La vía eslovena. Y la escocesa y la armenia y la vía propia y la del 155 y la bélica y la pacífica, y todo por vía intravenosa en la Via Laietana esquina Via Augusta. Al final, cada catalán (y cada catalana) tendrá su propia vía. Seremos 7 millones y medio de vías. Individuales. Todas ellas. La cosa ahora es la vía. Ponga una vía en su argumento. También en Madrit (concepto). Árnica para Andalucía.
Pero detengámonos en la vía eslovena, un concepto que se ha hecho popular en sólo dos días. Hemos pasado de la nada a convertirlo en el centro del debate político. El experto en todo, también en este tema, por supuesto, el domingo por la mañana tuvo que ir a toda leche a la Wikipedia. Y buscó Eslovenia. Y lo primero que descubrió es que no es lo mismo que Eslovaquia. Y que Eslovenia es aquello donde hay osos. Y a partir de aquí todos doctorados en eslovenismo. Y das una patada al suelo y te aparece todo el que usted quería saber de Eslovenia y no sabía a quién preguntar.
Ya se han conocido casos de gente que había ido al concierto de los Beatles en la Monumental de BCN, había estado en el Mayo del 68, en la caída del muro de Berlín y que también estuvo en la independencia eslovaca. Ay no, que es Eslovenia.
Y si tenemos una vía para cada catalán (y catalana), a esta hora cada catalán (y cada catalana) también tiene una interpretación particular de lo que es la vía eslovena. Porque esto funciona a la carta. Y diríamos que, así al por mayor, se perciben dos grandes vías de pensamiento sobre la vía: 1/ los partidarios de que es una vía pacífica y que los violentos fueron los serbios y 2/ los defensores de la afirmación según la cual es una vía violenta muy violenta y con muchos muertos. Esta segunda ignora absolutamente a los serbios. Como si no hubieran existido nunca. Ni ellos ni sus tanques. Y no porque no hayan encontrado nada de Serbia en la Wikipedia. Sino porque entonces el argumento se va a otra vía. Concretamente a la Láctea. Pasando por la vía muerta.
Total, que la vía eslovena ya tiene entidad como arma arrojadiza y acabará siendo usada como insulto. En una primera fase veremos la expresión "usted defiende la vía eslovena", así en genérico. Y, seguidamente, la cuestión derivará en un contundente "usted es un esloveno supremacista".
Y de esta manera quedará desvirtuada la gran realidad de aquel invento, que consistió en dos cifras y que son el gran debate. La participación en aquel referéndum fue del 93,2% y el sí fue del 95%. Con eso lo detienes todo. Incluida la tentación de los tanques.