En la sesión de control del Congreso de los Diputados del miércoles pasado, Pablo Casado consiguió mentir tanto por letra cuadrada y con una ejecución tan pasada de vueltas que Pedro Sánchez le lanzó aquello del "¿Pero, cuántos cafés se ha tomado?". Entiendo que este hombre y a quien le hace decir las barbaridades que excreta por aspersión como si sufriera una gastroenteritis verbal, han considerado que aquello les fue bien, porque hoy ha vuelto a ello. Esta vez en Galicia. Y sería la confirmación que, efectivamente, lo que toma no es café.
La diferencia es que hoy ha añadido nuevas mentiras a su performance, cosa que demostraría un interés en ir diversificando su fraude a la inteligencia humana. Si quiere comprobar de primer oído cómo es posible volver a mentir en menos tiempo, aquí tiene el audio:
Destaca la manía de este personaje por las piedras. A la fijación enfermiza de decir que el Govern de la Generalitat pide apedrear niños, cuando lo que sucedió es que hubo un tuit -UNO- hablando de piedras (por cierto, teniendo en cuenta que cada día se envían 500 millones de tuits, la magnitud de uno es la que es), ahora añade esto de las piedras en la mochila por hablar español en el patio. La próxima semana supongo que ya estaremos instalados en que a los niños los ponen piedras en la boca, los obligan a masticarlas y después los tiran (a los niños). Ah, por cierto, la de los castigados sin poder ir al wc por hablar en español ya es una fake news muy vieja, eso querría decir que su guionista está demasiado despistado elaborando la biografía de Umititi que, provisionalmente, se titulará "¿Quiere triunfar a base de trabajo? Pregúnteme cómo".
Y eso otro de los guardias civiles, que hace referencia al caso del instituto de Sant Andreu de la Barca, pues qué quiere que le diga? En su momento hubieron nueve denuncias y la justicia (LA JUSTICIA ESPAÑOLA) las archivó todas. Y esta misma semana el señor Ciutadans de aquella villa ha afirmado que no, que no sucedió nada de lo que en su momento afirmó su partido. Por lo tanto, tan respetuoso que dice Casado que hay que ser con la justicia y con la verdad, quizás que se lo aplique y, como dijo aquel, cuando hablen del caso de Sant Andreu, calle, ¡CAAALLE!
Pero, ¿por qué miente Casado? ¿Por su guerra interna con Isabel Díaz Ayuso? ¿Para recuperar los votos que le toma VOX, su marca blanca? ¿Es una enfermedad? ¿Se da cuenta de que se está convirtiendo en una calca de Miguel Bosé? ¿Es consciente de que ahora mismo es como una especie de predicador antivacunas que de pequeño se cayó en una marmita de anfetaminas y que engaña mucho, pero cada vez a menos incautos? Del pseudocientífico hemos pasado al pseudopolítico que lo sabía todo, menos que era un ignorante.
Y cuando lo oigo no puedo evitar tener un pensamiento para la gente del PP de Catalunya, a quien doy todo mi apoyo. Mire, a un servidor de usted le ha tocado ir a muchos mítines y a muchos actos del PP. Y más allá del tópico de las señoras de zona alta que van jorobadas por culpa del peso del collar de perlas y que transitan por el mundo con perros con un tamaño tal que te caben en el bolsillo del pantalón, he podido hablar con muchos militantes de base del PP de Catalunya que se lo creen de verdad. De los que pican piedra desde hace años. Y cuándo ven estas cosas... bien, oiga, si es que en el Parlament se han quedado con tres diputados. Si es que a la gente del PP catalán les han hecho tantas putadas que cuando hay elecciones prefieren abstenerse antes que ir a votar las chapuzas que se sacan de la manga desde Madrit (concepto), con Cayetana como última brillante idea.
¡Si es que cuando las palabras de Casado entran por la puerta de casa de la pobre gente del PP catalán, ellos huyen por la ventana y no paran de recorrer hasta pasado Plutón!