Escribir este artículo me da muuuucha pereza. Por tres motivos. Porque: 1/ criticaré a alguien del gremio por haber publicado un titular y no me gusta criticar titulares ajenos, aunque alguna vez incluso sean ciertos, 2/ hablaré de la lengua catalana y para repetir obviedades que caen tanto por su propio peso que me provocan bostezos sólo de pensarlas y 3/ polémicas sobre la lengua como a la que ahora me referiré me aburren mucho porque quien las genera sólo pretende calentar braguetas de quien ya no se calienta ni cayendo en una marmita de viagra. Pero, mire, hoy el cuerpo me pide superar la pereza. Será que la Navidad me reblandece.

Titular del diario El Mundo: “El independentismo vuelve a politizar la fiesta de los Reyes Magos”. Texto que lo acompaña: “El independentismo no cesa en su intento de politizar el día a día de los niños catalanes. La última de sus ofensivas consiste en trasladar la lucha por un modelo de sociedad monolingüe a la fiesta de los Reyes Magos, enviando a escuelas y repartiendo un modelo de carta para sus Majestades de Oriente que concluye con el deseo de «poder jugar en catalán», como si el uso de esta lengua estuviera perseguido o en riesgo hoy en Cataluña”.

Y ahora vamos a la realidad. La "politización" de la fiesta para conseguir "una sociedad monolingüe" consiste en una carta donde, al final de todo, se pide poder jugar en catalán. Esta:

¿O sea, pedir poder jugar en tu lengua, sea el catalán, el mandarín o el mandinga, es hacer política? ¿Sí? Por lo tanto, y por el mismo motivo, cuando los que intentan encender la confrontación inspirando titulares como el que nos ocupa piden poder estudiar "íntegramente" en "su" lengua, están haciendo política. Pues, miren, va muy bien saberlo. ¿Y pedir poder jugar en tu lengua es afirmar que está perseguida? ¿Sí? ¿De verdad? Bueno, sí, titulares como estos lo intentan, efectivamente. Perseguirla, quiero decir. Convirtiéndola en una cosa que no es a base de criminalizarla. Y sobre si está en riesgo o no, sólo hace falta salir a la calle y tener orejas. Y, además, saber usarlas.

Pero queda un tema más. ¿Pedir poder jugar en tu lengua te convierte directamente en un independentista? ¿Ah sí? ¿Por lo tanto, pedir poder jugar en tu lengua, cuando tu lengua es el español, te convierte también en un unionista? ¿Y quizás defensor de Tabarnia?

Pero, realicemos una pequeña inmersión en la campaña de la Plataforma per la Llengua, que es quien impulsa esta carta real. Si observa la hoja de la derecha, verá que hay la web "jocsijoguines.cat". ¿Entramos? Aparte de reclamar el derecho de los niños a jugar en su lengua, se pide, por ejemplo, que se dé a conocer la oferta existente en catalán de juegos, juguetes, videojuegos y otros materiales orientados a los niños y jóvenes. ¿Los autores del titular, dónde ven el problema? ¿De la misma manera que una familia puede estar interesada en saber la oferta de rompecabezas de madera, de bicicletas sin frenos o de libros de geografía del siglo XIX, por qué no puede manifestar interés en la oferta existente en el mercado de juegos y juguetes en catalán? ¿Qué les molesta? ¿El problema es de qué idioma se trata, verdad?

Normal, porque como todos sabemos quién hace política con la lengua, con los niños, con los juguetes y con la butifarra del perol, siempre son los otros. Y los nacionalistas, también son siempre los otros. Los que lo politizan todo.