Volvemos a lo de siempre. Aquello del "esta película ya la hemos visto tantas veces que podríamos repetir de memoria los diálogos. Textualmente". Una vez más la lengua. O, mejor dicho, su uso político. Los unos porque llevan en el ADN la intolerancia, la negación del otro y este supremacismo uniformizador. No lo digo yo, lo dice la historia. Tú tienes que ser como ellos dicen que seas. Y punto. Y si no, llaman a Glovo y te envían un Hernán Cortés. Con doble de queso. Y los otros, encantados que el debate se instale en el espacio de las emociones porque así no hablamos de que tal como estamos yendo, hace tiempo que no vamos a ningún sitio. Porque es que ni sabemos dónde vamos. Porque es que no hay ningún proyecto que no sea el del "no hay mal que cien años dure". Mire si estamos jodidos que ya he oído a un par o tres de históricos antipujolistas de grado 12 en la escala "kekoñoeslaUDEF" (que sólo llega a 10), hablando bien de la política lingüística que él diseñó.
No olvidemos, pero, que todo eso empieza cuando la justicia se mete (también) a opinar sobre lengua y educación. Porque (también) son expertos en el tema. Que, mire, quizás la solución sería dar las clases a los juzgados. Directamente. El día que los partidos identitarios descubrieron que era más práctico ganar en los tribunales que en las urnas, cambiaron las reglas del juego. Y todavía no lo hemos entendido. Lo digo porque quizás no estaría de más presentar una demanda y que, efectivamente, todas las clases que se dan en Catalunya (TO-DAS) fueran en español al menos en un 25%. Y a la que se encuentre una donde hacen un 25,01%, ¡papatam, al juzgado! Quizás así conseguiremos que el Gobierno español diga lo mismo que ha dicho hoy, pero al revés, sobre acoso.
Sí, asediar es muy feo. Estamos totalmente de acuerdo. Y a mí me molesta mucho que la gente se dedique a ell. Pero, ¿sabe qué pasa? Que me molesta siempre. No sólo cuando "los otros" se lo hacen "a los míos". Si tenemos que ir a por los asediadores de twitter y de la vida, que existen, vayamos a por todos ellos, todas ellas y totis ellis. El problema es que una vez más todo el mundo es igual ante la ley menos algunos. Y estos "algunos" son los de siempre.
Y al final llegamos a las cuotas impuestas. En todo. ¿Por qué? Porque los cuatro partidarios de la "Colina del Dragón de Kalimpio de Mar" han instalado la idea de que el catalán no es ni será nunca su lengua y es una obligación y un fastidio. Son los mismos que quizás de jóvenes veían Bola de Drac, sin importarles la lengua en que se emitía por TV. O se miraban por TV3 partidos de fútbol con locución en catalán. O la formula 1. O Merlí. O alguna serie anglosajona, cuando todavía era económicamente posible comprar series anglosajonas. O ahora ven Crims, el programa de Carles Porta y su equipo. Y, al final, es que se trata de eso, de crear un mundo en catalán. Sobre todo a la hora del consumo audiovisual, que es lo que crea "cultura" y comunidad cuando estamos acabando el primer cuarto del siglo XXI.
Y lo digo porque justamente hoy hemos sabido que Movistar+ emitirá una versión en español del Crims, manteniendo -naturalmente- la versión catalana. Carles Porta lo dice desde hace tiempo, que esta es una gran oportunidad de crear un sello propio en este tipo de formato. Y acabar construyendo un cluster de producción de "true crime", que esta es otra cuestión. La de los nombres de las cosas, quiero decir. Y ahora viene un pequeño inciso...
Porque hoy mismo se ha inaugurado el proyecto de abrir diversas librerías en Calonge y Sant Antoni y el nombre del concepto es "booktown". A ver una cosa, si "Ciudad de libros" o "Villadelibros" no nos gusta, pues nos inventamos un nombre pero, ¿todo tiene que ser dicho en inglés? Dicho esto, volvamos a la cosa.
Y una vez tengamos esto, a por otro. Y si tenemos que ser un país de capítulos de Crims, mejor eso que pelearnos en el barro por una triste cuota que si somos potentes en las plataformas, caerá por si sola. Que, al final, el crimen de verdad -en este caso a la inteligencia- es según quien excretando según qué sobre la persecución del español en Catalunya y afirmando que "el catalán tiene una salud excelente". ¡Sí, y tanto! Imagínese que ahora mismo tiene menos futuro que el partido de quien afirma cosas como esta. ¿Y no hace falta que le explique yo ahora de qué color es el no futuro del partido el señor Carrizosa, verdad?