Ayer comprobamos que Jaime Moreno, fiscal del Tribunal Supremo, no sabe lo que es una factura. Supongo que tantas horas de tantos días de tantos años dedicados a estudiar y estudiar para poder aprobar las duras oposiciones que le permiten ejercer el cargo profesional que ejerce, le han impedido saber qué tipo de papel utilizan los seres humanos para pagar y cobrar servicios.
El señor Moreno demostró ni él ni la gente que la asesora en la preparación de las cuestiones que plantea en el juicio han visto una factura en su vida. Por este motivo presentó en la sala una factura pro forma como prueba de un pago realizado, cuando la mayoría de la humanidad sabe que este tipo de facturas no dejan de ser un presupuesto sin ninguna validez fiscal ni contable.
Y si el desconocimiento es preocupante, más preocupante es que el sistema haya creado alguien como él, tan ajeno a la realidad. Como él o como Consuelo Madrigal, la fiscal que esta mañana ha interrogado Josep Rull. Desconozco si ella sí que sabe lo que es una factura, pero el resto de carencias manifestadas hoy me han preocupado mucho. Y no estoy haciendo ironía. Me preocupa mucho el lejano planeta donde vive a esta señora, el señor Moreno y el resto de gente que tiene que decidir si envía o no a la prisión y durante cuánto de tiempo a los habitantes de este planeta. Y en el caso de Madrigal, la cosa es todavía peor porque ella fue Fiscal General del Estado y màxima responsable de la fiscalía de menores.
Me olvido de su lapsus de confundir "sindicatura de cuentas" con "sindicatura electoral" porque con tantas horas de interrogatorio eso le puede pasar a cualquiera.
Y me olvido también de cosas que no son ningún lapsus como su insistencia en decir que en un documento estaba escrita la frase "movilizaciones multitudinarias y espectaculares" cuando la palabra espectaculares no estaba. Y no estaba porque ella se había confundido de documento.
Y me olvido de que haya usado un informe de Reporteros Sin Fronteras que fue desmentido por los corresponsales del 1-O. Y me olvido de cómo ha intentado manipular una entrevista que Carlota Camps le hizo a Josep Rull y que fue publicada en El Nacional.
Y me olvido de cuándo ha dicho que una ley fue declarada nula cuando realmente fue suspendida, cosa que le ha hecho notar Rull añadiendo un "anular o suspender no es exactamente lo mismo". Y me olvido de la discusión sobre si las 10 de la noche son la madrugada o no. Y me olvido cuando en el momento corte de la autopista AP7 de septiembre del 2017 ha intentado pasar al muerto al conseller diciéndole que la vía era competencia suya, cosa que ha sido fulminantemente contestada por Rull con un "Ya me gustaría, pero esta autopista es competencia del Estado".
Y me olvido de cuándo para intentar demostrar la malversación se ha producido este diálogo:
- Usted firmó un documento previendo unos gastos, por lo tanto usted asumía estos gastos.
- Pero no hubo ningún gasto.
- Pero si lo hubiera habido, usted firmando el documento reconocía que las habría asumido.
- Ya, pero es que no puedo reconocer un gasto que no se produjo.
Y me olvido de cuándo le ha preguntado a Rull si el 9 de octubre del 2017 estuvo en el Parlament y él le ha respondido que le parecía recordar que aquel día no había habido pleno y entonces la señora fiscal ha dicho "No, no hubo pleno porque lo suspendió el Tribunal Constitucional".
Pero hay un momento que no puedo olvidar y que todavía ahora me pone los pelos de las rodillas de punta cuando lo recuerdo. Es el momento Mesa del Parlament.
En un momento dado, la ex Fiscal General del Estado le ha preguntado al conseller Rull si asistió a una reunión de la Mesa del Parlament. El pobre Rull ha puesto cara de "no es posible lo que estoy oyendo" y ha dicho que no, que no estaba. Y ella ha insistido: "¿Pero usted era diputado, verdad?". O sea, una persona que es una de las más altas funcionarías del Estado desconoce que a las reuniones de las mesas de los parlamentos van, como su nombre indica, exclusivamente los miembros de las mesas de los parlamentos. Vaya, que como saben incluso los niños de las escuelas que visitan el Parlament de Catalunya porque allí se lo explican, una reunión de una Mesa no es un pleno, ni una comisión y no van diputados ajenos a la Mesa.
¿Entiende ahora porque estoy muy preocupado? El uno no sabe que es una factura y la otra desconoce el funcionamiento básico de la mayoría de parlamentos del mundo. Y estamos en sus manos.