Cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana. Los anfitriones europeos son la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Charles Michel y el presidente de turno de la UE el francés Emmanuel Macron. Van pasando representantes africanos para hacerse la foto y llega el turno del ministro de Exteriores de Uganda Haji Abubaker Jeje Odongo. Por favor, mírese el vídeo del momento:

Efectivamente, el tal Haji Abubaker Jeje Odongo pasa olímpicamente de la señora Von der Leyen y sólo saluda a los hombres. Hasta que Macron le hace ver que no están ellos tres solos sino que también hay una mujer. Y entonces el ugandés espaviladito se digna a mirársela, pero no se rebaja a darle la mano, por si las moscas. Mientras, Michel se lo mira como si no hubiera pasado nada. Y sí sí que pasó. Y mucho.

Haji Abubaker Jeje Odongo, aparte de ser un señor por civilizar es un maleducado. Y teniendo en cuenta las dos cosas, aquel era el momento idóneo para, por el mismo precio, civilizarlo y educarlo. Públicamente. ¿Cómo? Obligándolo a saludar a la señora Von der Leyen. Y si para hacerlo, el individuo se enfada, tendrá dos trabajos. Y si además de enfadarse se niega a aceptarlo, serán tres trabajos. Los dos primeros y el de volver al aeropuerto para largarse a su país porque queda expulsado de la cumbre. "Oh, es que mi cultura me impide saludar mujeres". Pues mire, la nuestra es justo al contrario. ¿Sus "costumbres" son superiores a las nuestras? ¿No? Pues salude. ¿Que usted cree que sí? Pues Feliz Navidad y recuerdos al caganer del belén. "Oh, es que la diplomacia obliga a mantener un equilibrio y hay que mantener las formas...". Efectivamente, por este motivo, por la diplomacia y porque quien no mantiene las formas es Haji Abubaker Jeje Odongo, este personaje se va.

Y en relación a Charles Michel, oiga buen hombre, ¿usted qué? ¿Qué hace allí en el medio plantado como un pasmarote sin manifestar ninguna incomodidad por la intolerable actitud del visitante y sin hacer nada para evitar el desprecio? ¿O es que le parece bien? ¿O es que tiene miedo a abrir la boca? Y lo peor es que no es la primera vez que esto sucede con Michel y Von der Leyen reunidos con un representante externo a la UE. Recordemos el 7 de abril durante una reunión con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan en Ankara.

Aquel día Michel hizo como el juego de las sillas y corrió a sentarse en la primera que encontró vacía, no fuera que quien se quedara de pie fuera él. Y ella se quedó apartada en el sofá de la esquina. En aquel caso, a diferencia de tal Haji Abubaker Jeje Odongo, quien se debería haber marchado de allí hubiera tenido que ser ella. Dignamente. ¿Me ponen en un rincón? Pues aquí se quedan. ¿Si no han puesto tres sillas es que no contaban conmigo, no? Pues yo tampoco cuento con ustedes. ¡Buen provecho! Y ya se espabilarán.

Eso sí, muy importante, el día que Charles Michel deje su actual cargo, por favor, que lo coloquen de número dos en alguna cosa de igualdad o de derechos de las mujeres donde mande una mujer. Y que en las reuniones lo sitúen en una sillita de playa plegable. A ver si capta la idea.