Ha sido una de aquellas imágenes que se convierten en virales. Un gesto solidario y de superación. La épica del deporte hecho vídeo. El desfallecimiento de un triatleta 300 metros antes de la llegada por culpa del calor y de una humedad extrema. ¡Memorable momento! ¡¡¡Gallina de piel!!!

Era la última prueba de las Series Mundiales de triatlón en México y Jonathan Brownlee estaba a punto de ganar pero su cuerpo le dijo basta. Por suerte, pocos metros por detrás circulaba otro atleta que, cuando vio la escena decidió ayudarlo. ¡Qué bonito! ¡Qué emocionante! ¡Cuánta deportividad! Y todo el planeta valorando el gesto y vibrando con el momento. Un deportista que podía ganar una carrera, opta por detenerse, coger a un rival, conducirlo hasta la llegada, hacerlo quedar por delante suyo y él se conforma siendo tercero. ¿Lo ve como el deporte es un ejemplo de valores?
 

Ahora bien, ¿la realidad fue la que pareció? ¿Altruismo desinteresado o intereses ocultos?

De entrada observe en el vídeo que el atleta que ayuda y el atleta ayudado tienen el mismo apellido. Son hermanos. Y ahora usted me dirá: "¡Hombre, pues más épica todavía! Un hermano ayudando a otro, eso es una cosa muy bonita". Pues siento estropearle el momento porque no sólo no es una cosa muy bonita, sino que es muy fea.

Resulta que Jonathan, el desfallecido, se jugaba con el español Mario Mola el título mundial de triatlón. Mola era campeón si en esta última carrera de la temporada quedaba por delante de su rival, pero si este ganaba o quedaba segundo, él tenía suficiente siendo tercero o quinto.

Instantes antes de que pasara todo, la situación de la carrera era: Jonathan Brownlee primero, el sudafricano Schoeman segundo, Alistair Brownlee tercero, otro sudafricano de nombre Murray cuarto y Mola era quinto. Por lo tanto, si todo continuaba igual, Jonathan era campeón. Pero nada continuó igual porque colapsó y su título peligró...

Por eso el Alistair coge a su hermano y lo arrastra hasta la llegada. Nada de altruismo, sino un gesto que genera un interesante debate: ¿ayudar a un rival, que resulta ser tu hermano, perjudicando una otro atleta, es trampa? O quizás mejor decir: ¿es ético? ¿Es deportivo?

Pero espere, que la historia no se acaba aquí. Murray, el que iba cuarto, ve la jugada de los hermanos Brownlee y decide esperarse a unos centímetros antes de la meta a ver en qué posición está viniendo Mola. Si llega junto con otro rival y le peligra el quinto lugar, que lo convierte en campeón, él le cederá su posición. Cuándo lo ve aparecer solo, y sólo entonces, cruza en cuarta posición. Mola entra finalmente quinto y el título es suyo.

Qué gesto más bonito de Murray, ¿verdad? Ve la jugada poco deportiva de los hermanos Brownlee y decide que era injusto que ganaran así. Qué gran sentido de la justicia, ¿verdad? Qué gesto más emocionante y solidario, ¿no cree? Pero, como nada es lo que parece, tampoco fue todo tan bonito. Resulta que Murray y Mola entrenan juntos y son amigos. Por lo tanto, Murray decide que si hay que ayudar a su amigo, lo hará. ¿Lícito? ¿Respuesta adecuada a la maniobra de los hermanos? ¿Dos actitudes antideportivas? ¿En el deporte profesional todo vale?

Una vez más, nos encontramos con una imagen que nos llega sin contextualizar y nos provoca unos sentimientos que no tienen nada que ver con la realidad. Y no uno sino dos y en la misma historia y que nos enseña que una imagen cierta puede no ser del todo real.

Como manipular a la opinión pública

Año 2011. Esperanza Aguirre gobernaba la Comunidad de Madrid y José Luís Rodríguez Zapatero España. Era el Inicio de la crisis y los gobiernos empezaron a recortar. Y la Lideresa aprovechó su reino para hacer oposición a los socialistas y a Rajoy y los sindicatos de izquierdas aprovecharon la Comunidad para desgastar a la Lideresa.

La guerra de Aguirre con la llamada "Marea Verde" de la enseñanza fue muy dura. Huelgas y manifestaciones de una parte y de la otra el decreto de aumento de 18 horas de clase semanal a 20 para los profesores de instituto, pero con 3 mil profesores menos y un ahorro de 80 millones de euros.

Paralelamente había otra guerra, la de la propaganda. La de los unos y la de los otros. Como pasa siempre. La novedad es que ahora hemos sabido que el Gobierno Aguirre usó dinero público para emprender una campaña en twitter contra los maestros.

Y, ¿cómo lo hemos sabido? Porque la cosa ha aparecido a los papeles de la llamada trama Púnica.

En medio de la discusión que mantenían las dos partes en los medios, los usuarios fantasma de twitter (los conocidos como bots) lanzaban proclamas a favor de las políticas de Aguirre y descalificaban a los maestros que protestaban. El argumentario oficial era repetido por centenares de cuentas falsas que, de paso, alababan a la Consejera de Educación del momento, Lucia Figar.

Como el mundial de triatlón, lo que veíamos con nuestros propios ojos en twitter porque era real, no era cierto. Realidad y verdad parecen lo mismo, pero cada vez están más alejadas.

Nuevamente, un misterioso titular desaparecido

Lo que pasa con las imágenes y lo que pasa en twitter con la realidad y la verdad, también sucede con algunos titulares. Tú crees que aquel titular que estás viendo es el real, pero resulta que no, que habido una magia que ha hecho aparecer lo que tú miras y ha hecho desaparecer un momento anterior que no existe y que sólo podrás ver si alguien lo ha capturado.

Observe a este titular del digital elespañol.com:

Y ahora observe este otro.

El segundo fue el primero al ser publicado. Y, ya sea por las quejas, ya sea porque alguien tuvo un momento de lucidez, fue borrado. Y en su lugar apareció una versión más suave, pero el subtítulo seguía aportando una elegancia difícil de calificar.

Considerar como "mercancía" los pechos de una señora, es ciertamente digno de un mercado de ganado. Bautizarlos con el apellido de la señora es como ponerle nombre a una cerda que da saltitos alegremente por una granja de tocinas. Por mucho que la señora haya decidido operárselos con más bien poco acierto. Pero juzgar la decisión de la señora, es IN-SU-PE-RA-BLE!!! Oiga, señor que hace titulares, ¿usted quién es para juzgar cómo tiene que vestirse (o desvestirse) la gente? ¿Usted trabaja en un medio de comunicación o en la Conferencia Episcopal? ¿Imparte moral o informa? 

Y dicho todo eso, ¡buena semana! (si es posible y nos dejan)