El concepto de la postverdad (la mentira de toda la vida) ha quedado desbordado por la cantidad y la calidad de la información inventada estos días. Hay medios donde es más rápido y sale más a cuenta enumerar las verdades que han publicado que no las falsedades.
¿Empezamos por el Mosso legionario? Sí, resulta que el Mosso que abatió (la nueva palabra de moda) a los cinco terroristas en Cambrils primero era una Mossa y después un legionario que había entrado en el cuerpo. Eso provocó dos perlas literarias de un nivel que ahora mismo de la emoción me caen lágrimas como gambas de Palamós:
¿De dónde salió la noticia? Hasta donde he podido encontrar, los primeros al publicarlo fueron los de La Gaceta, autores de otro gran momento elaborado hoy mismo:
Resulta que alguien de La Gaceta leyó la página Dolça Catalunya, donde habían leído una información publicada en el diario italiano Corriere de la Sera.
Pues bien, el Mosso que abatió a los terroristas hace más de 15 años que está en el cuerpo y que nunca ha sido legionario. No lo digo yo, lo dice la Conselleria de Interior en un comunicado oficial. Y también resulta que Younes Abouyaaqou, conductor de la furgoneta de la Rambla, no tiene ninguna relación con el Independentismo, ni es voluntario del Sí, ni del No, ni del quizás. No lo digo yo, lo ha dicho el propio periodista, que ha acabado rectificado el texto, tal como explica Toni Piqué en esta pieza de El Nacional, y negando la primera información.
Mentiras probadas. Y mentiras no rectificadas. Conviven con otras mentiras e intoxicaciones como la de relacionar las protestas contra el turismo con los atentados, como la de culpar a los Mossos de una falta de colaboración con las fuerzas de seguridad del Estado que podría haber evitado el atentado (eso lo han hecho, sobre todo, en Dolça Catalunya), como la de culpar directamente Ada Colau del atentado de la Rambla por no haber puesto barreras que impidieran el paso de vehículos (aquí destaca al alcalde popular de Alcorcón), como la de insistir en que a las ruedas de prensa sólo se habla en catalán para hacer política, o como el último intento mediático de mezclar terrorismo y políticos catalanes. Los unos, con el peor estilo posible...
Y los otros usando el mismo titular. Del tipo, "los amigos de mis enemigos sueño mis enemigos y yo pasaba miedo aquí y he visto luz":
Ah, y por allí en medio un partido político de derecha extrema que ni sabe de dónde es concejal el concejal que hay que criminalizar, ni sabe dónde está Ripoll:
Sí, sí, resulta que los abogados defienden gente mala. Y si no hay pruebas, la justicia, en aplicación de la ley, absuelve la gente mala. Por lo tanto, estos medios también podrían haber titulado: "El Tribunal Supremo, culpable del atentado al dejar en libertad el líder espiritual del Imán que adoctrino a los terroristas".
Y para remachar el clavo, también podrían haber hecho un titular que ahora mismo les pone tan cachondos que ni 100 hidroaviones apagarían el incendio que tienen en la punta del cacahuete:
"Los terroristas catalanas adoctrinan moros de mierda en catalán payés mientras Ada Colau les señaliza donde atentar".