¡Es la ley! ¡Ah, la ley! Cuántas ilegalidades se han cometido en tu nombre. "¡Cumple la ley, maldito!", nos repiten. Ellos. A nosotros. ¿Pero, los señores y señoras ley, qué? ¿Quien es, representa y hace cumplir la Ley, tiene que cumplirla? Aunque sea sólo para dar ejemplo. Bien, y ya que estamos, también por lo que sería cumplir la propia ley, ¿verdad?. ¿Y si quien es la Ley prostituye la ley, tenemos el deber de incumplirla y, seguidamente denunciar a los prevaricadores (y prevaricadoras)? Porque si eso fuera así, a servidor de usted se le ocurren ahora mismo unos cuantos nombres. Pero claro, no los puedo escribir porque yo no soy la Ley y ellos sí. Y a mí ellos podrían castigarme aplicándome su ley y yo a ellos lo único que les podría aplicar, como mucho, es un descuento si me compraran las mascarillas que fabricaría en prisión.
Es aquella manera de funcionar según la cual el árbitro de un partido de fútbol sube tranquilamente a rematar los saques de esquina que lanza uno de los dos equipos y resulta que el Comité de Competición que vela por la pureza del campeonato no sólo le anima a hacerlo sino que lo premia porque todo forma parte de un inmenso sistema corrupto (ojo, estoy hablando de un hipotético caso de un presunto árbitro hipotético que rematara los saques de esquina durante un presunto e hipotético partido de fútbol).
Y ya no es sólo que haya leyes injustas, que las hay. Es como se aplican las justas. Podríamos llamarle proporcionalidad. Y, en general, sería aquello que se conoce como La Justícia, que una de las gracias es que tiene que ser justa. Yo no soy epidemiólogo y tampoco soy jurista, pero creo que todavía soy capaz de distinguir que no merece el mismo castigo alguien que roba una barra de pan para poder comer que quien roba 6 mil millones de euros esterlinos de miles de pequeños ahorradores. Sí, los dos roban, pero estamos de acuerdo en que no es comparable.
La ley. ¿Qué ley? ¿La que le aplicaron en su momento al rapero Valtònyc, por ejemplo? Sí, hizo unas letras muy mejorables llenas de barbaridades diversas. Pero, ¿es proporcional y justo condenarlo a tres años y medio de prisión por "enaltecimiento del terrorismo, calumnias e injurias graves a la Corona y amenazas no condicionales"? ¿Sí? ¿De verdad?
¿O es la ley que ahora le han aplicado al president Torra? ¿De verdad que lo echarán de su cargo por la pancartita? "Oh, es que ha desobedecido", dicen. Sí, sí, ¿pero por desobedecer a la Junta Electoral con una pancarta (llámele robar una barra de pan) te vas para casa? "No, es que además se ha reafirmado en la cosa diciendo que lo volvería a hacer", añaden. ¿Hombre (y mujer), aquí se juzga el hecho o lo que dices después cuando ves cuál será tu futuro y que hagas lo que hagas y digas lo que digas te comeras el marrón? ¿Sabe aquello del convento y el tiempo que te queda en él?
Total, que el árbitro remata los corners en plancha y si el portero rival para la pelota usando las manos, es a él a quien expulsan. Por desobedecer. Concretamente desobedecer las ganas que tenía el árbitro de hacer un gol y ser el gran protagonista de la fiesta. Y porque los porteros rivales molestan mucho con esta puta manía suya de detener los chuts de la Ley.