siempre lo mismo en los mítines, apunta ideas en papelitos.
8.32, Terribas ha acabado el informativo y sale a recibir a la invitada. Se dan dos besos. Entran al estudio y, antes de empezar la entrevista, charlan relajadamente de la actualidad electoral. Empiezan con sanidad y enseguida pasan a educación. Y educación es inmersión. Terribas hurga y Arrimadas desvía diciendo que educación también son los barracones. Y la una que si lengua, y la otra que si barracones. Y aquí se han enganchado un poquito. Y también se han enganchado en la cifra del déficit fiscal. Marcaje de cerca de Terribas y regates de Arrimadas, que ha sacado como proyecto político la reconciliación. ¿Reconciliación?, ha preguntado Terribas. Sí. Respetando a todos los catalanes, diciendo la verdad, centrándonos en las cosas que compartimos y representando a los catalanes allí donde haga falta, como por ejemplo a la conferencia de presidentes autonómicos.
Y entonces ha salido el 155. Como para resumirle la situación, sólo le diré que uno de los picos de pim-pam ha acabado con Arrimadas diciendo: "Quiero acabar esta frase, si me deja". Y, seguidamente, otro de los éxitos del momento, la corrupción. Terribas le ha sacado el apoyo de ciudadanos a M. Rajoy y Arrimadas le ha respondido con un "El PP tiene muchos casos de corrupción, en Catalunya también hay corrupción y en Andalucía está el caso de los ERES, pero eso no impide llegar a pactos. Si tuviéramos que evitar pactar con los partidos corruptos, no pactaríamos con nadie. Es cierto que en el caso del PP, la corrupción parece que es sistémica".
El último momento "entretenido" ha sido cuando Terribas le ha dicho si, en caso de ganar, mandará Albert Rivera o ella. "No sé si esto se lo pregunta a todo el mundo", ha contestado Arrimadas. Y Terribas ha rematado: "Si, a Iceta con Sánchez y a Puigdemont con Mas".
Y así ha acabado la entrevista que, como diría Ferran Monegal (ah, alerta) no ha sido un masaje. La candidata ha salido del estudio y ha subido a la sala de reuniones del primer piso, donde se ha realizado la entrevista que tenía pactada con El País. Mientras, Terribas ha empezado la tertulia.