Lo dijo uno de los grandes filósofos contemporáneos, Charli Reixach, respondiendo a quien lo acusaba de no moverse mucho de sitio durante los partidos: "correr es de cobardes". Totalmente de acuerdo.
No hace mucho, mis asesores consideraron que hacía falta mejorar y rejuvenecer mi imagen y decidieron mostrarme haciendo deporte. Pero claro, hay lo que hay, y yo no soy precisamente un triatleta, o sea que opté por aparecer andando. Vaya, haciendo aquello que toda la vida le hemos dicho "salir a dar un paseo".
La gente hizo mucho cachondeo con mi ritmo y decidimos que en las siguientes apariciones aligeraría el paso. Y todavía hicieron más befa y escarnio. En aquel momento estuvimos hábiles y reconvertimos la hilaridad y los memes que provocaban mis paseos forzados en conseguir una imagen renovada y una imagen potente de marca. De mi marca.
Y así nació el concepto "caminando rápido", una manera de instalar en nuestro votante tipo, que no corre ni hace mucho deporte, una filosofía que, realmente, es muy mía. Sólo hay que ver la frase-mensaje que colocamos en los vídeos electorales donde, por cierto, aparecía andando: "Siempre he preferido caminar rápido a correr. Caminar rápido es mi manera de llegar a los objetivos. Porque, cuando no corres, tienes menos posibilidades de tropezar". ¡¡¡Rajoy 100%!!!
Vaya, que la consecuencia inesperada de una campaña de imagen creó, de rebote, un "relato Rajoy" que ya existía, pero que estaba escondido y que supimos encontrar y explotar. La debilidad hecha virtud.
Y es que, es cierto, cuando veo a alguien corriendo, en la vida o por la calle, yo siempre pienso: "¿qué prisa tiene este ahora? ¿Correr tanto para llegar pronto a hacer qué? Pero si la calma, la tranquilidad y la quietud hacen milagros". Y tengo razón. ¿O es que no ha seguido mi carrera política basada en el no hacer nada y esperar a que las cosas se calmen y se solucionen solas? Un paseo continuo, oiga. ¡Y mire donde he llegado! ¡Y espere!
Yo calmo los problemas, los narcotizo. Me aplico aquello de que si un problema tiene solución, no vale la pena preocuparse y si no la tiene, no vale la pena preocuparse. Y no sabe usted la cantidad de felicidad que llego a tener. Y tranquilidad, cosa que es muy buena para la salud.
Eso sí, puestos a escoger, mi paseo perfecto es hacer la Ruta da Pedra e da Auga al lado de José Benito Suárez, presidente de la Autoridad Portuaria de Marín y... marido de Ana Pastor. De la Ana Pastor buena, de la presidenta del Congreso, no de la de La Secta, ay perdón, La Sexta.
Allí voy yo con mi aspecto de deportista por casualidad y look de "me he comprado la ropa en las rebajas de la tienda de la esquina de casa que, mala suerte, resulta que es una pollería" y, venga, a saludar paseantes. Y a aprovechar las vistas para pensar en cómo no pensar y, sobre todo, en preparar mis famosas frases que también he convertido en una marca:
¡Es lo que pasa cuando no estás mareado con problemas absurdos como tener que hacer unas terceras elecciones, estar prácticamente un año sin gobierno, ignorar el problema catalán, afrontar los recortes impuestos por la UE o posibles multas por falsificaaiperdón!, para hacer "contabilidad creativa" con las cifras de déficit... Pues eso, que sin desazones, te sale la creatividad. Y yo de eso, tengo mucha. Sobre todo para conseguir llegar a la ley del mínimo esfuerzo.
Y ahora, si no le importa, voy a mirarme la jornada de los JJ.OO. Entera.