Se cumplen ya tres años de la aprobación en el Parlament de la Ley del Referéndum y de la Transitoriedad, dos plenos que han pasado a la historia con el nombre de "los del 6 y 7 de septiembre". Ya lo he hecho otras veces, pero hoy quiero insistir en felicitar al unionismo por colocar el relato de aquellos debates donde más les convino e instalar la idea de que aquello fue un golpe de estado. Y aprovecho para recordar a los indepes que no explicarse regaló todo el espacio al rival. Y lo peor es que pareció que les diera vergüenza salir a decir: "Sí, hemos aprobado estas leyes, ¿algún problema?". Ah, por cierto, la Ley de Desconexión todavía está vigente, un caso único de leyes aprobadas en un Parlament golpista que posteriormente ha pasado por un 155 y por una administración política laminada y descapitalizada de manera total y absoluta en manos de quién dice que sufrió el golpe de estado. ¡ME-MO-RA-BLE!
Lamentablemente para el relato unionista, el tiempo y la información que hemos ido sabiendo nos permiten tener una mirada bastante aproximada de la realidad de las cosas. Y ahora sabemos que su estrategia estaba consensuada, organizada, estructurada y diseñada. Y que las leyes eran la excusa para caldear el ambiente e instalar la idea de que el independentismo aplicaba tácticas totalitarias y golpistas y poder autoimponerse la medalla del mérito democrático.
Albert Rivera llegó a decir en público que "Desde Tejero no se veía un ataque a la democracia española de esta magnitud". En privado las cosas iban de un manera diferente, pero vaya, si realmente hubiera sido así, la cosa resultó un poquito chapucera. Sí, porque si tú organizas un golpe de estado en un Parlamento y resulta que quien tiene más tiempo el uso de la palabra es la oposición con 158 minutos y la mayoría parlamentaria sólo la tiene durante 46 minutos, ya me lo permitirá, pero qué mierda de golpe de estado, ¿no? Ah por cierto, si le interesa, los tiempos de uso de la palabra fueron: Ciudadanos 45 minutos y 36 segundos, PP 38 minutos y 57 segundos, Catalunya Sí que Es Pot (actuales Comunes) 38 minutos y 47 segundos, PSC 34 minutos y 36 segundos, Junts pel Sí (los impulsores del presunto golpe de estado) 26 minutos y 23 segundos y CUP 19 minutos y 53 segundos.
Y sobre golpes de estado, yo no soy experto pero seguí con mucho interés el ya citado de Tejero del año 1981. Y, hablo de memoria, pero creo que allí la oposición habló un poquito menos de 158 minutos. De hecho creo recordar que no habló ni una décima de segundo. Ni ellos ni nadie. Seguramente porque los tiros disparados dentro del hemiciclo eran una invitación muy evidente a callar. Y de la misma manera que Tejero y los suyos agredieron e intentaron lanzar al suelo al vicepresidente del Gobierno de la época, el entonces teniente general Gutíerrez Mellado (en una escena que ha quedado inmortalizada para la historia)...
... el unionismo intentó revolcar por el suelo a la presidenta de la institución, Carme Forcadell. En público y en privado le faltaron al respecto institucional y, sobre todo, humanamente. "Dale duro, dale a ver si llora", era el comentario más suave que aquellos días se oyó en el hemiciclo. Los de índole machista eran más crueles.
Pero el unionismo que se hace la víctima desde hace tres años, en aquellos plenos no sólo practicó el filibusterismo parlamentario más vulgar visto jamás en un Parlamento sino que se saltó la ley. Sucedió cuando Ciudadanos y PSC pidieron un informe al Consejo de Garantías Estatutarias, una cosa que sólo puede hacer la Mesa. Y, claro, tanto repetir que aquello fue un golpe de estado, olvidan que meses después el Tribunal Constitucional declaró completamente constitucional la reforma del reglamento que permitió celebrar aquellos plenos de la manera en que se celebraron. Vaya, qué cosas suceden a la vida, ¿verdad?
Por lo tanto, efectivamente aquello fue un grave ataque a la democracia. Y los que se han llenado la boca diciéndotelo hasta el ahogo, saben perfectamente de lo que hablan.