Y qué, ¿usted con quien va, con Putin o con Ucrania? Sí, es que se ve que en las guerras siempre se tiene que ir con alguien y dependiendo de la ideología de cada cual. Porque las razones se dan y se toman en función de lo que defiendes y no de quien es el agresor y el agredido. ¿Ah, que en esta invasión usted es equidistante? ¡Pero, qué me está diciendo! Está contra la guerra, pero también contra la OTAN y me dice que ahora mismo hay muchas otras guerras sobre las cuales nadie dice nada. ¿Me está hablando de guerras sobre las cuales usted tampoco había abierto boca hasta hoy y que justamente ahora se acuerda de ellas para justificar su equidistancia? ¡Ah, de acuerdo! Usted no está a favor de Putin, pero tampoco puede defender a la OTAN. Porque usted defiende que el partido lo juegan Rusia contra la OTAN. Perfecto. El no a la OTAN es de 1986 y estamos en el 2022.
El "No a la guerra" del Iraq fue mucho más mayoritario porque juntó un no a Bush y a Aznar, que era ideológico, con un no a las mentiras descaradas para justificar una guerra que no tenía ningún sentido. Como la mayoría. En aquel momento nuestros gobiernos eran el Putin de ahora buscando excusas para hacer lo que querían hacer fuera como fuera y bombardeaban al débil. Y en aquella condena nadie invocó los bombardeos en el Yemen de turno para ser equidistante. No hacía falta. Claro, cada cosa tiene su momento y las justificaciones son como masilla que sirve para tapar cualquier agujero argumental. Sí, es que hay momentos en que estar a favor de la paz es más fácil que otros, ¿verdad? Total, que todos estamos contra la guerra, pero. Como aquel que no es racista, pero. No, no y no rotundos, pero al final siempre la frase no se acaba en la condena sino que continúa con un pero.
Y mientras, la ultraderecha europea, o bien callada en casa o bien callada en el parlamento alemán esta mañana, con todos los diputados de pie aplaudiendo al embajador de Ucrania presente en el pleno extraordinario de la cámara donde se ha tratado del conflicto. Y ellos sentados y quietos. Porque ellos también son equidistantes. Exactamente porel otro lado. Cómo lo son con los refugiados, ¿verdad? Porque, ahora ¿qué defenderán algunos? ¿Que los ucranianos que huyen de la invasión sean acogidos en Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumania o llamamos a Erdogan para que nos les entretengan en unos campos que, desde todos los puntos de vista, son inmorales? Kiev está a tres horas y tres cuartos en avión de Barcelona. Vaya, a tocar. Pero Trípoli, en Libia, está a dos horas. Y les hemos dejado ahogarse en la mediterránea cerrando los ojos y, sobre todo, las fronteras. Y a los sirios también. Y a los africanos que llegan de países subsaharianos. No, es que todos no pueden venir. No caben. Ya, porque todo es muy complejo. Demasiado. Y es mucho más cómodo despacharlo a partir de la ideología y de los prejuicios que se derivan de ella que del análisis de cada realidad.