Junts per Catalunya es el proyecto político que creó el president Puigdemont. Una herramienta política de primera magnitud que nace con la voluntad de culminar el 1-O. Un proyecto político que no se fija en procedencias ni diferencias ideológicas, sino que focaliza su acción política en el objetivo compartido de construir la República catalana para garantizar el progreso y el futuro a cada catalán y a cada municipio del país, y para participar en igualdad de condiciones en el concierto global de las naciones.

Por eso, en las pasadas elecciones, el 14-F, escuchamos el resultado ofrecido por la sociedad catalana y trabajamos para que hubiera un gobierno del 52%, para que lo que votó la gente mayoritariamente, independencia, se materializara.

Durante estos meses hemos ofrecido la mejor gestión sectorial en el Govern gracias a las conselleres y consellers designados por Junts y que han sido ejemplares, liderados por el vicepresident Puigneró.

Pero después de la auditoría interna encargada a la consellera Alsina y al vicepresidente Rius constatamos, con datos y de manera contundente y clara, que en el eje nacional el resultado era muy deficiente.

Con todo, después de las agresiones injustificadas en términos de cumplimiento del acuerdo de gobierno y de política unitaria antirrepresiva, como fue la suspensión de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y del vicepresident del Govern, Jordi Puigneró, los dos demostraron una enorme generosidad expresando el convencimiento que la negociación para enderezar el acuerdo de gobierno que Junts había firmado estaba por encima de todo porque esto no va de personas, esto va de país, del mejor futuro para el país.

No solo no avanzamos para culminar la independencia, sino que retrocedemos por actuaciones inexplicables en Madrid, ajenas a Junts

ERC nos ha hecho saber que no tiene intención de cumplir el acuerdo de investidura que firmó, ha escogido priorizar el pacto con el PSOE por encima de aquello a que nos comprometimos para servir a Catalunya y a todas y cada una de las personas que viven allí. Este posicionamiento de ERC, personalizado por el president Aragonès, nos hace cómplices y nos sitúa en la difícil posición de estar acompañando un supuesto gobierno del 52% que no avanza en el eje nacional. De hecho, no solo no avanzamos para culminar la independencia, sino que retrocedemos por actuaciones inexplicables en Madrid, ajenas a Junts, que chocan con el mínimo respeto a las ya de por sí escasas competencias de la Generalitat.

Desde Junts per Catalunya entendimos que nuestra responsabilidad era entendernos y ponernos de acuerdo y por eso dimos nuestros votos a Pere Aragonès y también lo hizo la CUP. Y no ha hecho un buen uso de estos porque el avance nacional es indisociable del avance social y no avanzar hacia la independencia pone en peligro el futuro de nuestros abuelos y de nuestros hijos. Y esta es una línea roja que no podemos ni queremos cruzar.

El president Aragonès ya nos ha dicho que no es el momento del embate para culminar el 1-O, que eso no pasará, que no harán que pase; y nosotros tenemos un compromiso con todos y cada uno de nuestros votantes para no ser cómplices de que eso no pase.

Llegados a este punto, hay que decirle al president Aragonès que no cumplir el acuerdo que rubricó le resta la legitimidad democrática que lo hizo president.

No podemos comprometer el proyecto del president Puigdemont, el proyecto de Junts, el proyecto de cada uno de nuestros electos y nuestros votantes fingiendo que hacemos lo que no hacemos.

Hoy tenemos la certeza de que aquello que provocó nuestra entrada en el Govern no se producirá. Y no podemos colaborar en esta mentira transitando de forma indolente en el laberinto autonómico que traiciona aquello más importante que tenemos: nuestro futuro y nuestros votos.

Pensando en el futuro, en el mejor futuro, salimos del Govern para entrar en la mejor versión de Junts per Catalunya, la que garantiza que toda nuestra acción política, toda —la que hacemos en ayuntamientos, Parlament, Congreso y Parlamento Europeo—, se orienta a un futuro de progreso e independencia, y se aleja de este presente de déficit social, político y económico que provoca una dependencia española que no colaboraremos a prolongar.

Sí, salir del Govern, ahora, es una estación necesaria para salir de España. Determinados en el presente para ganar el futuro.