De la misma manera que en Catalunya hay mucha gente, mucha y muy diferente, del todo comprometida para hacer posible con las mejores artes que se culmine con éxito el referéndum sobre la independencia de Catalunya, está claro también que hay personas en el Estado, no tantas pero con mucha incidencia y poder, que harán lo que haga falta, con sus peores artes, para que vaya mal. Eso –que he dicho y escrito muchas veces– no es una reflexión, sino que sencillamente es una constatación de una cadena de hechos que desde hace unos años se van sucediendo. Algunos aislados, y mucho de ellos perfectamente encadenados y relacionado.
Estos días por ejemplo, ya sea a través de reportajes en la televisión pública o en las comisiones de investigación tanto en el Congreso como en el Parlamento, vamos conociendo, a través de sumergirnos en la denomianda operación Catalunya, hasta qué punto desde el inicio del proceso se articulan y se coordinan varios poderes del Estado para hacer embarrancar el proceso catalán.
Ahora, que ya nos encontramos en una cuenta atrás, que todo el mundo ya observa la determinación absoluta del Govern, del Parlament y de las entidades soberanistas para hacer el referéndum, todo el mundo se posiciona. Se posicionan partidos, personas, medios comunicación, etc. El hecho de que todo el mundo se posicione, no solamente es normal y es del todo legítimo, sino que es bueno porque forma parte de la esencia de la democracia. Y es justamente de eso de lo que hablamos, de democracia.
Ahora bien, eso no quiere decir que demos por bueno y normal, ni como legítimo ni como democrático cuando se utilizan las peores artes para intentar batir al adversario.
Sinceramente me recuerda en demasiadas cosas la sistemática de la operación Catalunya con diferentes actores
Digo eso último a raíz por ejemplo del episodio de estos días del supuesto borrador de la Ley de Transitoriedad y el uso que hacen algunos medios de comunicación muy concretos. Sinceramente me recuerda en demasiadas cosas la sistemática de la operación Catalunya con diferentes actores. Me explico:
1. Hay un documento que aparece no contrastado –desmentido y vuelto a desmentir– que se publica y sobre el cual se hacen grandes titulares sobre cosas que a veces ni el propio documento dice (y el cuerpo de la letra pequeña de la noticia tampoco) que son auténticas animaladas que nunca ni nos hemos planteado (como el tema lingüístico tal como sale), pero que pueden generar confusión e indignación lógica.
2. La cúpula de la Fiscalía se reúne (¡¡por un supuesto borrador desmentido!!) advierte (amenaza con acciones) y genera la consecuente alarma.
3. Todo eso da pie a que el Sr. Rajoy le dé toda la credibilidad (a pesar de todos los desmentidos) y le sirva de base para deshacerse en todo tipo de acusaciones.
4 (Resultado). Ya se ha creado el contexto perfecto para intentar salpicar y reventar –antes y después– los efectos positivos que buscaba un acto solemne e importante del Gobierno de Catalunya en la capital del Estado haciendo un llamamiento al acuerdo democrático para el referéndum. Cada paso toma sentido con el anterior. Nada parece (es) aislado.
La intencionalidad de seguir dando titulares y escritos no puede tener otra voluntad que desinformar en general, desprestigiar a algunas personas en particular, y generar confusión y desánimo
Alguien escribió aquello de "las mentiras revelan las intenciones", y no hay duda que la intencionalidad de seguir dando titulares y escritos, todavía hoy, sobre la base de un documento que desde Junts pel Sí y la CUP (impulsores de la futura norma) no damos ninguna veracidad, y hemos desmentido muchas veces, no puede tener otra voluntad que desinformar en general, desprestigiar a algunas personas en particular, y generar confusión y desánimo en los que están a favor de una causa tan noble como la que se vive en Catalunya.
Es triste pero es así. Y en el momento en que nos encontramos hace falta que honestamente digamos las cosas como las vemos. Y tendremos que estar preparados y atentos contra estas peores artes. Porque visto cómo las gastan y viendo ellos que eso va completamente en serio, me temo que no será un episodio ni aislado y muchas cosas que pasarán no serán por azar. Seguramente en algunos nos tocará más el recibir golpes que a otros, pero eso es lo de menos. Tanto como haga falta lo denunciaremos, pero no nos distraeremos ni nos alteraremos. Al contrario, pondremos más serenidad, más rigor, más autoexigencia, y también y sobre todo más determinación.
Jordi Turull i Negre
Presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí