Esta semana Xavier García Albiol, en nombre del Partido Popular de Catalunya, ha presentado la campaña "La Catalunya valiente", en la que su gran lema es que la independencia significaría un mal negocio para los pensionistas.
Sinceramente, tanta demagogia es insoportable. Y utilizar a los pensionistas es lamentable. El Partido Popular quiere sacar rendimiento de lo que pasó con el referéndum escocés. Allí, y según los sondeos demoscópicos, los jóvenes votaron a favor de la independencia mientras que la campaña del miedo y la seguridad de las pensiones hizo que la gente de más edad se posicionara en contra. Albiol tomó nota de la estrategia del gobierno británico y de su campaña del miedo. Ojalá se reflejara en otras cosas, como por ejemplo en los beneficios de asegurarse un referéndum pactado. Westminster y David Cameron, ante los deseos de los escoceses, acordaron la votación. Los espejos sirven para todo. No sólo para cuando te convienen.
Por otra parte, inocular el virus de la viabilidad de las pensiones es directamente terrorismo ideológico. Y, por encima de todo, hipocresía en estado puro. Hay que recordar al señor Albiol que su partido es quien deliberadamente está vaciando la caja de las pensiones. Es el Partido Popular, quien las está poniendo en riesgo. Son los que, una vez rescatados los bancos con dinero público, ahora los quieren reflotar con planes de pensiones privados. Y sobre todo lo que demuestra es un gran desconocimiento. Para empezar, el nuestro es un sistema de reparto. Eso quiere decir que cada día, con el dinero de los trabajadores activos, se recaudan las pensiones para pagar a las personas que las cobran actualmente. En nuestro país para poder pagar las pensiones se necesita trabajo. Trabajo, y de calidad, que alimente diariamente la caja. Y una hipotética independencia no afectaría a este hecho. En segundo lugar, hay que recordarle que su Gobierno ha presentado recientemente a la Comisión Europea el Programa de Estabilidad. En él se institucionaliza aquello que todos sabíamos: que en diez años el valor de las pensiones se perderá en un 4% acumulativo. Una pensión de mil euros en la actualidad, pasará a ser de novecientos sesenta euros. Y sin contar con la pérdida de poder adquisitivo que habrá con la subida de la inflación. Además, cuando entren a operar todas las reformas aprobadas por el Gobierno de Mariano Rajoy que se hicieron a través del último hachazo a las pensiones, el retroceso en la jubilación será considerable.
Señor Albiol: la Catalunya valiente es la que no necesita ser salvada por gente como usted. Es la que cada día levanta la persiana
Le pido al señor Albiol que deje de atemorizar a los pensionistas. La táctica del miedo no funciona. Porque miedo ya tenemos ahora. Miedo por las viudas que ustedes, como propusieron, decidan nuevos copagos de los medicamentos. Temor que algún familiar nuestro necesite la Ley de la dependencia, aquella que ustedes no aplican. Y sepa el Partido Popular que cuando todo el mundo vive con miedo, ya no tiene nada que perder. Además, asustar a los jubilados es preconcebir que no tienen criterio propio. Y en este caso, después de estos años de experiencia, el criterio se basa en el día a día.
También es verdad que a la táctica del miedo se le tiene que sumar la pedagogía. Hace falta que aquellos que piensan que una Catalunya independiente mejoraría la vida de todo el mundo, definan un modelo y expliquen qué es lo que defienden. Es indispensable que un país nuevo conserve el sistema de reparto como eje central de solidaridad entre generaciones.
Señor Albiol: la Catalunya valiente es la que no necesita ser salvada por gente como usted. Es la que cada día levanta la persiana. La que día tras día ha sufrido los recortes gracias a la sumisión a la troica y a la austeridad que su Gobierno ha avalado. Los catalanes y las catalanas valientes son los que sobreviven con una pensión de miseria, y tienen que hacer hervir la olla cada día, pagar los recibos de la luz y del gas —los suyos, y en muchos casos también los de sus hijos. Porque con su reforma laboral han abocado a los trabajadores a ser pobres. Y tiene razón. Las pensiones en Catalunya están en peligro, gracias a las políticas de su partido. Y eso los que hacemos milagros para sobrevivir lo sabemos. Y nuestros pensionistas también. Ofrézcanos alternativas. Porque aquí somos valientes.