Es evidente que los 48 diputados que Catalunya aportará sobre el total de los 350 que configuran el Congreso de Diputados tendrán un perfil bastante diferente al de otras circunscripciones. Estos 48 escaños suponen el 13,7% del total, cuando Catalunya tiene un peso demográfico del 16,27%. Es decir, a causa del sistema electoral surgido de la restauración de 1977, que fija un mínimo de 2 diputados por provincia y a partir de este reparto sí que el resto de escaños se asignan proporcionalmente según el peso demográfico de cada demarcación, aquellas comunidades autónomas con muchas provincias (y que normalmente están menos pobladas) tienen un plus de sobrerrepresentación en el Congreso de Diputados (y no hablemos del Senado). En un sistema electoral totalmente proporcional, Catalunya aportaría 57 diputados, por lo tanto, todavía sería mucho más decisiva de lo que pueden ser ahora los 48 diputados escogidos en las circunscripciones catalanas.

A un mes para las elecciones generales del 28 de abril, hay un 32,1% de indecisos, los cuales cada vez tienen más en cuenta la campaña electoral. De hecho, en las elecciones de junio del 2016, cuando se tuvieron que repetir porque los resultados de diciembre del 2015 dieron un Congreso fraccionado, con el bipartidismo PP-PSOE debilitado por la aparición de nuevos partidos (Podemos y Cs), en aquellas elecciones de junio, según el estudio postelectoral del CIS (julio 2016), el 22,7% de los españoles decidieron el voto durante la campaña electoral (5,7% justo al principio, 10,2% durante la última semana y hasta un 6,8% el último día). Con todas estas incertidumbres, una relativa baja tasa de fidelidad a los partidos y una propensión a la volatilidad de último momento, sí que los resultados de esta encuesta apuntan a algunas tendencias, que paso a resumir:

  1. ERC podría ser el partido más votado y con más escaños en unas elecciones generales en Catalunya desde la segunda República, si bien con un escenario de empate técnico con el PSC-PSOE.
  2. ERC claramente hace el sorpasso a la antigua Convergència dentro del bloque soberanista, ya que, en relación con las elecciones generales del 2016, capta al 16% de los antiguos votantes de CDC, y con respecto a las elecciones al Parlament del 2017, captaría al 20% de los electores de JxCat; claro que todavía falta el efecto de la campaña electoral, tan decisiva como fue en aquellos comicios catalanes. ERC también es uno de los partidos que en mayor medida sabe movilizar a nuevos electores y votantes que en el último ciclo electoral dieron su confianza a ECP (9%).
  3. El PSC seguramente volverá a ser el partido más votado en la circunscripción de Barcelona, pero quizás no será el partido con más escaños, porque su menor implantación en las otras tres demarcaciones genera una situación de empate técnico entre PSC y ERC.
  4. En todo caso, el PSC-PSOE mejorará mucho con respecto a las últimas elecciones generales porque recoge en torno al 20% de los antiguos votantes de ECP del 2016, pero también cerca de un 16% de electores de Cs en las últimas elecciones al Parlament del 2017, y sin duda es el partido que más abstencionistas del año 2016 consigue movilizar. Claramente, el efecto de "voto útil de izquierdas" y dar apoyo a la continuidad del gobierno de Pedro Sánchez, son dos factores que hacen reavivar al antiguo PSC-PSOE, antes líder casi en todas las elecciones generales en Catalunya.
  5. Convergència se hundió en las elecciones generales del 2016. Un año más tarde, en otro contexto histórico de excepcionalidad, supo construir un proyecto sociológicamente mucho más amplio a través de Junts per Catalunya e hizo un muy buen resultado en las elecciones al Parlament de diciembre del 2017 (por encima de todas las previsiones al principio de la campaña electoral), pero las disputas internas, la falta de liderazgos de segundo nivel para copar el día a día de las decisiones y los mensajes políticos, y sobre todo, las diferencias en el plan estratégico, vuelven a situar este espacio potencial con un alto grado de indecisos (el 34% de los electores de JxCat en el 2017 están todavía indecisos). La campaña electoral para esta formación será básica para mejorar las expectativas actuales y situarse como horizonte plausible a medio camino entre los malos resultados de CDC en el 2016 y los buenos resultados de JxCat en el 2017.
  6. Cs mejorará resultados con respecto a las últimas elecciones generales, pero en ningún caso está a su alcance volver a ser el partido más votado en unas elecciones en Catalunya, ni siquiera en la demarcación de Barcelona. Cada elección tiene sus ejes, sus factores de decisión de voto, y en clave de elecciones en el Congreso de Diputados, Cs cede muchos votantes al PSC-PSOE, que no se neutralizan de forma suficiente con la aportación de votantes procedentes del PP.
  7. En Comú Podem (ECP), que supo canalizar en su momento el malestar del 15-M y las nefastas consecuencias sociales de la crisis económica, tuvo su momento coincidiendo con el punto más álgido de desprestigio de los partidos clásicos de gobierno, la demanda de nuevas formas de hacer política y la crisis del PSOE, percibido más como responsable de la gravedad de la crisis económica que como el protagonista para poder salir. Pero eso ya queda muy lejos, y el actual Pedro Sánchez ha visto reforzado su liderazgo, a veces simplemente por contraposición con la posibilidad real de un gobierno de derechas. Eso, sumado a las múltiples crisis de los comuns y sus diferentes familias, lleva a una relativa baja fidelidad de sus antiguos votantes del año 2016 (ahora fidelizados en torno al 26%, si bien muchos de sus indecisos volverán a confiar en esta formación), y también con muchos votos que vuelven al espacio del PSC-PSOE (casi el 20%), y también sufre algunas pérdidas menores a favor de ERC (9%) y Front Republicà (4,5%). Claramente, ECP ha perdido esa capacidad de sumar sinergias y ahora es uno más de los partidos dentro del espacio de la izquierda sociológica, con dificultades para transmitir un mensaje de "voto útil" entre el PSC-PSOE y ERC.
  8. El PP, que puede ser el primer partido de derechas en el conjunto del Estado, en Catalunya ocupa una posición muy minoritaria, con posibilidades reales de alcanzar algún escaño sólo en la demarcación de Barcelona. Las elecciones al Parlament del 2017 situaron Cs, según mucha gente, como el "mejor partido para rechazar el independentismo", pero ahora Vox remacha este clavo, de forma que el PP se encuentra entre la significativa pérdida de votantes a favor de Cs y también en menor medida ahora a favor de Vox, los cuales tienen opciones de alcanzar representación en Catalunya, también sólo en la demarcación de Barcelona, justamente por la incapacidad del PP de proyectar la imagen de "voto útil" frente la pinza entre Cs-Vox.
  9. Y finalmente, el Front Republicà puede ser una de las sorpresas de las elecciones generales en Catalunya. Es evidente que había una demanda insatisfecha de una parte del independentismo de izquierda rupturista, que hasta ahora o bien se abstenía en unas elecciones generales, o bien dividía el voto entre ERC y en menor medida ECP. Pero ahora este espacio tiene un partido y, de momento, parece que podría fidelizar a la mitad de los electores de la CUP y recoger votos procedentes tanto de ERC como de JxCat, y todavía el 30% de los votantes de la CUP del 2017 no ha tomado una decisión de voto.

Durante este mes se tendrá que ver cómo se decantará el 32% de indecisos, cuántos electores acabarán decidiendo el voto los últimos días y cuántos cambiarán el sentido del voto en función de lo que se diga y se haga hasta el 28 de abril, pero el punto de salida ya está fijado, ahora hay que ver qué hace cada partido para consolidar estos resultados o bien alterarlos según sus (buenas o malas) expectativas. Una campaña electoral es una carrera de fondo, pero también es cierto que unos actores están mejor situados que otros.

 

Jordi Sauret es doctor en Sociología y director-gerente de Feedback