Es de primero de manipulación: coges un texto de alguien a quien quieres difamar, extraes un fragmento del contexto general, le haces decir lo que no dice, tus canales de transmisión difunden la versión falsa, montas la campaña de difamación y llegados aquí resulta que haces que alguien tenga que defenderse de lo que no ha escrito. Y a veces ante un tribunal. ¡SEN-SA-CI-O-NAL!
Pasó con el famoso artículo publicado por Quim Torra el 19 de diciembre del 2012 y que tantas veces ha servido para insultarlo. Allí él citaba el libro "De cuando las bestias hablaban", de Manuel Folch i Torres. Y escribía "Ahora miras a tu país y vuelves a ver hablar las bestias. Pero son de otro tipo. (...) Bestias con forma humana, pero, que segregan odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la lengua". Y añadía: "Viven en un país del que lo desconocen todo: su cultura, sus tradiciones, su historia. Se pasean impermeables a cualquier acontecimiento que represente el hecho catalán. Los crea urticaria (...) Tienen nombre y apellidos, las bestias. Todos conocemos alguna". ¿Y, a quién le dedica todos estos adjetivos? "Una de ellas (-se refiere a las bestias de quién habla-) protagonizó el otro día un incidente (...) Una de las escasas compañías aéreas que vienen aceptando con normalidad el catalán es Swiss (...) Si han cogido alguno de sus vuelos (...) habrán constatado cómo se viene utilizando nuestra lengua a la hora de despegar o aterrizar el aparato. (...) Pues bien, hace un par de semanas viajaba en un vuelo de Swiss una de estas bestias. Al llegar al destino, se anunció en catalán las típicas observaciones previas al aterrizaje. La bestia, automáticamente, segregó su salivación rabiosa. (...) horrorizada para tener que oír cuatro palabras en catalán. (...) Indignada, decidió escribir una carta en un diario alemán de Zurich, quejándose del trato recibido ya que "se violaban sus derechos" al ser el castellano la "primera" lengua oficial de España". Y, en toda página, la queja de la bestia salió publicada. (...) ¿Cuándo acabarán los ataques de las bestias? ¿Cómo podemos en el 2008 aguantar tanta vejación, tanta humillación y tanto desprecio"?.
Sólo hace falta saber leer y, además, entender qué lees para concluir que las bestias a las cuales hacía referencia el presidente Torra eran la gente que les molesta que el catalán sea considerada una lengua como cualquier otra. También en los aviones. En ningún caso se refería a un colectivo, ideología o sentimiento. Y quien así lo afirme, miente y manipula.
Pues bien, una cosa parecida ha pasado ahora con Jordi Graupera, candidato a la alcaldía de BCN por Barcelona es Capital. OKDiario, medio conocido por su curiosa relación con la verdad, le ha sacado el polvo a un artículo suyo de septiembre del 2012 que ha permitido a unos cuantos (y a unas cuantas) dedicarse al noble arte del insulto y la descalificación, pero por lo que no escribía. El ahora candidato hablaba de la novela "La cabaña del tío Tom" y citaba un artículo de Antoni Puigverd donde, según Graupera, "decía una verdad como un templo: Catalunya no ha sabido construir un sueño nacional colectivo. Puigverd ponía de ejemplo el olvido que el independentismo muestra a los millares de parados sin estudios que la crisis del ladrillo deja desprotegidos porque 'este sector social, mayoritariamente castellanohablante, es políticamente inocuo'. Y citaba a un intelectual según el cual 'no nos tenemos que preocupar por ellos: son nuestro white trash, basura blanca que no va a ninguna parte".
Graupera continuaba el artículo explicando el significado del concepto "white trash", que aparecía por primera vez en "La cabaña del tío Tom", donde servía para calificar los blancos que todavía eran más pobres y miserables que los esclavos negros y era un término que hoy se aplica a los blancos que viven en rulotes y sin ninguna expectativa en la vida.
Y seguía la pieza: "El término, asquerosamente despectivo, ilumina un tabú. Los inmigrantes de los sesenta fueron usados como carne de cañón por el régimen para diluir la cultura catalana, y por la burguesía como mano de obra barata. No les salió bien del todo: muchos se integraron y prosperaron. A los que no, el PSC les tenía como reserva moral. Y a través de la intervención pública y la red clientelar, creó un cordón ideológico en las barriadas (...) los marginaron económicamente y condenaron a sus hijos al white trash: aislados, protegidos por el paternalismo, sin acceso a la cultura (...) El expolio económico, la crisis y la inmigración reciente los ha dejado como unos white trash: compiten, sin recursos, con los nuevos esclavos sin papeles. Y como nunca ha hecho falta que votaran para apropiárselos, hoy cuesta mucho hacerles valer electoralmente a no ser que apuesten por la vía Albiol o Anglada. Carne de cañón, nuevamente (...) En el contexto actual, su abandono es una tragedia dentro de un drama. La independencia es para todos".
Se puede estar de acuerdo o no con los argumentos de Graupera, pero no insulta ni desprecia a nadie. Ni defiende posiciones supremacistas ni racistas. Como tampoco lo hacía Torra. Al contrario. Graupera, precisamente, le pide a la sociedad que tenga en cuenta aquellos a quien algunos denominan los "ninis".
Ahora bien, sacando frases de contexto, incluso es posible defender que Graupera y Torra mataron a Paquirri, a la perrita Laika, a Chaquete, a los marqueses de Urquijo, a Kennedy y a Versace. Ah, y son responsables del 4-0 del Barça en Liverpool.