Tal día como hoy del año 1759, hace 263 años, a las afueras de la ciudad de Quebec (entonces colonia francesa de Nueva Francia), se libraba la Batalla de las Llanuras de Abraham, que enfrentó a los ejércitos y las milicias civiles francesas y británicas por el control del valle del río San Lorenzo, en la zona suroriental del actual Estado de Quebec. Aquella batalla sería el último gran enfrentamiento del largo conflicto de la Guerra Franco-India, también denominada Guerra de Conquista del Quebec, el episodio norteamericano de la Guerra de los Siete Años (1756-1763). Después de este conflicto, Gran Bretaña relevaría a Francia como primera potencia continental y mundial.
En aquella batalla tuvo un papel destacado el Regimiento Royal Roussillon (inicialmente Royal Catalan); formado, exclusivamente, con soldados norcatalanes. Este regimiento fue creado en las postrimerías de la Guerra de Separación de Catalunya (1659) por el cardenal Mazzarino, ministro plenipotenciario de la monarquía francesa. Un siglo más tarde, cuando estalló la Guerra de Conquista del Quebec; aquel regimiento catalán fue trasladado a la América colonia francesa. Tuvo un papel decisivo en la Batalla del Fuerte William Henry, en la orilla sur del lago George, en el actual Estado norteamericano de Vermont (9 de agosto de 1757), que abrió el camino a los franceses hacia Nueva York.
Pero pasados dos años, el curso del conflicto había cambiado radicalmente. Los franceses no habían conseguido llegar a Nueva York y, en cambio, los británicos se habían situado a las puertas de la ciudad de Quebec. Este cambio de paisaje se explicaría por la desidia de Versalles a proveer a los ejércitos que tenía emplazados en Nueva Francia. En muchas ocasiones, los soldados del Royal Roussillon tuvieron que ser avituallados por la población colonial francesa. Después de la Batalla de las Llanuras de Abraham, que se resolvió a favor de los británicos, los colonos franceses del Quebec perdieron la confianza en la monarquía francesa y el papel del Royal Roussillon se diluyó en un contexto de derrotismo.