Este domingo por la mañana ha habido acto de "España Ciudadana" en Palma. Ya lo sabe, España Ciudadana es la plataforma que ha puesto en marcha Ciudadanos a manera de Casa Grande del Ciudadanismo o de Juntos por España. Pero no sufra que esto no es nacionalismo sino... Bien, no es nacionalismo, es ¡España!
De entre las personas que han intervenido destaca la señora Manuela de la Vega, presidenta de la Asociación de Enfermos Transplantados de Baleares. La señora de la Vega ha explicado su enfermedad de riñón, la diálisis que tuvo que hacer y como le cambió la vida cuándo pudo acceder al trasplante.
Como puede adivinar fácilmente, el objetivo último por el cual la señora de la Vega ha intervenido no era para hablar de trasplantes, porque aquello era un acto político. No, la señora de la Vega estaba allí para, aprovechando los trasplantes, hablar de la imprescindible unidad de España. Como ve eso de la política cada vez es más complicado y los relatos se van por lugares insospechados.
Total, que la señora de la Vega ha explicado su enfermedad, como era su día a día, como recibió la noticia del trasplante que le hicieron en el Hospital Clínico de BCN, como enseguida notó que todo había ido bien... Hasta que ha llegado el momento de la cosa. Que era tanto el momento de la cosa, que los organizadores lo han inmortalizado en forma de tuit:
Si quiere saber qué ha dicho exactamente la señora de la Vega, aquí tiene el vídeo del acto. El momento preciso va del minuto 41.20 al 41.54 y es cuando dice: "Llevo los órganos de una persona catalana y estoy súper, súper orgullosa. Necesitamos a Catalunya, sobre todo yo la he necesitado toda la vida".
Bien, como argumento para sostener la unidad de España es nivel "Si sois independientes, ¿en qué liga jugaría el Barça"?. Pero si profundizamos un poquito entramos en el mundo de las paradojas incomprensibles: ¿Necesitamos a Catalunya por sus riñones?
Ella dice que está orgullosa de llevar un riñón catalán. Bien, quien lo dio lo hizo para mejorar la vida de otra persona, que es la cosa más sensacionalmente humana que puedes hacer una vez estás difunto. No lo hizo pensando en si su riñón era catalán, asturiano o de La Almunia de Doña Godina y si el receptor era de Palau de Plegamans, de Sabiñánigo o de Astorga. Aparte de otro pequeño detalle que se le escapa a la señora de la Vega y a los que le han hecho decir lo que ha dicho: quizás el riñón no era catalán. Porque cuando te hacen un trasplante, en el Clínico o donde sea, no te lo llevan a la mesa de operaciones, te lo enseñan y te dicen: "mire, made in Catalonia. Es producto de proximidad, kilómetro cero".
Pero más allá del cuñadismo argumental, decir que te sientes orgulloso de llevar un riñón catalán es la mezcla perfecta de provincianismo y el mundo que retrata "Los santos inocentes". Decir que vas por el mundo con un riñón catalán y que estás muy orgulloso es Patetismo Constitucional. Es intentar llevar hasta el absurdo y convertir en ridículo un movimiento político. Y hacerlo a base de intentar instalar la idea de que son tan pequñitos y tan limitaditos que sólo quieren los riñones para ellos. No como los que han utilizado a la señora Manuela de la Vega, que son cosmopolitas y aceptan cualquier riñón, incluso los de los catalanes. ¡Ojo, y sin hacerles ningún asquito!