Estos días de Christmas, ¡ding, dang, dong!, incitan a dar una vuelta al pasado y a tratar de vislumbrar el futuro, especialmente en las cosas económicas ahora que la inflación ha sido declarada "enemigo número uno" por la Reserva Federal americana.
En ese ejercicio de atrás para adelante se observa que la adhesión hace 20 años de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha propiciado que la riqueza por habitante se ha multiplicado por diez en el Imperio del Medio mientras sus exportaciones han crecido en 2,5 billones de dólares.
Este ejemplo sirve para comprender cómo los pioneros han cambiado nuestro mundo a una velocidad vertiginosa. No es solo China. La revolución numérica, que en Occidente ha tenido como gran líder, después de Internet, a Steve Jobs y su Apple, cuyo valor bursátil está a punto de superar los 3 billones de dólares.
Luego han venido Google, Facebook, Airbnb, Amazon, junto a la creación de los GAFA. Todo eso, junto con Elon Musk y Tesla ha permitido paulatinamente la aparición de los "Estados empresa", con millares de accionistas y millones de clientes. A la vista de su poder Pekín ha tratado de frenarlos en China. La revolución climática está entrando en la misma dinámica.
A la cabalgata del futuro se han agregado las 8.800 criptomonedas y criptodivisas que pueden, como el Bitcoin tras entrar a cotizar en la bolsa de Wall Street, hacer cosas como reforzar el potencial del dólar como moneda mundial, algo que no ocurre con el euro.
Para asegurar su valor, la Reserva Federal ha dado un giro de 180 grados en su política monetaria, avisando que puede subir el año que viene tres veces el tipo de interés, que hoy es tan solo algo superior al 0%, rompiendo la eterna opción de bajarlo.
En Europa, el BCE aplazará su decisión uno o dos años, a la vista de la fragilidad del euro, que no protege ni al consumidor ni al ahorrador. Tuvo un buen momento con Mario Draghi en la presidencia, cuando llegó a valer 1,42 dólares. Estos días se intercambia a 1,13.
Además, a Europa no le ayuda que el G-7 amenace a Moscú con un duro castigo si no deja a Ucrania entrar en la OTAN, a lo que Vladimir Putin se resiste. "El problema es el posible despliegue en el territorio ucraniano de sistemas de ataque con un tiempo de vuelo de siete a diez minutos a Moscú. Imagínense eso", dijo Putin, quien ha recibido el apoyo de Xi Jinping. "Es un viejo amigo" ha dicho este.
Y hablando de esto quedará por saber qué pasará con los Juegos Olímpicos de China, a los que Estados Unidos no enviará una representación política, pero sí dejará participar a sus atletas.
Como entremés ha saltado un "Me Too" chino a costa de la tenista Peng Shuai a causa de la presunta agresión de un capitoste de Pekín.
Entre una cosa y otra, no nos aburriremos en 2022, lo que no es sinónimo de estar contentos. Para ello, habrá que esperar un nuevo mundo virtual llamado Metaverse, inventado por Mark Zuckerberg. Aunque algunos preferirán un buen partido de fútbol, lo que es perfectamente creíble a menos que el VAR pite un penalti contra tu equipo.