Tal día como hoy del año 1707, hace 313 años, en el contexto de la Guerra de Sucesión hispánica (1705-1715), las tropas franco-castellanas de Felipe V —el primer Borbón hispánico— se entregaban al incendio y destrucción de Xàtiva (entonces, con 12.000 habitantes, la segunda ciudad del País Valencià en población). Las tropas borbónicas, comandadas por el general Claude François Bidal d'Asfeld y por orden expresa de Felipe V, saquearon e incendiaron todas las casas de la ciudad, excepto los edificios religiosos.
Según las fuentes históricas, Felipe V proclamó: "La obstinada rebeldía con que hasta los términos de la desesperación resistieron la entrada de mis armas los vecinos de la ciudad de Játiva, para hacer irremisible el crimen de su perjura infidelidad desatendiendo la benignidad con que repetidas veces les flanqueé el perdón, utilicé mi justicia a mandarla arruinar para extinguir su memoria, como se ejecutó para castigo de su obstinación, y escarmiento de los que intentaran seguir su mismo error".
Las mismas tropas que habían incendiado la ciudad reunieron a los supervivientes del asedio (8 de mayo – 6 de junio) y los condujeron forzados a Castilla (al territorio de la Mancha) y los abandonaron a su suerte, sin alimentos ni recursos. Poco después, Felipe V ordenó que no quedara ningún testigo material de la existencia de Xàtiva, y D'Asfeld obligó la población civil de los alrededores de Xàtiva a derribar las pocas paredes que quedaban en pie después del incendio de la ciudad.
Felipe V ordenó, también, que sobre las cenizas de Xàtiva se edificara una nueva ciudad, que tenía que llevar el nombre de Colonia Nueva de San Felipe, y que tenía que ser poblada con castellanos leales a su causa. Las dificultades para llevar a cabo aquel proyecto —a causa del escenario bélico general— retrasaron las obras, y, finalmente, los jativeses desterrados volverían clandestinamente y reedificarían a la vieja Xàtiva. No obstante, el régimen borbónico impondría el nombre de San Felipe hasta bien entrado el siglo XIX.