La próxima semana tendrá lugar un evento en Marbella, en el Hard Rock Hotel, que abordará el tratamiento hormonal, quirúrgico y psicológico para la “transición de género”. Un “seminario” al que se puede ir pagando entre 100 y 600 dólares diarios (durará tres días, del 18 al 20 incluidos). Estas jornadas están patrocinadas por Facialteam "expertos en Cirugía de Feminización Facial". Según explica esta compañía en su página web, "el objetivo —de su trabajo— es eliminar al máximo los cambios masculinos que se producen en los huesos faciales durante la pubertad". Su objetivo es "empoderar a los miembros de la comunidad trans, brindándoles acceso a servicios de salud de alta calidad", además, se proponen "ayudar a afirmar la identidad de género y promover el diálogo de aceptación social en todo el mundo". 

Los que participen en este seminario obtendrán un "certificado en sanidad transgénero" (certificación GEI). Es la certificación "WPATH" (Organización mundial de profesionales asociados por la salud transgénero), que supone que se ha completado "un riguroso plan de estudios educativo adicional específico para los Estándares de Atención más actuales". Esta certificación, según afirman desde la organización WPATH, "recompensa a aquellos miembros que se comprometen a mantenerse al tanto de la evidencia y el consenso actuales". El último documento de "consenso" sobre el que se basan, en su versión en español, puede leerse pulsando aquí,

Son distintas las entidades que ya se han manifestado públicamente contra "el desembarco del WPATH en Marbella. Entre ellas, la Agrupación AMANDA, que está formada por madres de adolescentes y niños con "disforia acelerada", contrarias a la transición médica en la infancia y la adolescencia. Estas madres defienden la cautela ante las "soluciones médicas y quirúrgicas irreversibles". Han puesto en marcha una recogida de firmas para denunciar que "España se está convirtiendo en el refugio dorado de una pseudomedicina que, despreciando la evidencia y el principio de no hacer daño, experimenta con los cuerpos sanos de nuestras hijas e hijos". Nos recuerdan en el texto difundido que, en marzo de 2024, una filtración de los archivos de la WPATH permitió conocer que a los pacientes que tenían graves problemas de salud mental, como esquizofrenia y trastorno de identidad disociativo -así como otras vulnerabilidades- se les permite consentir intervenciones, tanto hormonales como quirúrgicas, y también se revelaba que los médicos y terapeutas que llevan a cabo este tipo de prácticas son conscientes de que están ofreciendo una serie de tratamientos e intervenciones que suponen cambios irreversibles para toda la vida a menores que no pueden comprender lo que esto supone. 

Filtraciones de correos electrónicos entre miembros de la WPATH y funcionarios de salud de la Administración Biden ejercieron presión para eliminar los mínimos de edad establecidos legalmente ante las cirugías en menores. Las organizaciones que se están movilizando en contra de la celebración de estos "seminarios" denuncian que estos cursos están en realidad orientados para "adoctrinar a profesionales con argumentos justificativos de nula solvencia e insuficiente contraste para conducir a niñas y niños a intervenciones irreversibles y a promover el negocio médico-farmacéutico de las hormonas y cirugías". 

Hace dos semanas, la Administración de Donald Trump emitía una orden ejecutiva mediante la cual se prohibía al Gobierno federal "financiar, patrocinar, promover, asistir o apoyar" los procedimientos de transición para menores de 19 años. En esa orden ejecutiva Trump asegura que "en todo el país, los profesionales médicos están mutilando y esterilizando a un número cada vez mayor de niños influenciables bajo la afirmación radical y falsa de que los adultos pueden cambiar el sexo de un niño mediante una serie de intervenciones médicas irreversibles". 

Según informaba El País, del presidente ha acusado a organizaciones como WPATH de apoyarse en "ciencia basura" y carecer de integridad por dañar a los menores. El decreto establece 90 días de margen al Departamento de Salud para que se redacten nuevas directrices y unas mejores prácticas con el fin de atender adecuadamente a los menores con disforia de género. 

Una decisión que inmediatamente después adoptó el gobierno de Argentina, donde su presidente anunció la decisión de prohibir los tratamientos y las cirugías de cambio de sexo en menores de 18 años. "El Gobierno decidió modificar la ley de identidad de género y prohibir los tratamientos de hormonización y las cirugías de adaptación del cuerpo en menores de dieciocho años". "Los niños no tienen la madurez cognitiva necesaria para tomar decisiones sobre procesos irreversibles que en muchos casos implican la mutilación de órganos saludables, y que son factibles de ocasionar infertilidad, problemas cardiovasculares y consecuencias catastróficas en la salud mental". 

Hay que recordar que en países como Suecia, Reino Unido, Finlandia y Noruega se han revisado los protocolos sobre los tratamientos relacionados con la disforia de género, tomando posturas mucho más cautelosas en comparación a las que se venían aplicando. Que eran, precisamente, como las que la ley en España vigente permite y promueve. 

Plantar cara a la ley trans que tenemos es una obligación ética que cualquiera que se preocupe por la salud de nuestros menores debería defender. 

En Reino Unido, el informe desarrollado por la Doctora Hilary Cass concluyó que las investigaciones sobre las terapias que se estaban aplicando eran débiles y no se estaba prestando atención suficiente a los problemas que estaban generando en la salud mental de los pacientes o en los casos de las personas que se arrepentía de los pasos dados (y que denunciaban haber estado mal asesoradas en muchos casos). El Servicio Nacional de Salud ha dejado de prescribir bloqueadores de la pubertad para menores de edad y ha cerrado la principal clínica en la que se desarrollaban tratamientos de este estilo. El gobierno laborista actual ha tenido que dar un auténtico giro, cambiando totalmente las políticas que su antecesor, Rishi Sunak, puso en marcha, generando la autocensura de los profesionales de la salud que consideraban que había que intervenir con apoyo e investigación y acompañamiento, especialmente antes de tomar decisiones irreversibles. 

Suecia, Finlandia y Noruega han sido más restrictivas aún, y han limitado ciertos tratamientos solamente al ámbito de los ensayos clínicos. La propia OMS ha tenido que cambiar también su postura: "tres revelaciones importantes desde enero de 2024 empiezan a cuestionar el tratamiento de menores con hormonas. En febrero de 2024, la OMS, a raíz de las presiones de asociaciones médicas y organizaciones feministas lideradas por la Society for Evidence-Based Gender Medicine (SEGM) se vio obligada a modificar sus nuevas orientaciones sobre la "salud transgénero" en el caso de los menores. Declara que no va a incluir ninguna recomendación sobre infancia y adolescencia ni sobre el impacto a largo plazo del "modelo afirmativo" con bloqueadores de la pubertad y hormonas cruzadas porque la evidencia sobre sus supuestos beneficios es diversa y limitada",

Silvia Carrasco ha denunciado públicamente, desde Feministes de Catalunya, las jornadas que se van a celebrar para "enseñar a enfermar criaturas". Denuncia que la asociación fue desenmascarada hace un año, al desvelarse la negligencia absoluta por parte de la organización del "evento". Carrasco ha explicado cómo los trabajos de investigación se han enviado a los miembros del Congreso, y denuncia que los medios de comunicación no han informado al respecto. Explica cómo la ley trans en España impone medidas falsas y nos impide discrepar, siendo una "ley mordaza" más.  Señala Silvia en su intervención el "Informe Trànsit" donde se indica que hay cosas que no tienen explicación, pero que por ley no se pueden cuestionar, como por ejemplo, el aumento espectacular de los casos atendidos en Catalunya entre 2020 y 2021, coincidiendo con la exposición de los menores a las pantallas de manera preocupante. ¿Qué ocurre con las niñas adolescentes, que son 3 de cada 4 casos de quienes acuden a los servicios de identidad de género, donde se les induce a cirugías irreversibles a medicación?

A esto que apunta el informe que señala Silvia, se dirigió expresamente la doctora Hilary Cass en su estudio, que se puede consultar íntegramente aquí y que desveló la importancia de las pantallas en la percepción de los jóvenes sobre su cuerpo y su sexualidad, la presión sobre los profesionales de la salud, y en definitiva, una serie de normativas que terminaron por empujar a estos jóvenes fuera de un sistema de salud hacia los brazos de una red interesada en beneficios económicos a costa de los principios éticos más fundamentales.

Esta semana hemos podido observar el discurso agresivo y absolutamente desnortado de Pablo Iglesias, que parece estar absolutamente cegado en una suerte de discurso acientífico, contrario a lo más esencial de la realidad, que pretende confrontarnos a las mujeres con las personas trans, sencillamente porque está pretendiendo imponer que una persona trans es una mujer a todos los efectos. Acusando gravemente a quienes defendemos que existe espacio para todo el mundo sin necesidad de borrar a las mujeres, de forzarnos a renunciar a espacios propios, intentando colarnos otro tipo de luchas en las que no son las nuestras. Decir eso no es discriminar a nadie. Es mantener claras las líneas y los conceptos para no permitir que entre tanta confusión, aparezcan organizaciones con ánimo de lucro a aprovecharse del personal, que es precisamente lo que se está haciendo en estos momentos en lugares como España, donde la ley ampara a quienes destrozan la salud de los menores a base de discursos falsos, que son repetidos constantemente por medios de comunicación y actores públicos que tienen líneas de conexión con programas de financiación que poco a poco irán saliendo a la luz, como está ya ocurriendo con el desmantelamiento de USAID. 

Es fundamental que la gente conozca realmente en qué consiste la ley aprobada sin debate y por vía de urgencia de la Señora Montero (Irene). Que promueve la censura y la cancelación de quienes tratan de poner su opinión sobre la mesa, sobre todo cuando son opiniones que abogan por la prudencia, por el acompañamiento especialmente de los menores y por la toma de decisiones de una manera segura, sostenida en el tiempo y que no dañe de manera irreversible su salud. 

Recomiendo leer a Sandra Mercado, una de las voces más honestas y valientes que habla en primera persona sobre cómo ha sido el proceso de engaño y manipulación que ha sufrido, cuando se trata de un caso de disforia de género, de un joven gay, que considera que el sistema actualmente vigente amparado por la ley en España supone gravísimos riesgos para la salud de los menores. Una voz perseguida, silenciada y constantemente agredida por esos que vienen a decir, como Pablo Iglesias, a quién hay que proteger y a quién hay que machacar, porque en el mundo de estos "progres modernos" resulta que hay que discriminar, perseguir y silenciar a una parte de la sociedad que es la que no piensa como ellos. También lo explicó Tania Sánchez hace poco: hay que enseñar a la gente a pensar bien, porque no pensar como ellos es pensar mal. 

Hay a veces momentos en los que un bofetón de realidad debe llegar por algún lado. Y por lo que parece, Vance se despachó a gusto en Múnich el viernes, señalando la vergüenza que supone la deriva totalitaria europea. Donde no se puede opinar en libertad sin tener que soportar cancelación, insultos, acoso y difamación. 

Ahora más que nunca es necesario dar voz a quienes, de manera sensata, abogan por la prudencia, por el cuidado y por no tomar decisiones que puedan comprometer toda tu vida de manera irreversible. Plantar cara a la ley trans que tenemos es una obligación ética que cualquiera que se preocupe por la salud de nuestros menores debería defender.