¿Se apunta a hacer un pequeño ejercicio de imaginación? ¿Sí? Perfecto. Partido de fútbol. Jugada en el área. Para evitar el gol, un defensa rechaza voluntariamente la pelota con la mano justo en la línea de gol. El árbitro decreta penalti y expulsión. Siguiente jugada. Para evitar el gol, un defensa rechaza voluntariamente la pelota con la cabeza justo en la línea de gol. El árbitro decreta penalti y expulsión del jugador por no haber rechazado la pelota con la mano sino con la cabeza. En la siguiente jugada el árbitro pita penalti y expulsa al defensa por no haber tocado la pelota. Y en una jugada posterior, lo pita y expulsa al portero por haber sido él quien ha tocado la pelota con las manos y, además, la pena máxima la chuta él.
¿Incomprensible, verdad? Pues una cosa parecida es lo que ha sucedido hoy con la decisión del Tribunal Supremo sobre la acreditación de Oriol Junqueras como a eurodiputado, que liga con la de la Junta Electoral de ayer sobre las acreditaciones de Carles Puigdemont y Toni Comín en la misma cámara, con la concesión del permiso a Quim Forn para tomar posesión como concejal de BCN y con la decisión de permitir a Junqueras, Josep Rull, Jordi Sánchez y Jordi Turull recoger las actas de diputados en el Congreso y poder votar la Mesa de la cámara y a Raül Romeva la de senador.
Si tuviéramos que definirlo con una expresión elegante que no sobrepase los límites del código penal, podríamos afirmar que el criterio aplicado en estos casos es, como mínimo, ecléctico.
Pero los argumentos utilizados para justificar las decisiones lo hacen todo todavía mucho más incomprensible. Mire que sería sencillo basarse en el punto aquel de la ley conocido como "pormisgüebos". Y ya está, ya lo hemos entendido y no pasa nada. Pues no, van y nos dan una explicación que se sostiene menos que defender la brillante idea de fichar Kevin-Prince Boateng.
Dicen que la ida de Junqueras a Bruselas es un peligro porque 1/ implicaría "la pérdida del control jurisdiccional" sobre su prisión preventiva y 2/ justo en esta ciudad hay "uno de los procesados en rebeldía" que afirma "haber instalado la sede del gobierno de la república catalana, cuya presidencia él encarnaría." ¡Madredediosbendito y todos los santos del martirologio! Pero si Junqueras fue el único que en ningún momento salió de Catalunya. ¡Pero si ha manifestado repetidamente que él ha optado por estar en prisión! Pero, ¡¿de qué hablan?!
En cambio si Puigdemont y Comín quieren ser eurodiputados, ellos que ya están en Bruselas, tienen que ir a Madrid. Sí, claro, para que el oso Goiat se los coma (llámele Goiat, llámele todas las fuerzas del orden deteniéndolos). No lo sé, quizás una solución a la cosa sería que Junqueras recogiera el acta de Puigdemont i Comín en Madrid y Puigdemont y Comín hicieran la gestión de Junqueras en el europarlamento. Y tema resuelto.
Una vez más el despropósito es tamaño entrecot de sidrería. ¿Oiga, si usted dice que tienen derecho a presentarse y los ciudadanos podemos votarlos, ¿alguien puede explicarme por qué algunos de ellos pueden adquirir la condición de diputados, otros no y ninguno de ellos puede ejercer el cargo por el cual ha sido elegido democráticamente?
Bien, pues la respuesta la tenemos en Brasil, tal como explicaba ayer Gonzalo Boye en este artículo.