Nunca he entendido eso de poner azafatas decorativas en las pruebas deportivas. ¿Qué hacen? Bueno, parece ser que alguien tiene que aguantar los carteles. Ah, pues muy bien. Alguien tiene que acompañar a los pilotos de formula 1 y de motos. Ah, perfecto. Alguien tiene que aguantar las medallas o los trofeos. Ah, fantástico. Entonces aquí hay tres preguntas a hacer: 1/ ¿Hacen falta los carteles o los carteles se inventaron para poner a una chica con poca ropa aguantándolos? 2/ ¿Los pilotos no pueden ir solitos por la vida? y 3/ ¿Las medallas o trofeos diversos no pueden estar puestos en algún sitio. No sé, por ejemplo hay una cosa que le llaman mesa que quizás podría servir.
Y una cosa que todavía entiendo menos es aquello de los ciclistas en el podio del final de etapa haciéndose fotos con unas chicas que allí puestas envían el mensaje de: "este tipo es el ganador, es un triunfador y por lo tanto merece acceder a la belleza. Los que no han ganado, a cagar a la vía".
Por suerte, poner a una chica a hacer bonito es una de aquellas cosas que cada vez es más impresentable en una sociedad que evoluciona. Hay carreras ciclistas que ya han eliminado a las chicas podio y la formula 1 ha prescindido del todo de las azafatas de pista. Pero hay una corriente de pensamiento que defiende a las azafatas como concepto y propone que el sexismo se solucione poniéndo chicos. No, no, si el problema es por qué caray tenemos que poner carne fresca (más abajo desarrollaré este concepto) como reclamo de nada. ¿La gente mira el Tour por el Tourmalet o por las chicas del podio? ¿La gente soporta una carrera de Hamilton por las azafatas que hay en la salida? ¿No, verdad? ¿Entonces, podemos prescindir totalmente del tema, no?
Y ahora desarrollo el concepto "carne fresca". Como su propio nombre indica describe lo que son las azafatas. Pura imagen para asociar "tías buenas" con deporte. Usted, espectador, relaciona nuestro negocio con unas mujeres espectaculares que en el 99,9% de los casos no verá en su vida a menos de 10 metros. Por tanto le vendemos carne fresca para ayudar a venderle nuestro producto-deporte, sean coches, motos, bicicletas o tenis. Y no pongamos a una persona "normal" de las que usted se encuentra a las 7 de la mañana en el metro, en el tren o en el atasco cuando va hacia el trabajo. No, ponemos una que ya escogemos para que sea carne fresca de nivell:
Y ahora usted me dirá: "pues a mí no me molesta ver un cuerpo agradable". No, no, oiga, a mí tampoco. La cuestión es que no le encuentro la gracia ni el sentido. Es que por el mismo motivo también tendría que haber azafatas en el atril del Parlament mientras hablan sus señorías. O a los tribunales que decretan las prisiones incondicionales inventándose la ley. O en las redacciones de los medios de comunicación. ¿Por qué no? Le encuentro el mismo sentido que en un torneo de tenis.
Cuando la propaganda no es creíble
Será una de las fotos del año. Es de cuando el caos de la AP6 cerca de Madrid. Miles de personas tuvieron que pasar la noche en sus vehículos, mientras el ministro responsable de la cosa, Juan Ignacio Zoido, y el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, se tocaban el cuajo. Y Serrano, además, ofreció un gran argumento para justificar no hacer el seguimiento del caos desde su despacho: "Sevilla es una ciudad maravillosa donde funciona internet". ¡OLE TUS GÜEBOS!
Pero lo peor es que cuando empezaron a lloverle las críticas, la respuesta fue la imagen que ve aquí debajo:
¡¡¡SEN-SA-CI-O-NAL!!! 8 personas controlando los efectos de un temporal de nieve con un ordenador (uno) paratodos ellos, tres móviles sobre la mesa, un teléfono fijo, un mapa de España que parece el de una clase de la escuela franquista, unas cuantas hojas en blanco y, sobre todo eso que no falte nunca, una bandera más grande que el mapa. Pero es que lo más insuperable es la actitud. Míreselos. Cuando sabes que tu vida está en manos de estos personajes te entran ganas de gritar: "señor, ven a por mí y llévatelos a ellos".
Pero, qué pocas ganas. Qué poco ánimo. Qué nula esperanza de un mínimo de actividad. Pero si parece que estén digiriendo el bufete libre de la matanza del cerdo después de zamparse un cerdo por| barba. Pero si parece que a través de la foto te tenga que venir la ventolera de un eructo que mezcla frit variado, capipota, coradella, sangre con cebolla y morro con manteca y panceta.
Y, claro, había que limpiar esta imagen que era puro colesterol intelectual. Y la suerte llamó a la puerta esta semana en forma de nuevo temporal. Y ahora hemos pasado del mapa de España en papel y la libreta de espiral a un despliegue que ni el despacho del Presidente de los EE.UU. el día que empieza la 3ª Guerra Mundial. Observe, observe. Comunicaciones permanentes a través del móvil y el walkie, pantallas variadas, movimiento nervioso arriba y abajo. ¡¡¡Serrano al rescate!!!
¿Qué imagen de eficacia, verdad? ¿Qué imagen de control de la situación, verdad? Serrano al pie del cañón salvando la vida de millones de indefensos ciudadanos. Lástima de un pequeño detalle. Serrano sabía que lo estaban grabando. Y lo sabía porque aquello era un treatrillo montado para que las televisiones ofrecieran esta hemorragia de infinita eficiencia. Y Serrano no pudo evitar mirar a cámara. Y aquí es cuando el decorado de cartón piedra se hundió ruidosamente. ¡PATABARRUMBAAAAA!
Pobre Serrano...
¿Y el cuerno?
Clásico de los clásicos son los bodegones montados por los diferentes cuerpos de seguridad cuando detienen una banda de ladrones, un peligroso asesino, un delincuente, unos traficantes. Cogen una sábana o un trapo grande, una mesa y allí nos ponen todo el arsenal que los malos tenían a su alcance. En el caso que nos ocupa, lea el titular y después observe la imagen:
¿No está mal el muchacho, verdad? Un arma larga con visor (no entiendo de armas, pero parece de plástico), una pistola, una faca mayor que el arma larga, dos facas pequeñas, un móvil de hace 10 años y al fondo a la derecha una caja por abrir de una cosa que parece una cámara para el ordenador. Pero volvamos al titular. ¿Cuál era el arma? ¿Un cuerno de ciervo, verdad? ¿Y, en la foto, dónde está? Hay un móvil que no envía ni whatsapps pero falta el arma usada en el ataque. Entonces, ¿qué sentido tiene la imagen? ¿Y qué utilidad? O también es propaganda como la del señor DGT.
Y, ahora qué lo pienso... ¿Y si en estos bodegones de las diversas policías ponen a unas azafatas? Seguro que quedan monísimas... Y muy propias.