Ha sido la foto de la semana. La hizo Sergi Alcàzar. El lunes, en el acto del Palacio de Congresos de BCN donde Mariano Rajoy presentó su proyecto de infraestructuras para Catalunya:
En la imagen, la vicepresidenta del Gobierno habla con los directores de La Vanguardia, Màrius Carol y de El Periódico, Enric Hernández, con Xavier Vidal-Folch de El País (en el centro y de cara) y con el exdirector de La Vanguardia Joan Tàpia (de espaldas). Fue publicarla y la gente hacérsela suya. Y empezar a compartirla. E hincharla. Y convertirla en el símbolo de lo que la gente percibe que es el estado de las relaciones entre prensa y poder. Y eso no lo hizo ningún medio, ni el que la colgó, que quedó al margen del movimiento espontáneo. No, no, fue la gente. Es la fuerza de eso que denominan "la red". Si esta foto se hubiera publicado en un diario de papel, se habría visto, algunos la habrían comentado, pero no habría pasado de ahí. En cambio, en la prensa digital, la foto ha cogido una dimensión que nadie podía prever y ha generado memes de todo tipo. Destaco dos que han circulado mucho.
— La Retaguardia (@La_Retaguardia) 29 de marzo de 2017
Y hablando de circular. No se imagina usted cómo ha circulado entre periodistas esta pieza publicada el jueves por La Vanguardia:
Carrero Blanco y la libertad de expresión
Cassandra Vera publicó hace 4 años en Twitter unos tuits sobre Carrero Blanco y su asesinato por parte de ETA con una carga de explosivos que estalló al paso del coche donde viajaba. El coche voló, literalmente, y eso ha servido a mucha gente para hacer chistes sobre el tema. Cassandra ahora ha sido condenada a un año de prisión por haber publicado cosas como estas:
Este ha sido uno de los grandes debates de la semana y poca cosa queda ya por añadir. Pero si que querría introducir el tema humano, al que me referiré más adelante y distinguirlo del politico-mediático. A ver, ¿hacen gracia los chistes? No. ¿Hacían falta? 40 años después no tenían ningún sentido. ¿Se los podría haber ahorrado? Sí. ¿Ofenden? Igual que pueden ofender los centenares de chistes hechos y publicados por mucha otra gente sobre Carrero Blanco a lo largo de los años y que no han tenido ninguna consecuencia. Y, sobre todo y fundamental, cuando la nieta de Carrero Blanco hace unas declaraciones diciendo que no estaba ofendida, ¿qué hace la parte politizada de la justicia ofendiéndose? ¿Es proporcionada la pena? Creo que no. Y en todo caso, si de lo que se trata es de publicar sentencias ejemplarizantes para acabar con los insultos, los menosprecios y el ruido en Twitter, hay mucho material para poder empezar a condenar. Y muchos usuarios han recuperado el suficiente como para poder ofrecer ejemplos variados:
Si Cassandra ofende, eso también. Y a víctimas del terrorismo. Pero resulta que esto queda impune y Cassandra no. Desconozco los motivos por los cuales sucede esta realidad, pero a ojos de un espectador imparcial es evidente que aquí no existe el mismo trato cuando la ofensa la hace según quién. Y este "según quién" es lo que ahora se denominan "los identitarios", la ultraderecha de toda la vida. Y los hechos lo demuestran.
Vamos ahora al personaje Cassandra. Aparte de los tuits sobre Carrero, por la red también han circulado otras obras suyas de hace 5 años y que los usuarios han recuperado repasando su TL. En aquel momento estas barbaridades no tuvieron ninguna resonancia. Nadie se las miró. Por lo tanto, no ofendieron. Ahora, sacadas de aquel contexto, unas cosas escritas cuando Cassandra tenía 14 o 15 años y buscaba su identidad y su lugar en la vida, se han convertido en armas arrojadizas contra ella:
Cuántas cosas no habremos escrito usted y yo cuando éramos adolescentes (y no tan adolescentes) y, suerte hay, que aquella hoja de papel donde las escribimos ya no existe. Si las hubiéramos escrito en Twitter o en Facebook y ahora las publicara alguien, ¿a cuántos metros bajo tierra cree que nos tendríamos que esconder?
Pero tampoco hay que ir tan lejos. También los usuarios han recuperado un tuit actual de Cassandra y su correspondiente gran contradicción con uno publicado el año pasado:
¿Tenemos derecho a ser contradictorios? ¿Y a escribir cosas con 15 años de las cuales nos arrepentiremos toda la vida? ¿Y eso nos tiene que condenar a un año de prisión? ¿O a perder el trabajo cuando quien nos quiere contratar hace una búsqueda en nuestros perfiles y ve que un día nos disfrazamos de caperucita y alguien nos hizo una foto a las seis de la mañana en un estado poco presentable?
No conozco a Cassandra, pero tengo la impresión de que estamos ante el caso de una chica buscando su espacio en el mundo e intentando llamar la atención. Cuando tenía 15 años sin éxito y ahora saliendo en todos los medios, incluidos los programas de televisión de por la mañana. Deseo que, como persona, no la acaben rompiendo y, sobre todo, no se acabe rompiendo ella pensando que ahora sí que ha encontrado su lugar y que es la televisión.
Machismo de baja estofa
Poca cosa hace falta decir sobre esta portada. La foto y el texto que la acompaña lo dicen todo: "El Brexit no importa, ¿quién ganará el concurso de piernas?". Si alguien ha considerado que la noticia era esta, quiere decir que este alguien tiene un problema mental. Y grave. Ahora bien, no menor que quien haya comprado el diario. Porque, una vez más, sí, la culpa es del medio, pero si tú haces mierda y la gente te la compra, ¿por qué tendrías que dejar de hacer mierda?
Ah, y si alguien tiene la tentación de decir: "Oh, es que la foto era la que era...", había otras opciones:
Una escenificación sorprendente
Una de las imágenes de la semana ha sido la escenificación del acuerdo de presupuestos entre el PP y Ciudadanos. El ministro Luis de Guindos y el responsable económico de los naranjas decidieron "sellar" el acuerdo ante la prensa yendo a tomar un café al bar Manolo. Este mítico local está situado delante de la puerta posterior del Congreso de los Diputados (que es por la que entra la mayoría de gente) y es allí donde se cuecen muchas de las cosas que pasan después dentro del hemiciclo y es el lugar donde ir para saber qué está pasando:
¿Por qué lo hicieron precisamente allí? Tiene que haber alguna explicación, pero la desconozco.
¿Susana Díaz, la candidata de la derecha?
La prensa de papel española de "derechas" ya ha tomado partido: Susana es su candidata. Y ella encantada. En el antiguo régimen, cualquier mano amiga es bienvenida para que nada cambie...
Memorable
La vida del concursante de reality es muy dura. Eso de pasarte las 24 horas del día demostrando a todo el mundo que eres un cretino, es agotador. Pero hay una cosa peor todavía: pasarte 24 horas al día demostrando a todo el mundo que eres un cretino y... ¡¡¡que no te vea a nadie!!! Un golpe durísimo para el ego:
¡Dicho esto, que pase una buena semana mediática!