¡Ya era hora de que los políticos se dedicaran a los temas que realmente interesan a la gente! ¡Por fin Ciutadans ha conseguido acabar con otra de las dictaduras existentes en nuestra región! Por fin en Esplugues de Llobregat/Cuevas del Lobregado la gente sencilla podrá entender las señales de tráfico.
Aplaudo la medida porque, es que ya está bien eso de llegar a un stop y no saber si tienes que detenerte o acelerar a 200 por hora. Y todo por culpa de no entender el texto. Ahora bien, espero que eso no se acabe aquí y que el bilingüismo transital (o transítico) sea aplicado también al resto de momentos en que tú vas conduciendo y la lengua te impide una correcta conducción (y cuando digo la lengua me refiero a la hablada, no a la que está situada entre el paladar y la mandíbula).
Por lo tanto, lo que hay que rotular en los dos idiomas serían: 1/ los semáforos. Tanto los colores como los muñecos que aparecen. Sólo en catalán no se entienden y nunca sabes si puedes pasar o no y si el rojo es verde, o viceversa, y si el rojo va a la derecha o a la izquierda; 2/ las flechas pintadas en el suelo. Ahora no hay manera de saber si yendo por el carril por el cual circulas tienes que continuar recto, tienes que girar a derecha o a la izquierda o tienes que dar media vuelta, o qué narices tienes que hacer. Y la culpa es de que sólo estén pintadas en catalán; 3/ sucede lo mismo con la pintura de los pasos de peatones. En bilingüe se entenderán mejor las líneas; 4/ las matrículas de los coches. Eso sí que es desesperante. No hay quién las entienda. A mí me preguntan mi matricula (6969 KOME) y no soy capaz de decirla, porque tanto las letras como los números están en catalán. Terrible; 5/ las señales de limitación de velocidad. Vas circulando, ves una señal de 80 y si no entiendes el catalán te arriesgas a una multa porque es imposible asimilar la información; 6/ los paneles informativos donde se indican las autopistas o carreteras y los destinos. Vas conduciendo tan tranquilo (o tranquila) y, de repente, ves "Barcelona por AP7 a 32 kilómetros"... ¡¡¡y ya la hemos liado!!! Como sólo está escrito en catalán, ni idea de adónde va aquella vía, qué vía es y a cuántos kilómetros está la ciudad; y 7/ los paneles informativos con los precios de los carburantes. Sí, es aquello que hay en las autopistas y que es tan práctico. Pasas a 120 por el carril de la izquierda y a la derecha, más allá del arcén, hay unos rectángulos con los precios de todas las gasolinas y gasóleos de las próximas siete gasolineras. Nada, muy poca información y en un gran espacio que puedes consultar con un gran detenimiento. Ah, y con lucecitas, para que de día el reflejo te ayude todavía más. Pues bien, si no se entiende nada y es una información totalmente inútil es porque los nombres de las gasolineras y todos los precios están en catalán.
Ah, y se me olvidaba el gran argumento, el razonamiento fun-da-men-tal que sustenta la filosofía de la cosa, propiamente dicha: en países con dos idiomas oficiales, como Bélgica, todo está en bilingüe porque hay dos comunidades totalmente diferentes, divididas y ajenas. Y eso es lo que se pretende aquí. Se intenta torpedeando la inmersión en las escuelas a base de crear un problema inexistente o ahora con eso de las señales de tráfico. La cuestión es intentar que existan dos mundos por razón de lengua. Y cualquier excusa es buena. También una señal de tráfico.
Por cierto, ¡felicidades a Ciutadans por sus campañas a favor del bilingüismo en el País Valencià!