España es este Estado de la Unión Europea donde te manifiestas pacíficamente y al cabo de un rato de volver a tu casa la Guardia Civil te detiene acusada de terrorismo, rebelión y sedición. Y es este Estado donde a continuación te llevan a la Audiencia Nacional, previa pena de Telediario con imágenes tuyas esposada, para interrogarte y al cabo de dos días te dejan libre con cargos pero filtrando a la prensa que tienen contra ti pruebas definitivas. Y también es el Estado donde va pasando el tiempo, van cayendo las acusaciones, una tras otra, pero mientras, y para humillarte, te dejan en un agujero negro legal que incluye la prohibición de salir de tu término municipal durante más de un año. I finalmente, en ese Estado con esa democracia tan homologable y tan maravillosa, la broma acaba con tu absolución y con la jueza del caso riñendo a la Guardia Civil por la inconsistencia de la acusación. Y no pasa nada.
Hoy la justicia de este Estado, la justicia "normal", o sea la no política -que hay-, ha absuelto a Tamara Carrasco después de más de dos años acusándola de terrorista sin ni una sola prueba. Pero si le parece repasamos el guion del montaje. Primero necesitaban la foto y el titular. Guardias Civiles encapuchados con chalecos antibalas llevando a una persona esposada y las palabras "Terrorismo" y "Procés" juntas. Ya está, ya lo tenemos: ¡terrorismo en Catalunya!
Después hacían falta las "pruebas" y poner el concepto "CDR" para instalar la idea de que los CDR son un grupo terrorista.
La tercera pata del argumentario era relacionar CDR y terrorismo con Podemos, contra quien en aquella época las cloacas del estado empezaban a lanzar mierda.
Y para acabar de reforzar la idea de que se quería instalar en la opinión pública, había que hacer aparecer la palabra "explosivo" por algun lado.
Una vez ya tenían todo eso había que transmitir que eso no era cosa sólo de la persona de la foto, no. Los terroristas eran un "grupo", una organización contra la cual la fiscalía tenía pruebas.
El problema es que el montaje fue efectivo mediáticamente, pero era tan burdamente inconsistente que no se aguantaba por ninguna parte y, por sí solo, se fue deshaciendo como un azucarillo. Como una inmensa boñiga al sol en pleno mes de agosto. ¿Entonces, qué hicieron? Seguir usando la foto de la detención para seguir instalando la idea de que aquello era una organización terrorista. ¡Inasequibles al desaliento!
Siempre con la inestimable colaboración de quien, sabiendo que no existía ninguna prueba y que lo más probable era que todo acabara en nada, seguían probando a ver si había suerte y lo salvaban.
Y así hasta hoy, el día en que se ha acabado la farsa, la mentira y el engaño. Se ha acabado la pesadilla para Tamara Carrasco y el estado le ha tenido que sacar el pie del cuello. El pie con que decidió pisarla impunemente para escarmentar a la ciudadanía que se manifestaba contra la detención del president Puigdemont en Alemania, un caso, por cierto, que también acabó en nada. Es decir, dos años después queda desnudo un montaje de humo que estaba absolutamente guionado y lo más terrible, aparte del daño personal que le han hecho a Tamara Carrasco, es que no sucederá nada. De nada.
Nadie reparará el mal personal ni a la imagen que le han producido. Ni afrontarán los efectos que eso ha tenido. Los autores intelectuales de una estrategia que tenía como objetivo relacionar Procés con terrorismo, la famosa plantilla vasca, hoy cenarán tranquilamente pensando en que otro día será. Porque, sí, habrá más días. Y más Tamaras.
Guste o no guste a muchos, la realidad es tozuda y ha vuelto a mostrarnos que España es este Estado de la Unión Europea donde cuando llaman a la puerta de tu casa a las seis de la mañana, sabes seguro de que no será el lechero. Y que seguidamente un ejército de gente armada hasta arriba te reventará la puerta y se te llevará detenido por terrorista. Así de triste y así de real.
Ah por cierto, por este mismo caso Adrià Carrasco decidió huir de España. Como es natural no se fiaba del Estado y vive en Bélgica. ¿Qué pasa ahora con él que está acusado de una cosa que no ha sucedido? ¿Y a él quien le vuelve estos más de dos años de su vida fuera de casa?