Si nada cambia, el Gobierno aprobará este martes el llamado pasaporte COVID. Usted y un servidor de usted no somos epidemiólogos (o quizás usted sí) pero, en todo caso, como tenemos ojos y orejas, hace días que estamos viendo que la cosa esta del virus vuelve a empezar a ir por la cornisa. Y usted y un servidor de usted sabemos que siempre -SIEMPRE- es mejor prevenir que curar. En general y ahora en concreto. Por lo tanto, tras casi dos años de pandemia, ¿no empezaría a ser hora de ir por delante de las situaciones? Sobre todo ahora que tenemos las vacunas y que funcionan. Porque, a ver una cosita, usted y un servidor de usted vamos en el mismo coche que los que toman las decisiones. Y si nosotros vemos que vamos de frente hacia la pared y que sería muy conveniente frenar antes de volver a comérnosla, ¿por qué los encargados del pedal correspondiente no lo usan? No puedo entender esta manía de no evitar los choques que se ven clarísimos.
Y siguen sin explicarnos las cosas. Y sin hacernos partícipes en el combate del virus. No nos sentimos elementos activos, en positivo, que actuamos desde nuestra responsabilidad. Porque en ningún momento nos han hecho sentirnos parte. No, siempre salen a notificar las decisiones de manera unilateral, de ellos hacia nosotros. Y riñéndonos. La inmensa mayoría obedecemos, colaboramos, pero seguimos sin tener la sensación que busquen nuestra complicidad. A ver si me sé explicar... Tengo la sensación que seguimos instalados en eso de que ellos (ellas y ellis) nos dan las órdenes, pero sin argumentarnos las causas y los motivos por los cuales han tomado esa decisión en ese momento y han desestimado otras. Quizás si lo hicieran seguiríamos cumpliendo con lo que toca, pero entonces desde el convencimiento que te aporta que hayan compartido las reflexiones contigo y que sientas que la cosa es bidireccional. Que eres parte.
¿Pasaporte COVID? Muy bien pero, ¿por qué ahora y no hace quince días? No me explique las nuevas medidas y el bla, bla, bla habitual, porque ya me he perdido hace meses y mi capacidad de retentiva ahora mismo es de menos quinientos mil. Explíqueme por qué no actuaron cuando empezaron a empeorar los indicadores y sí ahora. ¿Cuál es la diferencia? Si tenemos claro que una muela hace falta tratarla cuando la caries es sólo un pequeño punto, ¿por qué esperamos siempre a que haya un agujero que se ha llevado media pieza? Pues nos lo explican, porque quizás hay una causa y si la conocemos incluso es probable que la entendamos. Y si la entendemos, aceptaremos la decisión desde el convencimiento y no desde la orden. Y ya no por nosotros, sino por los que no se quieren vacunar por pereza, por miedo, porque creen que no hace falta o por lo que sea. Si usted hubiera reaccionado hace días, mucha de esta gente a fecha de hoy ya estaría vacunada. Reaccionando el martes, estarán vacunados dentro de un mes.
Oigan, es que a fecha de hoy todavía lo nos han explicado la causa real por la cual desde el primer día nos han permitido ir en transporte público y, en cambio, cerraron bares y restaurantes. Por ejemplo. Todavía es momento que alguien salga y diga: "miren, en el transporte público y con mascarilla -y bien puesta- hay un cierto riesgo, pero tenemos que estar dispuestos a correrlo para que todo el mundo pueda ir a trabajar y, de esta manera, no paremos el país y nos vayamos todavía más a la mierda. En cambio, chapamos los restaurantes porque allí la gente se saca las mascarillas para comer y charla, eso provoca más riesgo y valorando pros y contras, es mejor evitarlo". Fíjese si era sencillo. Pues no, esto y todo el resto lo hemos tenido que descubrir usted y yo a base de fijarnos mucho. Demasiado. ¡Y pronto hará dos años!