En los últimos cinco meses han sucedido tantas cosas y tan bestias que justo ahora tenemos una mínima pausa como para empezar a tener una cierta perspectiva que nos permita iniciar el camino de entender qué ha sucedido. Ah, por cierto... Si justamente ahora empezamos a tener una cierta pausa, imagínese de dónde venimos...
"No habrá referéndum". ¡Y patam! "No habrán urnas". ¡Y patapam! "No habrán papeletas". ¡Y repatapam! Y no pudieron soportarlo. El 9-N ya había sido duro, pero esto era excesivo. Y decidieron que se había acabado la broma y que nos la harían pagar a todos los catalanes. Y este "todos" es muy importante. Porque la maquinaria del 155 que ha venido para quedarse tiene cuatro patas: la económica, la mediática, la educativa y la judicial. Y todas ellas nos caerán encima sin distinguir indepes, unionistas, equidistantes y los que no saben/no contestan. Aquí pringaremos todos. Y el unionismo del "a por ellos" tendría que empezar a saber que cuando lo dicen están diciendo realmente "a por nosotros mismos porque resulta que ellos somos nosotros".
Mirémonos, pues, estas cuatro patas que soportan el 155 eterno.
Económica. La orden de Madrit (concepto) es "si queréis pillar algo, os vais todos de allí y venís para acá". De momento esta conclusión es fruto de la observación. Pronto tendremos las pruebas. Sólo será necesario sentarse y esperar qué contratos ofrece el Estado a según quién y cuáles no ofrece a según quien.
Mediática. En Madrit (nuevamente concepto) están realmente convencidos de que la "culpa" de la cifra de indepes es de los medios de comunicación públicos. Y el objetivo es desactivarlos. De aquí viene la inicial campaña de difamación, que ya ha hecho mella, a la que le ha seguido (y seguirá) el ahogo económico. Pero aparte de intentar que "sus" medios alimenten de ideología nacionalista española el máximo de sociedad catalana, detrás de esta estrategia está el objetivo de aumentar la cuota de audiencia y, por lo tanto, hacer más negocio. Vaya, que hay mucha patria, pero también hay mucha cartera y agradecer a grupos mediáticos catalanes los servicios prestados a la causa unionista.
Educativa. Desde el principio, la campaña a favor de la educación "en la lengua que decidan los padres" ha estado basada en una mentira. Nunca se ha tratado de los derechos individuales sino de negar los derechos colectivos a los otros. Desde el principio, el objetivo ha sido intentar dividir a la sociedad por razón de lengua. Dos Catalunyas. La Catalunya rota de Aznar. Como la inmersión crea el paradigma del "todos" donde yo no controlo el mecanismo y quedo diluido, intento cargarme el mecanismo para que haya un "ellos" y un "nosotros". Pasado a la manera de actuar de un niño de P3 sería "si yo no tengo siempre el juguete que es de los dos y no jugamos siempre a lo que yo digo, rompo el juguete".
Judicial. Desde el principio, el Estado, el Gobierno y sus medios de comunicación afines han justificado su total y absoluta vulneración de la legalidad (¿quién nos defiende a los ciudadanos de esta justicia?) argumentando que en Catalunya había habido un golpe de estado. Y, claro, ya se sabe que los golpes de estado son violentos. Como también fue violento el 1-O, cuando la actitud totalmente pacífica de la gente obligó a la policía a usar la violencia. Parece broma, pero lo dicen textualmente los diversos autos que han ido sirviendo para encarcelar o para mantener en prisión provisional a medio Govern y a los líderes de las dos entidades civiles que han organizado las diversas celebraciones-manis del 11-S. Por cierto, vuelve a parecer broma pero en los autos judiciales se dice repetidamente que aquellas fueron unas manifestaciones violentas porque allí se ha inoculado a los catalanes tumultuarios el virus del odio a España.
Cortar-pegar. El guion se va repitiendo una y otra vez en cada papel que sale de la justicia española. Se trata de presentar el independentismo como violento para poder endosar a quien haga falta los delitos de rebelión y de sedición, que son de los más graves del código penal. Pero, por su desgracia, cuando esta estrategia llega a Europa, allí la farsa queda al descubierto. Y entonces es cuando, rápidamente, el Estado retira la famosa euroorden. ¿Por qué? Porque Europa le dice a España que sus argumentos son inconsistentes y que no se ajustan a derecho. De la misma manera que también queda desmantelado el argumento de la separación de poderes con una sola pregunta: ¿quién empieza el procedimiento para encarcelar al Govern y los Jordis? Fiscalía. ¿Y con qué argumentos? Los mismos que hacen suyos el Supremo y la Audiencia Nacional. ¿De quién depende Fiscalia? Del Gobierno. ¿De quién dependen el Supremo y la Audiencia Nacional? Del Estado. ¿De quién son empleados los miembros del Gobierno? Del Estado. Como dijo el poeta: "¿Blanco y en botella? ¡Es horchata!".
Pues no hay más preguntas, señoría. Se levanta la sesión. Mañana a las 10 entrenamiento a puerta cerrada...