De los juegos de mesa más célebres, el de la Oca es uno de los más metafóricos y trenzados con nuestra vida: consiste en avanzar por 63 casillas con dibujos de ocas para llegar al centro (siguiendo una espiral). En el recorrido puedes avanzar, como parecería lógico, pero también retroceder o quedar parado. Y al final, la muerte. Aunque su origen se remonta al siglo XV en Italia, en Santiago de Compostela se rumorea que el Juego de la Oca es suyo. La analogía con el Camino de Santiago es evidente. La oca sería el propio peregrino, que va evolucionando hasta la muerte. A Santiago se llega para no morir, pero ciertamente el peregrino, al atravesar la famosa puerta Santa, entra simbólicamente en una nueva vida. Y no olvidemos que a pocos kilómetros está el imponente Finis Terrae y el pensamiento de la muerte y del final no es anecdótico.
Durante este período de confinamiento he podido atravesar en día de lluvia la Puerta Santa, justo en el inicio del Año Jacobeo o Año Santo Compostelano. De hecho, si no fuera año Xacobeu, como dicen en gallego, la puerta no estaría abierta. El Año Santo tiene lugar en Santiago cada vez que el día de San Jaime, 25 de julio, cae en domingo. Y este año, por la covid-19, el año tiene extensión y dura 2021 y 2022. Los rituales tienen aquella capacidad de atarnos a la realidad y hacernos creer que pequeños gestos revisten sentido. Los rituales nos unen y nos configuran. Y allí, en Santiago, cobran vida.
El Papa Juan Pablo II fue el primer Papa peregrino. Ocurrió en 1989, y algunos estudiantes estábamos ahí. Su visita sirvió para volver a dar empuje a un camino que hoy es una de las metas codiciadas mundiales. La gente no va sólo para encontrarse a uno mismo, como los que llegan a la crítica edad de los 40, sino que hay bicipelegrinos, solitarios, gente quemada del trabajo, personas que aman la naturaleza y la cultura, gente que disfruta caminando, comiendo y bebiendo, y multitud de perfiles. El Camino es inclusivo y les acoge a todos. De San Jaime se sabe poco. Su vida es un enigma. Jesús Bastante ha estado 12 años repasando la que podría haber sido la vida de este apóstol, y ha creado una novela que han presentado personajes tan diferentes como la presentadora Ana Pastor, el cardenal Carlos Osoro, el padre Ángel y el mismo Bastante, que además de la evidencia de que todos están en camino, añade una nota interesante: el camino de Santiago fue un fracaso estrepitoso y rotundo, y a pesar de todo, la ruta es una de las más buscadas en el mundo, equiparable a la peregrinación a La Meca.
El peregrinaje a Santiago también tiene una versión pagana. Se la inventaron unos estudiantes universitarios y la llaman el "Jubileo pagano". El ritual consiste en ir a apagar un cigarrillo en el culo de un angelito que hay en los capiteles de La Casa de Varela, en la Rúa do Vilar número 15.
Para algunos turistas que no conozcan bien el Camino de Santiago, resulta curioso que la calle de al lado de la famosa plaza de la catedral (plaza del Obradoiro) se encuentre la Rúa do Franco, que no tiene nada que ver con el Caudillo sino con el camino francés y los comerciantes y propietarios franceses de tabernas que se habían instalado. Santiago de Compostela ahora espera que el Papa Francisco la visite. Y en Manresa, con la Cueva y los 500 años de San Ignacio en Manresa, se lo miran con esperanza. Los dados están echados, y veremos si el Papa mueve ficha.