La rutilante entrada de la moneda virtual en el Mercado de Futuros y Opciones de Chicago ha puesto de largo al bitcoin en el mundo financiero, atrayendo de paso la atención de la opinión pública, que en la distancia ha visto pasar su valor inicial de 0,01 dólares en 2010 a los 17.346 dólares de este viernes. Esta galopada ha hecho que las bolsas mundiales se disputen su cotización. El CME (Chicago Mercantil Exchange), el mayor operador global de futuros, tiene todo dispuesto para lanzar operaciones este domingo.
Se trata de un acontecimiento que algunos comparan ya con la aparición de Uber en el sector de los taxis o de Airbnb en el de alquiler de apartamentos.
Pero en este caso la inmaterialidad es aún más radical. Para el Premio Nobel de Economía Jean Tirole no tiene detrás ni "realidad económica" ni "valor intrínseco", como puede ser el oro.
De hecho, no cumple la "función de reserva de valor" que caracteriza a una moneda. La esencia del bitcoin reside en su "función de cambio" que el comprador y el vendedor le otorgan al realizar sus operaciones. La criptomoneda trabaja a costes muy reducidos y se define entre sus seguidores como "dinero del pueblo y para el pueblo".
Buena parte del atractivo de la moneda digital tiene que ver con el hecho de ofrecer el anonimato en las transacciones
Los bancos centrales han alertado sobre el desengaño que puede provocar dada su alta volatilidad. Niall Fergusson, autor del Triunfo del Dinero reconocía su duda: "Ahora surge la terrible pregunta: ¿qué pasaría si al comprar ahora bitcoins me convirtiera en el tonto más grande al estallar la burbuja?".
Algo así han predicho inversores célebres como Warren Buffett, para quien "está a punto de reventar", o Jamie Dimon, presidente de JP Morgan, según el cual estamos ante un caso de "fraude". De hecho, el primer toque de atención lo dio el Banco Central de China cuando en septiembre advirtió que podría cerrar mercados claves de bitcoin, lo que provocó una fuerte caída de su precio. La criptomoneda se intercambia por dólares y euros pero no por yuanes, en plena batalla de divisas de cara al futuro. El creador o creadores de esta moneda "libertaria" se conocen bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto.
Buena parte del atractivo de la moneda digital tiene que ver con el hecho de ofrecer el anonimato en las transacciones. Eso puede representar un incentivo de cara a la evasión fiscal e incluso a cubrir actividades criminales.
Pese a ello, el Nasdaq, la plataforma donde cotizan gigantes del Silicon Valley como Google o Facebook, podría comenzar a negociar operaciones a partir del 2018. El número de emisión de bitcoins ha sido en conjunto limitado a 21 millones de unidades de aquí a 2110, de los cuales cerca de 17 millones han sido emitidos.
Según los expertos, el valor de todos los bitcoins, o su capitalización de mercado, es relativamente muy bajo
En Europa, donde el BCE ha prevenido a los inversores, las próximas novedades pueden estar encaminadas a establecer reglas sobre su uso y en torno a la recaudación de impuestos. "Las plusvalías realizadas deben ser declaradas y forman parte de la base imponible. Incluso si un inversor ha hecho una transacción o compra bajo anonimato cuando quiera convertir sus bitcoins en dinero real, su identificación es posible", aseguran fuentes de Tracfin, autoridad encargada de control financiero.
Curiosamente, los mercados de futuros pueden contribuir a despejar progresivamente la opacidad reinante en este mundo cerrado al ofrecer liquidez en sus vencimientos y requerir a quien sufra pérdidas su cobertura. Los futuros pueden encender muchas luces, ya que a medida que crezca este mercado, mucho dinero institucional influirá en el precio del bitcoin. Según los expertos, el valor de todos los bitcoins, o su capitalización de mercado, es relativamente muy bajo: de tan sólo 250.000 millones de dólares. De ese modo, la opinión de Wall Street tendrá un efecto muy elevado sobre los precios del bitcoin. Y ahí podría entrar la SEC, la Comisión de Bolsa y Valores, para exigir orden, lo que no será fácil.
Para los optimistas, los futuros pueden llevar la criptomoneda a convertirse en un fenómeno de masas. Para los prudentes, el riesgo de caos y la fuerte volatilidad no están despejados. Pero el caso es que cada vez hay más que apuestan que sí.