¿Lo ve cómo el 155 era necesario para poner orden entre tanta anarquía indepe-golpista? Gracias a su aplicación por fin podemos dar por clausurado el libertinaje descontrolado. Por fin se ha acabado el humor, una cosa siempre molesta. Por fin ha cesado la ironía, que sólo sirve para adoctrinar gente confusa. Por fin se ha extinguido la crítica, una práctica condenable que nos lleva a la decadencia. Por fin, como dijo aquel, ¡¡¡ha muerto la inteligencia!!! ¡¡¡Aaah, cómo me gusta el olor a censura de buena mañana!!!

Resulta que en RAC1, una emisora indepe-gihadista, hacen un programa (todavía, y espero que por poco tiempo, o que lo hagan, sí, pero en Estremera) que se llama Versió RAC1. Lo dirige un individuo que se hace llamar Toni Clapés y cada tarde analizan la actualidad desde una visión humorística e irónica. Una de las armas que utilizan (sí, sí, utilizan armas) es el uso de imitadores. Sobre todo uno que se llama Oriol Cruz. Su trabajo consiste en hacer la voz de gente famosa, personas reales y que existen. Y la imitación es tan buena que parece que sean ellos (la gente), con lo cual estamos ante un evidente caso de suplantación de personalidad y de una maniobra traidora para engañar a los catalanes de bien y crear el caos, el descontrol y el equívoco.

Pero en el programa también hay seres de ficción que actúan como si fueran reales. O sea, un actor se inventa a alguien imaginario y actúa y dice cosas como él cree que lo haría esta persona surgida de su mente. Los actores eso también lo hacen en el teatro, desde hace siglos. Y en el cine y en la TV desde que fueron inventados. Reciben el nombre de "personajes".

Uno de estos "personajes" del Versió RAC1 es el "señor Bohigues". Es alguien mezquino, despreciable, grosero, desagradable, machista y alcohólico a quien el resto de personas que participan en el programa, reales y de ficción, siempre lo dejan por imposible y le censuran su actitud maleducada. El personaje tiene un bar donde ha conseguido que nunca haya clientes. Por la suciedad infinita, por el servicio impresentable y por la nula calidad de unos productos que siempre están podridos. Vaya, que el señor Bohigues en un imbécil total y absoluto sin ninguna virtud.

El actor que le da vida es Eduard Biosca. Y cuando se disfraza de él, presenta este aspecto:

Pues bien, el pasado 20 de octubre el señor Bohigues hizo el siguiente comentario:

 

A partir de aquí llegó la denuncia valiente de este agravio inadmisible. Olvidando, por supuesto y como tiene que ser, que quien habla es un personaje de ficción:

Y basándose en esto, ha llegado la denuncia de un sindicato policial, que ni tan sólo debe haber escuchado el original, y que obligará al actor a presentarse el próximo mes de enero ante un juez para dar explicaciones de lo que dice su personaje. Y hablará por boca suya (del personaje) y por boca suya (de sí mismo) explicando quién es quién y quién de los dos dice qué.

Y ahora usted me dirá: pero oiga, es ficción. Es como si detienen a Vladímir Nabókov, autor de Lolita, por pederasta, a Stanley Kubrick por haber dirigido la versión cinematográfica de la novela y a los lectores y a los espectadores por leer y ver la historia de esta menor. Bueno, a ver una cosa... no compare. Esto del Bohigues está hecho con odio. Se nota. Hace ver que es un personaje, pero no lo es. Además la Lolita aquella era una mujer y ya se sabe que las mujeres son unas busconas. En la realidad y en la ficción. En cambio los catalanes sedientos de odio hacen las cosas de verdad, aunque disimulen. ¡¡¡NO ES FICCIÓN!!!

Además, si el juez de la independiente justicia española no ha rechazado la demanda por absurda y la ha admitido a trámite, por alguna cosa será. Ahora sólo falta que se haga justicia, cierren la emisora y sus responsables sean encarcelados. Si puede ser a cadena perpetua.

Ah, y me olvidaba: ¡¡¡VIVA EL 155 Y VIVA LA DEMOCRACIA!!! Ah, ¡Y VIVA LA CONSTITUCIÓN!