Faltan tres meses justos para las elecciones municipales del 26 de mayo, pero la convocatoria de las elecciones al Congreso está afectando a la decisión de voto de los comicios de mayo o, cuando menos, este es el clima que se respira ahora. Claro que todavía falta mucho tiempo: dos campañas electorales (la de las generales durante abril y las municipales en mayo), tomar la decisión de voto por parte de un 31% de indecisos y otros eventuales posibles cambios de voto en función de los resultados de las elecciones generales (no descartemos "votos estratégicos" en función de esos resultados).

Con todas estas incertidumbres, sí que los resultados a tres meses vista apuntan algunas tendencias, que paso a resumir:

  1. Desgaste de la acción del gobierno municipal de Ada Colau con temas importantes para la ciudad que se perciben como negativos.
  2. Gran fortaleza de ERC y de Ernest Maragall para convertirse en la lista más votada.
  3. Mejora de expectativas del PSC, a pesar de la discreta valoración y notoriedad de su líder, Jaume Collboni, pero que se beneficia de un repunte del partido socialista de la mano de Pedro Sánchez en clave de política española.
  4. Barcelona en Comú ahora sufriría una sangría significativa de votos a favor de ERC y del PSC, por eso la bajada de las perspectivas electorales en este momento, así como una menor captación comparada de nuevos electores (abstencionistas en el ciclo electoral anterior).
  5. Cs, de la mano de Manuel Valls, mejora resultados en relación a las elecciones de hace cuatro años, pero no parece que pueda acabar de imponerse como fuerza más votada, más bien pugna en un empate técnico para convertirse en la segunda posición junto con el PSC y Barcelona en Comú (BeC).
  6. Joaquim Forn se convierte en un candidato muy bien valorado, y más la semana en que se lo ha visto declarando en la Audiencia Nacional, pero su buena imagen no se traspasa de forma automática en clave de decisión de voto a favor de JxCat-Barcelona, formación que podría perder ahora la mitad de su actual representación municipal.
  7. La CUP mantiene un apoyo ligeramente inferior al de hace cuatro años, pero mantendría su presencia en el Ayuntamiento de Barcelona.
  8. El PP, por muy poco, podría obtener representación en el Ayuntamiento; es posible que el efecto Casado en clave de política española en estos momentos le esté activando algunos votos, que en otras encuestas situaban este partido sin representación en el consistorio de la capital catalana; habrá que ver si finalmente Vox se presenta en Barcelona después de haber alcanzado una cierta fuerza en las elecciones generales del mes de abril, y como el efecto de unas elecciones europeas el 26 de mayo consolida este partido en detrimento del PP.
  9. Finalmente, la candidatura impulsada por Jordi Graupera está a las puertas de alcanzar representación, justamente por una captación significativa de antiguos votantes de CiU (2015) y de ERC.
  10. Y un dato no menor, se espera un incremento de la participación electoral en relación al 60,59% registrado hace cuatro años (ahora sería del 66,36%): el clima político crispado siempre moviliza.

Este es el escenario hoy, pero habrá que ver cómo los resultados de las elecciones generales afectan tanto a los niveles de participación (y abstención selectiva) como también cuáles serán realmente los temas de la agenda de campaña municipal para decidir el voto. Hasta qué punto acabará siendo una campaña de liderazgos o de modelo de ciudad; o bien, hasta qué punto los temas de Barcelona serán decisivos, por delante de factores ideológicos que también pueden tomar relevancia para decidir la composición del gobierno municipal, el cual en un escenario de tanta fragmentación seguro que necesitará alianzas y pactos entre partidos.

Es importante qué candidato/a será el más votado, pero también, con quién podrá gobernar, y los datos de ahora apuntan que si se quiere estabilidad y un gobierno fuerte, más bien se va a un gobierno de izquierdas amplio (ERC, BcE y PSC) con Ernest Maragall de alcalde. Claro que todavía faltan tres largos meses de mucha actividad política, y de mucha volatilidad en todos los electorados.

 

Jordi Sauret es doctor en Sociología y director-gerente de Feedback