Como que Madrid es España, España es Madrid y Madrit (concepto) lo es todo (o más), pues aceptémoslo, ¿no? Nos rendimos, no nos peguen más que llevamos gafas. Es así y punto. Ahora bien, ya que nosotros lo aceptamos, que ellos (ellas y ellis) acepten nuestra manera de aceptarlo, ¿no? Y quizás si lo hacemos así, resolveremos unas cuantas cosas que están encalladas desde hace decenas de años.
Lo digo porque Pablo Casado, líder del PP con permiso de Isabel Díaz Ayuso, se ha referido hoy en el Congreso de los Diputados a un plebiscito espontáneo que hubo ayer en la capital del Reino de España y con un resultado que ha dado como bueno. Ha sucedido durante la sesión de control al Gobierno y haciendo mención a la pitada que recibió Pedro Sánchez mientras se dirigía a la tribuna de autoridades del acto de un 12 de octubre que pasará a la historia porque la Patrulla Águila dibujó en el cielo de Madrid la bandera republicana, circunstancia que, reconozcámoslo, tiene mucho mérito. Casado ha repetido una vez más aquello del "Váyase, señor González", pero en versión 2021, y hoy con el argumento siguiente: "Señor Sánchez, ayer oyó lo que dice la calle de usted". ¡Hablemos de ello!
¿Qué es exactamente "la calle"? Esta "calle" de la que habla Casado. Pues según un señor que aspira a presidir a España, la calle son... ¿qué, cuántas personas podían estar situadas ayer en aquel espacio del desfile? Va, generosidad. ¿Trescientas? ¿Quinientas? Va, ¿pongamos mil? Porque es que el trocito no da para más. Y, evidentemente eran personas muy marcadas ideológicamente. Tanto que, si otros años silbaban a Rajoy porque lo consideraban un blando, no tengo claro si ayer a Casado le hubieran aplaudido mucho. En todo caso, va, subo a cinco mil personas y no hablemos más. Y cuento con que silbara el 100%. ¿Eso es la calle? ¿Un presidente de gobierno tiene que dimitir porque lo silban cinco mil personas? ¿En un universo de millones, cinco mil personas representan alguna cosa, más allá de su derecho a silbar? Pues sí, porque Madrid es España, España es Madrid y Madrit (concepto) lo es todo.
Consecuentemente cuando en Catalunya se manifiestan... no lo sé... pongamos... va, dos millones de personas pidiendo un referéndum ya ni hay que hacerlo porque el voto ha sido emitido y escrutado ya que es la voz "de la calle". Y si cinco mil pueden hacer dimitir a un presidente, dos millones ya ni le explico. Y sí la gente, en vez de silbar, gritar, darse la mano desde el Pertús a Vinaròs, ver pasar una cosa que dicen que es un puntero o enseñar un huevo frito al meteosat, va y vota en una urna -tipo 1-O-, entonces no es que se oiga de verdad lo que dice la calle sino que si no lo oyes es que tienes un grave problema auditivo y, por encima de todo, cognoscitivo.
Por lo tanto, Casado tiene toda la razón y, como que la gente que se expresa en la calle tambien la tiene, el hombre ya puede buscarse una corbata elegante para venir a los actos de proclamación de la república catalana. Eso sí, si yendo hacia la tribuna de autoridades lo silban cinco mil personas, tendrá que dimitir. ¿Porque hemos quedado en que la voz de la calle es sagrada, verdad?
Ah, una última cosa sobre pitadas a políticos en actos oficiales. ¿Usted recuerda aquellas ofrendas florales en el monumento a Rafael Casanova de BCN durante los once de septiembre, cuando un grupo de personas se estaban la mañana entera silbando a todo el mundo que pasaba por delante suyo? La cosa se acabó cuando pusieron unas vallas y el público ya no puede acceder. ¿Qué fue aquello? ¿Censura a una manera que tenía "la calle" de expresarse o precisamente la manera de impedir que quién no representaba "la calle" -porque eran quince personas- dejara de incomodar a la mayoría de la sociedad? ¿Y eso, se debería hacer también en Madrid (y en Madrit-concepto) o allí no lo aceptarían?