La decisión de Pablo Casado de imponer Cayetana Álvarez de Toledo como cabeza de lista del PP por Barcelona en las elecciones generales es un intento desesperado de evitar que Inés Arrimadas y Ciudadanos conviertan definitivamente el PP en extraparlamantario en Catalunya. Desde este punto de vista, la decisión parece acertada. El electorado españolista y conservador de Catalunya no dudó entre Arrimadas y Xabier García Albiol y, en cambio, ahora llegará a los colegios electorales con el corazón partido. Cayetana Álvarez de Toledo es en la cuestión catalana tan radical como la líder de Ciudadanos, pero para los conservadores españolistas el marquesado es un grado, y el PP aparece ahora en las encuestas como un voto más útil para liderar el tripartito de derechas que el de Ciudadanos.
Dicho lo cual, cuesta entender que toda una aristócrata, con reconocida trayectoria intelectual y sin los problemas laborales que afectan a los plebeyos ―y que desgraciadamente explican en buena parte el método de confección de listas de la mayoría de partidos― se preste a hacer el papel más grotesco que se puede asumir en política. La prueba es que, a pesar de la actitud beligerante que la caracteriza, ha tenido que empezar a promocionar su candidatura a la defensiva, argumentando que tiene todo el derecho a presentarse por Barcelona pese a no tener ningún vínculo con la provincia y desconocer la lengua propia, porque Barcelona pertenece a España, ella es española de pleno derecho y la Constitución le ampara. Y ha añadido que contradecir esto demuestra lo que considera "la xenofobia dominante en Catalunya".
Basta repasar las estadísticas para concluir todo lo contrario. Catalunya es la comunidad más acogedora y menos xenófoba, el discurso de la marquesa es contrario al espíritu constitucional y su planteamiento político está inspirado en el derecho de conquista.
Con datos en la mano, Catalunya es la comunidad menos xenófoba y más acogedora comparada con España y con Europa. Ninguna otra comunidad ha incorporado tantos extranjeros en tan poco tiempo. Ahora mismo Catalunya tiene registrados más de un millón de extranjeros en situación legal, lo que supone más de un 13% de su población, y eso sin contar a los sin papeles.
A diferencia de lo ocurrido en Andalucía y en otras regiones europeas, el flujo migratorio en Catalunya no ha provocado brotes de xenofobia considerables. Sólo un partido de extrema derecha, Plataforma por Catalunya, precisamente vinculado a la extrema derecha española, intentó capitalizar políticamente el rechazo a la inmigración y fracasó estrepitosamente. No ha obtenido ningún diputado en ningún parlamento y sólo 8 concejales de los 9.069 que se eligen en todos los municipios de Catalunya.
La candidata del PP se declara constitucionalista, pero todas las constituciones establecen circunscripciones territoriales para evitar el intrusismo y garantizar la representatividad de los intereses de cada comunidad
Catalunya no sólo rechaza la xenofobia, sino que ha sido líder en la acogida de inmigrantes y refugiados, a menudo actuando en contra de las restricciones impuestas por el gobierno español. Iniciativas como la de Open Arms, para salvar vidas de inmigrantes y refugiados, han surgido precisamente de Catalunya.
En cambio, cuando gobernaba el PP, el partido que representa Cayetana Álvarez de Toledo, las políticas restrictivas, xenófobas y supremacistas eran la práctica común hasta el punto que el hasta hace poco líder del PP en Catalunya hizo la campaña "Limpiar Badalona", que sutilmente venía a prometer la expulsión de los inmigrantes rumanos.
Cayetana Álvarez de Toledo declaró que el hecho de no ser catalana y no hablar catalán "da más sentido" a su candidatura. Precisamente la Constitución y la ley electoral establecen circunscripciones para asegurar que cada territorio tenga representantes autóctonos en las Cortes. Es obvio que el espíritu con que se establecen las circunscripciones tiene como objetivo compensar con la voz del territorio el poder político central. Por la misma razón, la Constitución de los Estados Unidos obliga a los candidatos a congresista y senador a estar empadronados en el estado donde quieren ser escogidos. Es una manera de garantizar que los miembros electos del legislativo defenderán los intereses de la gente que les ha votado y no otros. Ella ha dicho que es "constitucionalmente española y que está orgullosa de serlo" y que viene a Catalunya a defender la Constitución... como si la Constitución fuera algo que sólo la gente como ella pudieran defenderla en Catalunya como los misioneros cristianizaron las Américas. Seguro que una de las primeras iniciativas del tripartito de derechas será hacer una ley electoral con circunscripción única en toda España. En este caso, la marquesa de Casa Fuerte se ahorraría tener que viajar a tierra hostil... pero la Constitución quedaría definitivamente en papel mojado.
Así pues, Cayetana Álvarez de Toledo tendrá todo el derecho legal a presentarse por Barcelona, pero desde el punto de vista del espíritu constitucional, su discurso responde a un planteamiento intruso que sólo se puede justificar con el derecho de conquista. En la presentación de su candidatura, la marquesa dijo que "cada centímetro de España pertenece a todos los catalanes como cada centímetro de Catalunya pertenece a todos los españoles". Es un sofisma obvio, porque los catalanes no pueden decidir sobre España, mientras que España lo puede imponer todo sobre Catalunya. Con todo, lo más significativo es este planteamiento basado en términos de propiedad, de pertenencia, que nos retrotrae a la conquista. Esto es nuestro y vosotros a callar. No hay más.