Le haré dos preguntas que están relacionadas: 1/ ¿Usted cree que es posible ir a 298 kilómetros por hora por la Ronda de Dalt de BCN? (sí, sí, la Ronda de Dalt, no la recta del circuito de Montmeló), y 2/ Si usted trabajara en el departamento que gestiona las multas de radar y le llega la queja de una ciudadana que ha recibido una sanción según la cual iba a 298 por hora por la Ronda de Dalt, cosa que es altamente improbable, ¿usted no tendría alguna duda sobre la credibilidad del aparato?
Pues bien, la señora Maria Teresa Bonet recibió una multa de 600 euros y la retirada de 6 puntos del carné por haber circulado el 28 de abril del 2020 a 298 por hora en un tramo de la Ronda de Dalt limitado a 60. A pesar de haber presentado dos recursos por vía administrativa, nadie le hizo caso. El radar dijo que iba a 298 y el radar no se equivoca nunca. Pague y calle. Sí claro, según la ficha técnica del coche de la señora Bonet, un Audi Q2, este vehículo no puede pasar del 221 kilómetros por hora pero, ¿y qué? Calle y pague. Bueno, a parte que dos de las certezas más incontestables de todas las posibles es que la Tierra no es plana y que es imposible ir a 298 por hora por la Ronda de Dalt de BCN. Pero al final, en esta historia eso acaba siendo lo de menos.
Aquí lo relevante es que el sistema de recursos de multas no funciona. Ante una evidencia incontestable como la que nos ocupa, es inadmisible e intolerable que haya sucedido lo que ha sucedido. No hay excusa posible. Sólo con que alguien con dos ojos se hubiera mirado el expediente tendría que haber visto que no, ni la Tierra es plana ni se puede ir a 298 por la Ronda.
Aquí lo relevante es que la administración es una máquina blindada ante la cual los ciudadanos estamos indefensos. Ellos siempre tienen la razón y tú siempre eres el culpable que les tienes que demostrarles que se equivocan. O que mienten. Y resulta que no tienes las herramientas para hacerlo. "Oh, es que la máquina dice que..." es una excusa demasiado fácil, demasiado simple, demasiado chapucera y demasiado habitual.
Aquí lo relevante es que aquel radar no funciona. Y, mire, si el error es tan evidente que se puede demostrar, como en este caso, pues adelante. Pero, ¿y si dice que vas a 80 por hora, una velocidad que sí es probable, tú como les demuestras que es mentira? Y la duda es saber, cuántas veces más ha fallado. Ese radar y otros.
Pero lo más relevante de todo viene ahora. Este sábado el ayuntamiento de BCN ha acabar reconociendo el error, sí pero, ¿sabe por qué? Porque la señora Bonet ayer se quejó en el programa de Basté (RAC1). Llamó para exponer el despropósito y en menos de 24 horas se ha solucionado un problema que no había resuelto ni un par de recursos basados en la razón más evidente. En 24 horas hemos pasado del calle y pague a la concejala de movilidad de BCN diciendo que "han abierto una investigación interna, que ha permitido detectar errores técnicos y humanos", que el "radar tuvo un problema puntual justo cuando pasaba el coche afectado" y que "habrá que revisar los procedimientos". Sí gracias, que multen a alguien por ir a 298 por la Ronda sólo es posible si hay errores técnicos y humanos, si el radar no funciona y porque el procedimiento es mejorable, por no decir que es una autentica mierda. Las tres cosas. Y para llegar a esta conclusión no debería hacer falta ir a la radio a explicarlo. Sólo haría falta haberle tenido respeto a la señora Bonet y haberla escuchado.
Sin denuncia pública, el caso habría acabado a la vía judicial, con el coste económico que eso implica. Si te quejas en un medio de comunicación o en una red social y consigues que el caso se haga viral, la administración -o las empresas que ponen máquinas a atender personas- te lo resuelven en un momento. ¡Magia! Supongo que piensan que los compensa una rectificación de vez en cuando si, a cambio, se ahorran que los ciudadanos pesados pretendan tener la razón. Sobre todo cuando la tienen.