Día 27 de febrero del año 2001. Pasqual Maragall, en aquel momento líder de la oposición en el Parlament de Catalunya, publica en el diario El País un artículo titulado "Madrid se va". El 6 de julio del 2003 publica otro que se titula "Madrid se ha ido". Cuatro años después, el 7 de noviembre del 2007, José Montilla, en aquel momento president de la Generalitat, aprovechaba un acto en el Hotel Ritz de Madrid para avisar de "la desafección" que se estaba incubando en la sociedad catalana contra España y sus instituciones. Paralelamente, destacados líderes del PP en Catalunya también avisaban repetidamente a sus compañeros de Madrit (concepto) que la gente se estaba enfadando. Eso sí, después se apuntaron a recoger firmas "contra Catalunya". Por lo tanto, allí nunca podrán decir que no estaban avisados.
Hoy que hace 10 años de la sentencia del Estatut es un momento perfecto para recordar la reacción del Estado a estos avisos. Consistió, básicamente, en 1/ situar en las instituciones judiciales a muy buenas personas que todo lo que ganaban lo daban en casa (en la suya) y 2/ empezar a preparar la Operación Catalunya. Por lo tanto, el espíritu de la sentencia del Estatut hacía años que estaba escrito. Y era un NO como 3 Jupíteres, el planeta mayor del Sistema Solar con una superficie 1.317 veces la de la Tierra.
Pero eso de España Estado haciendo de "señor No" con Catalunya tampoco viene del 2001, ni de 1995. ¿Hacemos memoria rápida, sin necesidad de ir a los años 30 donde ya se escribió una historia que ahora hemos calcado? ¿Sí? ¿Recuerda los Juegos Olímpicos de 1992? Se hicieron porque Juan Antonio Samaranch, uno de los suyos, convenció al establishment mundial de que había que hacerlos aquí. Y "el poder" le dijo a la España Estado: "dejen trabajar a estos chicos y no les pongan palos en las ruedas". Nunca más el régimen del 78 ha colaborado tanto con Catalunya, aunque fuera limitándose a no molestar. Pero algo tenía que hacer, y así se inventó la Expo de Sevilla y el Madrid Capital Cultural. El eterno café para todos, la Loapa permanente. Pero es que, a partir del momento que Murcia o La Rioja tuvieron una autonomía, ¿qué esperaban que sucediera?
¿Se imagina dónde estaríamos ahora si Madrit (concepto) hubiera colaborado siempre como en el 92? Sí, aunque nos hubiera ido colocando de vez en cuando mercancía averiada como expos ruinosas y capitales culturales de "ponme otra cañita". Pero eso es como aquella fábula del escorpión que quería cruzar un río y le dice a una rana que pasaba por allí.
- ¿Puedo subir encima de ti para pasar al otro lado?
- No, que me picarás.
- ¡Como quieres que te pique! Si lo hiciera, tú morirías pero yo me ahogaría. Y además te pagaré bien.
La rana acepta y empiezan a cruzar. A medio camino el escorpión la pica. Instantes antes de morir, la rana le pregunta.
- ¿Por qué lo has hecho?
- Porque es mi naturaleza -dijo el escorpión mientras se ahogaba.
En el caso de la relación Catalunya-Espanya, la cosa va de naturaleza pero al final el escorpión-Estado siempre se salva. Porque por eso es un Estado. Y no, de la misma manera que el 1 de Octubre no fue la primera vez que Madrit (concepto) gritaba "A por ellos", la sentencia del Estatut no fue el inicio de un desencaje que ya venía muy desencajado de casa.