Ahora mismo, junto con las vacunas que no llegan, es el gran tema, si hacemos caso de las audiencias y de lo que se habla en la calle y en las redes. Ha provocado que ministros entren en el programa "Sálvame" para comentar el caso y en el atril del Congreso des los Diputados diversas señorías se hayan referido. Sí, hablo del caso Rocio Carrasco, "Rociito". Y ahora usted me dirá: "¿piensa hablar de eso?". Pues mire, sí. ¿Y sabe por qué? Porque tenemos ante nuestras narices un ejemplo de cómo funcionan los medios de comunicación y la opinión pública. Y lo estamos viendo mientras se construye. Y eso a un servidor de usted no sólo le interesa sino que le apasiona.
Rociito apareció el domingo en Tele 5 en una entrevista que denominaron "documental" y donde el gran titular fue que su expareja, Antonio David Flores, la había maltratado psicológicamente. Por lo tanto, parecería que de lo que estamos hablando es de maltratos, pero no. Los maltratos son la excusa para poner en marcha una maquinaría mediática potentísima a través de la cual todos los actores quieren obtener un beneficio. Empezando por la protagonista. ¿Estoy diciendo que esta señora se lo ha inventado todo? No. Por la manera en que lo explicaba, yo me la creo. O es una gran actriz. Pero, hasta que no se demuestre lo contrario, en esta parte de la historia siempre con ella, que es la víctima. Ahora bien, esto es televisión. Por lo tanto es un espectáculo pensado para hacer negocio y hay varias capas que construyen una inmensa lasaña argumental.
Tenemos el producto, el material, el programa. Y hemos sabido que fue grabado hace meses, que ha estado guardado en un cajón y que justamente ha salido ahora porque los propietarios de la cadena lo han decidido así. Son ellos quien tendrían que explicarnos por qué han esperado tanto a hacer público un caso de maltratos, que es una cuestión suficientemente grave como para no callársela.
Tenemos las negociaciones entre Rociito y su actual pareja con la productora que ha realizado el programa y con Tele5 (Paolo Vasile). El acuerdo incluye un dinero (Atresmedia, grupo empresarial competencia de Mediaset-Tele 5, habla de dos millones de euros), que Antonio David Flores fuera despedido de los programas de esta cadena donde participa y que ellos, a cambio, retiraban todas las demandas presentadas contra varios colaboradores y empresas que participan en los diversos formatos que produce y emite Tele5.
Tenemos la denuncia que en su momento ella presentó a la justicia y que fue resuelta a favor del tal Antonio David, que aparte de haber sido despedido está sospechosamente callado. Y ahora voy a hacer una pregunta-suposición: ¿cuando ya no puedan sacarle más jugo a la actual pantalla, será momento que salga él dando su versión y reavivar el tema?
La tenemos a ella, de quien ya he dicho que me la creo. Ahora bien, eso no quiere decir que ella no tenga sus intereses económicos, pero también personales de venganza, con los hijos de por medio.
Tenemos los intereses de la cadena. Sacan este tema cuando más les conviene a ellos y no a la víctima. Arrasan en audiencia y a partir de este momento lo explotan sin manías en todos sus programas, que también suben de audiencia. Y vendiéndonos que todo es porque quieren denunciar unos maltratos, blanquean su mala fama de ser una TV machista y que hace telebasura.
Y tenemos los intereses del grupo televisivo rival, Atresmedia -Antena3 y La Sexta- de quienes antes le hablaba y que a través de uno de sus medios, el diario La Razón, ya ha publicado todos los trapos sucios posibles sobre el caso. Para neutralizar la ofensiva que les está dejando sin audiencia. Y, por lo tanto, sin negocio.
Por lo tanto, unos personajes famosos, una historia que tiene todos los elementos de un culebrón, morbosidad en abundancia y una cadena de TV experta en retroalimentarse con los temas que ella misma crea son los ingredientes perfectos para poner en marcha la máquina de hacer billetes. Aparecerán nuevos personajes y nuevas tramas y los maltratos que habrán sido el cebo para dar credibilidad y consistencia a una riña entre privados irán a la papelera de esta historia. Y eso habrá sucedido con la colaboración de la afectada que, conscientemente o no, habrá banalizado uno de los problemas sociales más graves. ¡Todo y todos por la pasta! ¡Y el público encantado!