Esta ha sido la semana en que el Parlament ha vivido la comparecencia de dos periodistas de Público que explicaron cómo funcionan las cloacas del estado. Y ha sido la semana en que no ha pasado absolutamente nada. De nada.
Era cuestión de tiempo que, desde el unionismo mediático, intentaran crear un relato paralelo para contrarestar el impacto conseguido, al menos en Catalunya y en según qué medios, por Patricia López y Carlos Enrique Bayo. Es el fenómeno que podríamos llamar de las líneas paralelas (por cierto, hay medios catalanes que todavía hoy no han dedicado una sola línea al tema).
El fenómeno de las línias paralelas consiste en que ante un relato que perjudica la ideología que intentas inocular con tu línea editorial, tú creas un relato paralelo que sirva de respuesta. Pero no rebatiendo los argumentos que desmontan tu relato sino con el "y tú más". ¿Dicen que yo maté Chanquete? Pues usted mató a los Marqueses de Urquijo (Nota del autor: las referencias usadas han sido puestas a propósito buscando una complicidad generacional). Ahora bien, ninguna explicación de mi asesinato de Chanquete.
Sé que ahora es un poquito pesado leer todo el texto que le adjunto, pero creo que es necesario hacerlo para tener una visión de lo que es el contenido, el tono y los argumentos creados para obtener este relato paralelo. Primero el titular, que ya deja claro que los malos y los que actúan con impunidad son los otros:
Y, a partir de aquí un relato donde los otros son totalmente malos, perversos, mentirosos, manipuladores y actúan con una total y absoluta ilegalidad:
El Mundo también se apunta a la fiesta
Pero lo más interesante de la respuesta es que todos los medios que la han "comprado", han usado los mismos argumentos. Y eso, evidentemente, quiere decir que el origen es lo mismo. Alguien ha creado un relato paralelo y lo ha distribuido entre la clientela destinada a reproducirlo.
Y entre estos medios, uno que fue citado repetidamente en la comparecencia parlamentaria del martes. Publica el relato que intenta crear el espacio comunicativo paralelo, pero sin haber explicado anteriormente el relato que ahora intenta tapar. O sea, el pobre lector del medio se encuentra con una historia de la cual no sabe el origen, porque no se la han explicado, y, por lo tanto, no entiende nada. Realmente leer el diario cada día es más complicado, ¿no cree?
El atentado de Manchester no fue la noticia del día
Fué por la hora en que sucedió, o será porque era Manchester y no una ciudad como París o Londres donde todas las cadenas de TV y de radio tienen alguien a quién poder entrar por teléfono, o será por una terrible sospecha que me recorre la cabeza, pero el atentado terrorista a la salida del concierto de Ariana Grande no detuvo la programación habitual de los medios como si que ha sucedido otras veces. Y al día siguiente el atentado no era la noticia de apertura en muchos de los medios que en otros atentados lo pararon todo por informar durante horas. Como por ejemplo, del atentado de Niza.
¿Y, cuál es mi sospecha? Que sufrimos una sobresaturación. En un mundo donde cada día nos cae encima un paquete de entretenimiento que pasa por ser información y que prácticamente no podemos consumir por el volumen de material que contiene, al final sólo nos motiva la novedad. Querría pensar que eso no es así y que quizás también hay una parte de autodefensa, de decir: "es tan horrible que haré ver que no ha "pasado", pero me temo que no.
Me temo que ya nos hemos acostumbrado a los atentados terroristas indiscriminados en el corazón de Europa porque han dejado de ser novedad. Y, como no nos informamos sino que nos entretenemos, el impacto de lo que ya hemos visto no nos provoca curiosidad y, por lo tanto, deja de interesarnos. Para entretenernos necesitamos nuevos estímulos. Es terrible, sí, pero es aquello de "esta película ya la he visto y quiero ver la nueva". Insisto, querría pensar que eso no es así, pero no tengo argumentos que me lo desmientan. Ahora mismo un atentado en Manchester ya va al mismo paquete que uno en Islamabad.
Eso sí, la frivolidad no la perdamos nunca. Sobre todo. La banalización insultante que no falte. Aprovechemos cualquier barbaridad para hacer cosas muy extrañas:
Convierten al héroe anónimo en un producto de consumo
Quizás este caso que le explicaré ahora confirma mis sospechas sobre los nuevos estímulos que necesitamos para seguir consumiendo información. De repente aparece un terrible virus informático que nos dicen que acabará con medio mundo. Medio mundo de los ordenadores. Todo el mundo habla de él. Es el gran tema, pero la noticia desaparece a toda velocidad. Su lugar lo ocupa la historia del héroe anónimo que acabó con la amenaza. Un chico desconocido que desde casa salvó miles de desvalidos consumidores informáticos porque se le encendió una lucecita y encontró la solución que los mejores expertos habían sido incapaces de encontrar.
Una noticia positiva que nos hace soñar con la posibilidad de que nosotros algún día quizás también nos convertimos en famosos por casualidad. La historia perfecta para consumir y no la del virus, que nos da miedo y no nos hace felices.
Y entonces llega la segunda parte. Los diarios sensacionalistas se dedican a perseguir al pobre chico hasta conseguir publicar su nombre, su dirección y su vida. Y los diarios "serios" publican lo mismo que los diarios sensacionalistas, pero acusando los sensacionalistas de perseguir al pobre chico:
O sea, yo explico todo el chafardeo del barrio mientras me dedico a criticar a la gente que chafardea en el barrio. Interesante
Otra encuesta que no lo era
Acostumbro a no creerme ninguna encuesta que coincida exactamente con la línea editorial del medio que la publica. Una cosa diferente son las encuestas que dicen una cosa y el medio las maquilla tanto que hace un titular totalmente opuesto al resultado real. Y después están las encuestas que no lo son. leyendo esta pieza creo que queda claro a lo que me refiero...
Un titular que lo es exactamente
Quizás soy demasiado quisquilloso, pero creo que el titular no se corresponde del todo con lo que dice exactamente Miguel Ángel Rodriguez.
Ojo, que el personaje puede decir grandes barbaridades y más, pero esta no...
Y dicho esto, que tenga una buena semana media...