Mani en BCN. Otra. El lema que estaba escrito en la acreditación de prensa era "La autodeterminación no es delito". Hoy tocaba modelo sencillo. O sea, nada de ir a tu espacio predeterminado con una camiseta de un color determinado que te tienes que quitar en una hora determinada para hacerla volear en una dirección determinada mientras gritas una frase determinada. Vaya, ha sido lo que diríamos una mani de toda la vida. Por lo tanto, el funcionamiento era muy sencillo. La cabecera estaba en el cruce de Granvia/Casanova y se realizaba un desplazamiento hasta Granvia/plaça Universidad. Y detrás, la gente. La gente que ya ha salido a la calle decenas de veces y que son conscientes de que todavía saldrán unas cuántas más.
Justo en el cruce de salida, ha aparecido a las cuatro y cuarto el señor que manda en las manis y, con gorra amarilla y a gritos, le ha dicho al público que saliera del centro de la calzada y que fuera pasando hacia los laterales. ¿Por qué? Porque por allí tenía que pasar la mani. Un cuarto de hora más tarde, el mismo señor insistía pero ahora con un megáfono. Las instrucciones para la prensa eran "siempre a 10 metros de la cabecera".
De repente han empezado a llegar políticos para hacer declaraciones. El primero ha sido Pere Aragonès. El problema es que la gente le había hecho poco caso al señor de la gorra y el megáfono y el vicepresidente ha hablado para los periodistas y para 347 personas que querían hacerse fotos de recuerdo. Mientras hablaba, la gente ha empezado a gritar "Libertad presos políticos" y ha sido imposible oír la mayoría de la declaración. Cuando le ha tocado a David Bonvehí, los gritos han sido "Unidad, unidad". Pero no dirigidos a él sino a Gabriel Rufián, que en aquel momento entraba a la zona reservada. Como trabajar allí era complicado, nos han desplazado dirección plaza Espanya, entre dos líneas de voluntarios. Los de Òmnium, con chaleco naranja (una voluntaria me ha dicho que ellos eran naranja muuucho antes que Ciutadans) y los de la ANC, con chaleco verde.
Situados aquí, han ido pasando a Carles Riera, Roger Torrent, Elisenda Paluzié, Albert Batet, Jéssica Albiach y Marcel Mauri. Y espero no haberme dejado a nadie.
A las 16.56 ha llegado el President Torra, acompañado de varios miembros de su gobierno y algunos diputados. Ha atendido los medios y cuando ha acabado, algunos se han quedado allí como en posición de hacer de cabecera. Los hemos avisado de que la pancarta estaba más atrás y han ido a situar se en su sitio.
Pilar Rahola ha entrado por el lateral montaña de esta zona reservada. La gente del lateral mar la ha aclamado y ella ha ido corriendo hacia allí y prácticamente se ha lanzado encima como si fuera una cantante de rock. And roll.
La mani ha arrancado a las 17.11. Hoooooombre, qué error, ¿no? Por tres minutos podríamos haber hecho la cosa hecho, ¿no? Un 17.14 siempre tiene un plus... A partir de aquí, paso lento, paro, pasito lento, paro. Y cuando ya llevábamos la mitad del trayecto ha aparecido una cuerda roja y blanca como de escalada. La han desenredado y se ha convertido en un cordón para separar la prensa de la cabecera. Aquello de los 10 metros, ¿sabe?. Los catalanes de las piedras hacemos panes y de las cuerdas de escalada, controles de seguridad.
Entonces ha aparecido el famoso helicóptero. Volando. Y a la gente ya ni la ha abucheado ni nada. Estamos perdiendo las tradiciones. Muchos periodistas me han preguntado quiénes eran algunos de los (y de las que) llevaban la pancarta. Debo hacer cara de saber cosas que no sabe nadie. Pero mi cara engaña mucho porque había unos cuantos que yo, ni idea. Y entonces he imaginado los codazos que debe haber en el momento de poder pillar sitio en la pancarta o justo detrás, cosa que garantiza salir en la foto.
Total, que hemos llegado a la plaza Universitat y a las 18.04 han empezado los parlamentos. En total, 20 intervenciones. Nada, una cosita breve. La más aplaudida la de Isaac Pucela de Izquierda Castellana. Cuando Rufián se ha acercado al micro para hablar, la gente ha vuelto a gritar "Unidad, unidad"... ¿como diciendo, verdad?
Y por el medio, actuaciones muy bonitas. De aquellas de mani de catalanes. Suerte que el pueblo catalán tiene una tendencia natural a coger una guitarra y empezar a cantar cosas muy bonitas porque de esta manera, a pesar de la cantidad de manis que hacemos, nunca repetimos actuación.
Y así ha acabado la mani y así acaba esta crónica. Antes, sin embargo, dejar constancia que hoy el wifi ha funcionado y que la gente de Òmnium ha pasado por la zona de prensa repartiendo agua. Ah, y los bocadillos que les han sobrado a los voluntarios que han trabajado montándolo todo, se han repartido entre la gente presente en la zona. Eran de jamón dulce y queso. Los bocadillos, no la gente ni los voluntarios.
Otra mani. Hemos hecho tantas, y me temo que faltan tantas, que los ingresos de la Catalunya independiente podrían venir de la organización por todo el mundo de todo tipo de acontecimientos diversos y variados que funcionen con esta sincronía tan catalana. ¡Nos forraríamos!