Una colega me ha enviado esta tarde el siguiente tuit:
Primero he pensado que era un fake. Después he sabido que Quim Monzó hablaba del tema en su artículo de este martes, citando una especie de performance que hubo el domingo en el centro de BCN. Buscando información sobre la cosa, he ido a parar a la fotografía que colgó en Twitter Alfonso Montaño y que la confirma:
Por lo tanto, efectivamente, no, no es ningún fake. La campaña es cierta. Y las personas de la foto son miembros (y miembras) del movimiento animalista defendiendo en el Portal de l'Àngel de BCN que los productos lácteos son fruto de lo que ellos (y ellas) llaman "la explotación de una fémina". Sorprendente.
Mire, a mí me gusta mucho el queso y, por lo tanto, soy muy partidario de vacas, cabras, ovejas y búfalas. Ahora bien, hay una frase del tuit que encuentro excesiva: "Las vacas son compañeras". Quizás soy un machista sin sentimientos y merezco ser insultado, detenido y encarcelado, pero no considero que las vacas sean compañeras mías. Y le diré más, no me imagino, por ejemplo, yendo al cine con una vaca. Básicamente porque es muy posible que nos gusten un tipo de películas diferentes.
Y, como ya me he ganado ser condenado y no me viene de aquí, me permitiré añadir que considerar machista el consumo de lácteos es la estupidez más aberrante que he leído en mucho tiempo. Ojo, pero mucho de mucho.
¿Vivimos en una sociedad machista? Sí. ¿Hay hombres que matan mujeres por culpa del machismo? Sí. ¿Y éste es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad? Sí. ¿Y que eso siga pasando es absolutamente inadmisible? Totalmente. El problema es que otorgarse la defensa de una causa tan terrible para convertirla en una broma es de una frivolidad a más no poder. Mezclar #machismomata y un pretendido machismo que existiría tras el consumo de los lácteos es de las marcianadas más alucinantes que podían parirse (y espero que usar esta palabra no me condene todavía más).
Maltratar animales sí que es una animalada. Y creo que detrás de las corridas de toros no hay ningún tipo de arte sino una expresión más propia de cuándo creíamos que la tierra era plana.
Todavía hoy las mujeres, por ejemplo, cobran menos que los hombres por hacer el mismo trabajo. Todavía hoy las mujeres tienen que demostrar el doble de aptitudes que los hombres para conseguir "llegar". Todavía hoy las mujeres són las que marchan del trabajo cuando tienen un hijo enfermo, cosa que muchos hombres todavía no saben que ellos también pueden hacer. Todavía hoy las mujeres intentan terminar pronto del trabajo para ir a casa a hacer bañeras y cenas mientras muchos hombres se dedican a perder el tiempo en el trabajo para que se haga tarde y evitar hacer bañeras y cenas. Todavía hoy hay cretinos de tamaño cósmico que se creen con derecho a considerar a las mujeres como un mueble. Y me temo que, en algunos aspectos, estamos retrocediendo.
Juntar las dos causas y, desde el sectarismo más tronado, transformarlas en un esperpento ideológico, da argumentos a los que encuentran normal maltratar animales y ejercer como machista. Bien, y mezclar el asesinato de mujeres con consumir lácteos, es directamente incomprensible.
Pero supongo que para ser, como decía aquel, los extremos se necesitan.
En todo caso, no me haga mucho caso porque ésta es la opinión de un machista sin sentimientos que come queso y que recibirá hostias como capazos por haber escrito eso.