En la calle hace días que hay mucho ruido. Y como siempre, eso es un buen termómetro de la situación social. Más allá de las encuestas, las manifestaciones ayudan a crear estados de ánimo y también de opinión. Y Rajoy sabe muy bien que la huelga feminista fue una gran movilización y que los jubilados y jubiladas han decidido tomarse su pérdida de poder adquisitivo como una cuestión casi personal. Y tienen tiempo, mucho tiempo, para sonrojar al gobierno del Partido Popular. En este cóctel de convulsiones faltan los jóvenes, que en cualquier momento y por el hecho menos importante o sencillamente por mimetismo, pueden encender una chispa y añadirse a la juerga contra M. Rajoy. De hecho, ya tardan, y se los echa de menos.
Y ante este escenario, llegan las urgencias. Al gobierno central se le acaba la excusa de Catalunya y sabe que tiene que salir de la parálisis y aprobar unos presupuestos. Y que lo tienen bien crudo. El PNV siempre ha sido posibilista, pero en estos momentos sus dirigentes saben perfectamente que sus bases no les perdonarían que volvieran la espalda a Catalunya. Si fuera por ellos, apoyarían las cuentas del Partido Popular. Pero los militantes, fuertemente ideologizados, quieren dar una oportunidad a nuestro país. En este contexto, las urgencias del PP han hecho que se implorara la cesión de cinco diputados al PSOE. Pedro Sánchez también sabe que debe su victoria a sus bases, y que ahora que las ha atizado con el tema de las mujeres y las pensiones difícilmente perdonarían una concesión como esta a Rajoy. Pero, al final, por todo ello, siempre se puede acomodar al sentido de Estado.
Como siempre, las urgencias electoralistas han hecho caer en algunas trampas los presupuestos presentados por Cristóbal Montoro. Y, evidentemente, hay algunas trampas escandalosas. Con respecto a los ingresos tributarios, el Gobierno admite una pérdida de capacidad recaudatoria de 1.256 millones de euros vía impuesto de sociedades. ¿Si hay recuperación económica, por qué no crecen los ingresos en este concepto? Trampa. En cambio, el proyecto de presupuestos incrementa la recaudación en concepto de IVA (un 30%), un impuesto que afecta a todo el mundo por igual y que es más regresivo para las clases bajas. Ahora bien, hablar de IVA superreducido o hiperreducido para productos básicos como los pañales para los bebés, ni hablar. Es decir, reducimos ingresos a empresas mientras gravamos más la sociedad en general. Mientras tanto y en paralelo, también se proyecta una reforma del IRPF que quiere mejorar el tratamiento fiscal de las rentas entre los 14.000 y 18.000 euros y que puede tener un impacto en la recaudación de 2.000 millones de euros de entradas. Menos ingresos en las arcas públicas, un sistema fiscal más regresivo y menos políticas sociales, que equivale a menos estado del bienestar.
Rajoy y Rivera nos quieren tomar el pelo. Haciéndonos pagar más a los trabajadores y trabajadoras y dando limosna a los pensionistas
He aquí la ecuación mágica de Rivera y Rajoy. Ellos dicen que son los presupuestos más sociales de la historia, mientras hacemos pagar más a quien menos tiene. Pero además, el dúo liberal nos quiere tomar el pelo a todos y especialmente a los pensionistas. Del clamor de los jubilados, quieren salir con una reforma claramente electoralista y arbitraria. Es cierto que es importante elevar las pensiones a los que menos cobran. Pero eso no sería necesario si se derogara la ley actual y se volviera a indexar la revalorización de las pensiones según el IPC. Apuntar las soluciones a los presupuestos es poner un parche a una vía de agua. Tapar el agujero por momentos mientras los ingresos disminuyen y quieres hacer ver que te importa la suerte y la vida de los 9 millones de pensionistas. Y tanto Rajoy como Rivera saben que no pueden ir aprobando cada año subterfugios legales para ir contentando a los jubilados. Y tienen que saber los jubilados que no se pueden quedar cada año a merced de decisiones presupuestarias hechas de cara a la galería.
Es por este motivo que hay que continuar la lucha por unas pensiones dignas y para que se revaloricen de acuerdo con el IPC. Hace falta que se elimine el índice de revalorización y el factor de sostenibilidad, y que Rajoy y Rivera vayan con propuestas sólidas y consensuadas para que el Pacto de Toledo afronte el futuro con garantías y asegure el sistema público de pensiones.
Rajoy y Rivera nos quieren tomar el pelo. Haciéndonos pagar más a los trabajadores y trabajadoras y dando limosna a los pensionistas. Nos han tomado el pelo. O eso creen. Por eso hay que continuar la lucha. Este 14 de abril los jubilados, estudiantes y trabajadores saldremos a la calle por unas pensiones dignas. Porque es la lucha de todos. Quitémosles la careta. No nos engañan.