Visto desde Catalunya, el titular triunfal después del congreso del PSOE es: "El PSC gana peso en la ejecutiva del PSOE". De la misma manera que los presupuestos presentados por el Gobierno, vistos desde Madrit (concepto) son "un castigo a Madrid" o "una concesión a Catalunya" y en la prensa amiga con sede en la capital son titulares como "El Gobierno riega Catalunya y castiga a Madrid y Andalucía", "Recortan un 8,4% la inversión en Madrid", "Catalunya recibirá el doble de inversión que Madrid" o "Catalunya recibe una lluvia de millones y Madrid sale perjudicada". Con la guinda de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, diciendo que "se ha pasado de la España nos roba a robar a Madrid". Pero rascas un poquito y todo tiene la misma consistencia que la lava recién salida del volcán de La Palma.
Sí, sí, es cierto que este PSC que tanto apoyo ha dado a Sánchez para que esté donde está, refuerza su presencia en la dirección del PSOE. Pero es un aumento de 3 a 4 miembros y uno de ellos solo como vocal y sin tener ninguna secretaría. Ahora comparemos números. El PSC aporta al PSOE el 7,78% de la militancia y Madrid el 7,83. Incluso los de letras vemos un empate técnico. Pues bien, el PSC tiene los ya citados cuatro representantes y la capital tiene... ¡SEIS! Y, ¿sabe quién más tiene cuatro? Por arriba en porcentaje el País Valencià con un 9,47% de la militancia y por debajo Castilla-León con un 5,27. O sea, a igual porcentaje entre Madrid y Catalunya ellos tienen dos representantes más y Valencia con un punto y medio más, dos menos. Pero aquí lo que queda es que se ha favorecido al PSC.
Es exactamente lo mismo que sucede con el Anticatalanismo General del Estado, también conocido como "los presupuestos". Aquella pereza de cada año teniendo que soportar que somos unos chorizos insolidarios que dejamos a Madrid en la indigencia cuando la verdad es otra muy diferente que se resume en aquella frase, pero adaptada: "¡Es la ejecución, estúpido!". Desde el 2015 al 2018, el porcentaje del presupuesto ejecutado en Madrid fue del 113,9% y el de Catalunya del 65,9. O sea, la diferencia es de un... ¡CUARENTA Y OCHO POR CIENTO! Si lo quiere por años, en el 2015 ellos tuvieron un 127% y nosotros un 70; el 2016, 113 y 56; el 2017, 117 y 81 y el 2018, 100,8 y 57. ¡Han cantado bingo! ¿Algún bingo más?
Por suerte, durante los seis primeros meses de este año vamos muuucho mejor y el Gobierno ha ejecutado el 41,1% de la inversión prevista en Madrid y el 13,3 de la que le tocaba a Catalunya, con lo cual la diferencia ya solo es del 27,8%. Felicidades a los premiados. Pero no se vaya que hay más cifras. Catalunya aporta al Estado el 19% del PIB y el Estatut dice que este tendría que ser, como mínimo, el porcentaje en inversiones a recibir cada año (y eso olvidándonos definitivamente del déficit histórico). Pues bien, la previsión es de un 17,2%, prácticamente dos puntos por debajo. ¡SEN-SA-CI-O-NAL!
Y finalmente, dos cifras más: 1/ Lo que denominan "inversión no regionalizable", un bloque que no se puede asignar directamente a una comunidad, son 7.378 millones que van a Madrid por capitalidad, más del triple que recibe Catalunya en este apartado y 2/ Madrid tiene el 29,2% de los funcionarios del Estado, con todo lo que eso significa de gasto y de poder adquisitivo garantizado, y Catalunya un 5%. Al resto se les paga con una financiación claramente escuálida que provoca, entre otras cosas, que la Conselleria de Déficit sea una de las mayores.
En definitiva, que ya les diré yo quién roba a quien, con qué parte del cuerpo nos riegan exactamente y qué es lo que nos está lloviendo.